El partisano Adam Curtis (2)
Cada vez que Adam Curtis estrena uno de sus documentales en la BBC, lo celebro como un gran acontecimiento televisivo. Hay toda una legión de entusiastas cinéfilos (sus películas, aunque concebidas como mini-series televisivas, se presentan con frecuencia en festivales cinematográficos) repartidos por todo el mundo que pronto se encargan de subir sus películas a Youtube, aunque para verlas con mejor calidad de imagen pueden encontrarse en numerosas páginas de descarga. Su último trabajo, All Watched Over By Machines of Loving Grace (2011), cuyas tres partes de una hora emitió la BBC los días 23 de mayo, 30 de mayo y 6 de junio, ya pueden visionarse y descargarse on-line con facilidad.
Viendo su último trabajo se hace cada vez más evidente, a la luz de sus anteriores documentales, cómo el discurso de Adam Curtis está en continua expansión, y cómo los temas tratados en su última película son el resultado de su anterior, que a su vez era el resultado de la anterior. Pueden verse como mini-series más o menos autónomas o como un conjunto de capítulos de una hora en torno al mismo concepto, si bien considero importante descubrir sus películas en el orden cronológico en que se fueron haciendo, al menos las tres últimas (nueve capítulos de una hora), que a su manera forman una vasta trilogía en torno a los sistemas de control social.
En The Power of Nightmares: The Rise of the Politics of Fear (2004) ["El poder de las pesadillas: El ascenso de la política del miedo"], Curtis pone en contraste el ascenso del movimiento neoconservador en Estados Unidos con la radicalización del islamismo. La hipótesis que acaba elaborando es que el islamismo radical (incluido Al-Qaeda) es en verdad un mito (la amenaza fantasma) que crearon políticos cruciales de todo el mundo cuando murieron todas las ideologías porque, tal y como estaba organizada la sociedad, era necesaria una estructura mundial de enfrentamiento. Michael Moore también habló de la política del miedo en Fahrenheit 9/11, pero lo que el norteamericano hacía con comicidad, demagogia y sentimentalismo, el británico lo hace con rigor y profundidad, viajando a los orígenes intelectuales del fenómeno (el fundamentalista islámica Sayyid Qutb y el gurú neoconservador Leo Strauss) y desentrañando su evolución y sus inesperadas, siempre asombrosas ramificaciones.
Con The Trap: What Happened to Our Dream of Freedom (2007) ["La trampa: ¿qué ocurrió con nuestro sueño de la libertad?"] se propone desentrañar la gran paradoja de la sociedad contemporánea: cómo el concepto de libertad individual que la conciencia anglo-americana agita como una bandera ha llevado a un nuevo sistema de control y gestión social, en el que finalmente el individuo está más atrapado que nunca. Esta paradoja, trata de demostrar Curtis, la establecieron y ejecutaron científicos, pensadores y políticos a partir de la guerra fría (del matemático John Nash a Tony Blair, pasando por el antropólogo Ricard Dawkins o el filósofo Isaiah Berlin), basándose en el convencimiento de que la naturaleza humana es egoísta, y que los seres humanos son como máquinas competitivas que racionalmente buscan siempre mejorar su posición a expensas de las de otros. Se trata de la sociedad neoliberal fundamentada en las prácticas del salvaje capitalismo que, como profetizaba Curtis un año antes, avanzaba inexorablemente hacia el colapso global financiero de 2008.
En su último ensayo-documental, All Watched Over By Machines of Loving Grace (2011) (título tomado de un verso del poeta Richard Brautigan), expande sus teorías precedentes al "imperio de las máquinas", mostrando cómo el ser humano ha construido un mundo colonizado por la tecnología y ha permitido que las máquinas le controlen. Relaciona la actual estructura de pensamiento que gobierna el mundo con la democracia liberal inspirada en Ayn Rand -filósofa y novelista de ciencia-ficción, cuyas novelas El manantial y La rebelión de Atlas se convirtieron en best-sellers de culto y ejercieron una vasta influencia en personas poderosas como Alan Greenspan-, y cómo ésta ha destruido definitivamente la libertad humana, transformando a los hombres en servidores de las máquinas. Es admirable el modo en que Curtis establece verosímiles relaciones entre la nueva economía, el fracaso de las sociedades comunales, la superpoblación o lo que él llama "el mito de los ecosistemas" en que se basa la nueva ecología, la imposición conceptual de que la naturaleza siempre tiende a encontrar su equilibrio, y el modo en que las máquinas se han creado también a partir de ese convencimiento. Concluye con la teoría genética según la cual el hombre ha sido también "programado" como un ordenador, de ahí la existencia de homicidas, mártires y genocidas como sistemas de supervivencia de la especie humana.
Dedica buena parte del último capítulo a analizar el fenómeno de la interconexión global y las llamadas revoluciones "facebook" -la pionera fue la de Irán, finalmente sofocada-, que han ampliado el espectro informativo de los ciudadanos en todo el mundo y ahora se sienten legitimados para reclamar la convivencia democrática. El ensayo documental de Adam Curtis viene a decir que estas redes sociales, organizadas por máquinas, son muy útiles para prender la revolución, alterar temporalmente los cimientos del sistema, pero que no son operativas para lo que tiene que venir después. Sin liderazgos, sin proyectos que llevar a cabo, sin vías que canalicen los cambios, lo que inevitablemente ocurre es "el regreso del miedo y por tanto de las jerarquías de poder y su corrupción", como se ha demostrado en los países del Este que derrocaron a sus tiranos y ahora están en una situación quizá más catastrófica. Es asombroso el modo en que Curtis, que realizó el documental antes de la "primavera africana", preconiza en la película el florecimiento de este tipo de revueltas sociales para hacer la misma pregunta que ahora se hace todo el mundo, incluso con el 15-M, ¿y después qué?