Juanjo Mena, por Gusi Bejer.

Esta tarde Juanjo Mena (Vitoria, 1965) debuta en los Proms londinenses con un concierto en el emblemático Royal Albert Hall. Desgranará un programa con obras de Ravel, Debussy y Falla al frente de la Filarmónica de la BBC, de la que será director titular a partir de septiembre. Tras nueve años en la Sinfónica de Bilbao, Mena busca en el puerto de Manchester un cambio de aires para “seguir progresando”.

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  • PREGUNTA: ¿Cómo recuerda su flechazo con la Filarmónica de la BBC?

    RESPUESTA: Fue fugaz, directo, breve, preciso, sincero, claro. Lleno de criterio, expresividad, color, riesgo, ensueño, emoción, misterio...



    P: ¿Cuál es su misión?

    R: Tratar de intensificar lo que experimentamos en nuestra primera cita debussyana a través del rigor y el compromiso.



    P: ¿Cuánto se parecen Manchester y Bilbao?

    R: Hay más similitudes que diferencias: dos antiguas ciudades industriales redefiniéndose con energía y creatividad.



    P: ¿El futuro musical pasa por el modelo de autofinanciación de las orquestas británicas?

    R: El futuro siempre lo marca la entrega y la capacidad para construir aquello en lo que soñamos. Sin límites, sin cortapisas ni ataduras. Para acabar con la crisis hay que dejar de hablar de ella.



    P: Hace unas semanas la BBC se planteaba fusionar algunas de sus orquestas. ¿En qué ha quedado la cosa?

    R: En agua de borrajas. Nadie entendería su renuncia al servicio cultural de esta gente.



    P: ¿Cómo son los músicos “de estudio” de las radios?

    R: Quedé impactado de mi primer studio-concert. Estábamos solos pero sentíamos a las 5.000 personas que nos escuchaban. Al final no hay aplauso, sino un silencio sobrecogedor que no conocía.



    P: ¿No le pone nervioso el micrófono?

    R: Todavía me tensa, pero los músicos me están enseñando a verlo con naturalidad.



    P: ¿Por qué gusta tanto Arriaga a los ingleses?

    R: Lo bilbaíno interesa en todas partes. Y en el caso de los cuartetos, arias, oberturas y sinfonías de Juan Crisóstomo más todavía.



    P: Dejó Bilbao para “seguir progresando”.

    R: Intento que ésa sea mi actitud en la vida. Cuando alguien cree haber conseguido algo se está preparando, sin darse cuenta, para el final.



    P: ¿Qué dijo el general manager de la BBC cuando conoció su paraíso de Legutiano?

    R: Tan fascinado quedó que la primera temporada la decidimos paseando por el parque natural que rodea el caserío. Para el curso que viene ya tenemos otro itinerario...



    P: ¿No le da morriña?

    R: En Legutiano están mi mujer y mis hijos. Allí subyace mi equilibrio vital, el silencio, el roble junto a la piedra, el contacto con el agua, la montaña, la luz... Estoy enfermo de morriña.



    P: En Italia encontró “seriedad”. ¿Con qué se ha topado en Inglaterra?

    R:: Con una enorme profesionalidad que me permite dedicarme más y mejor a la música.



    P: ¡Y estrena sede!

    R: Es fascinante sentir la la fuerza que emana de la New Media City UK y comprobar cómo una zona portuaria puede transformarse en motor cultural. Aunque no sea la ría de Unamuno...



    P: A los Proms se lleva a la familia al completo.

    R: Quiero sentirles cerca y que entiendan, si eso es posible, por qué paso tanto tiempo fuera.



    P: El programa incluye su especialidad, las Imágenes de Debussy.

    R: Es una música maravillosa y llena de color. He querido dirigirla en mis primeros Proms con la Filarmónica porque fue el motivo de nuestra unión, mi pasaporte.



    P: ¿Por qué Mahler para abrir la temporada?

    R: Su Segunda es un generador de energía. No podía faltar en el nuevo ciclo de la BBC.



    P: ¿Y qué le parece que ahora en el Queen Elizabeth Hall uno pueda beberse una cervecita mien- tras escucha música barroca?

    R: Creo que una buena cerveza, ya sea antes, durante o después de un concierto, siempre le sienta bien al cuerpo.



    P: En la radio de la BBC una chica llama y le dedica el Concierto Emperador a su novio. Lo mismo que hacemos en España, pero con Miguel Bosé y Shakira...

    R: (Risas) Es que para ciertas cosas, aún seguimos en otra onda.



    P: ¿Es tan reacio a la ópera como lo fue su maestro Celibidache?

    R: Celibidache era tan completo y complejo que resulta imposible reducirlo a una frase o a una fobia. En mi caso, he hecho mucha ópera y seguiré haciéndola siempre que la agenda me lo permita.



    P: ¿Y en qué título le gustaría coincidir con su hermano [contratenor]?

    R: Con Carlos he coincidido en el espectáculo de nuestras vidas. Más no se puede pedir.