La directora Isabel Coixet. Foto: AFP
Hoy presenta 'La vida secreta de Isabel Coixet', libro en torno a sus filias, obsesiones y su universo personal
Pregunta.- ¿Qué descubrimos en La vida secreta de Isabel Coixet?
Respuesta.- El título además de hacer referencia a mi película La vida secreta de las palabras tiene un lado irónico porque en el fondo yo creo que la vida secreta de cualquier persona, paradójicamente cuanto más pública, más secreta es. Lo que sí creo es que algunas personas que no me conocen descubrirán que tengo sentido del humor, que me encantan las anchoas y que tengo manías completamente absurdas. Aunque las más absurdas no las he contado.
P.- ¿Cuántos secretos se ha dejado en el tintero?
R.- Ninguno. Todos. Alguno... Vamos a ver, hay cosas que me daría una vergüenza terrible confesar. Pero a modo de terapia voy a empezar ahora: confieso que me identifico absolutamente con Bob Esponja, que alguna tarde veo Sálvame y que cada semana compro Cuore religiosamente. Y que tengo alergia a las reuniones de cualquier tipo.
P.- ¿Es una fotógrafa compulsiva de todo lo que se encuentra?
R.- Soy compulsiva en todo. Y más desde que Apple lanzó el iPhone.
P.- ¿Diría que el libro también es un homenaje a las cosas que ama?
R.- Sí. Una de las cosas que más me gusta es compartir las cosas que amo con los amigos: libros, películas, canciones, paisajes, restaurantes, vinos, curry, países, rincones, gente. La vida es demasiado corta para no ser generoso.
P.- El cine, por supuesto, es una de sus obsesiones. ¿Qué realizadores diría que le han cambiado la vida?
R.- Todos los grandes: Ingmar Bergman, Fellini, Billy Wilder, Tarkovsky, Truffaut, Scorsese. Uno siempre aprende viendo películas de los maestros. Aunque tambien se aprende viendo malas películas. El cine es una escuela de vida formidable.
P.- ¿Cómo ha vivido el terremoto de Japón? ¿Ha podido regresar al país?
R.- Con pena e impotencia. Y admiración ante su reacción: creo que ningún otro país del mundo hubiera reaccionado de una manera tan digna ante ese cúmulo de desgracias. Estuve en contacto permanente con mis amigos de allí y aluciné con la tranquilidad y la templanza que mostraban. Voy a Japón la semana que viene a la Feria del Libro y a visitar la zona de Sendai, que fue la más afectada por el tsunami. Espero poder echar una mano.
P.- ¿Este libro surge "por casualidad" o hace tiempo que creía que podía recopilar todo el material?
R.- Supongo que fue un cúmulo de casualidades... y que Javier, de la editorial Lunwerg, tiene ¡un gran poder de persuasión!
P.- ¿Ha habido mucho material que no ha incluido? ¿Cuál ha sido el criterio?
R.- No se han incluido textos que hacían referencia a temas puntuales de actualidad, ni fotos demasiado personales. Tampoco hemos incluido mi receta secreta del curry de gambas. No quería ser responsable de úlceras de estómago por ahí.
P.- ¿Cómo valora su experiencia como artista para el pabellón español en Shangai?
R.- Yo no creo que mi colaboración en el pabellón español de Shangai fuera artística. Fue un encargo muy específico: hacer que el pabellón atrayera visitantes, generara simpatía y conocimiento de España y destacara entre más de 300 países. Y lo conseguimos.
P.- ¿Qué fue lo que más le sorprendió de sus conversaciones con el ex juez?
R.- Lo que más me sorprendió fue lo que me sigue sorprendiendo: que alguien que ha dedicado su vida a la justicia se siente en el banquillo, mientras un montón de gente corrupta campe por sus respetos.Y que, una vez más, cosas que, como colectivo, deberíamos haber superado, aceptado y procesado, sigan generando odios encendidos. Probablemente, lo que más me sorprende es que cuestiones personales que tienen que ver con la parte más vil y mezquina de la naturaleza humana, enturbien algo que debería ser tan transparente como la justicia.
P.- ¿Cuándo veremos su próxima película de ficción?
R.- Eso me gustaría saber a mí...