José Luis Rebordinos. Foto: Miren Saez
Dirige la 59ª edición del Festival de San Sebastián, que se prolonga hasta el próximo sábado.
Pregunta.- ¿Con qué espíritu afronta este primer año en la dirección del festival?
Respuesta.- Lo afronto con mucha ilusión. Con mucha responsabilidad también, porque obviamente jugártelo en diez días un festival de este tamaño, es duro, pero lo hago con enorme ilusión y convicción.
P.- ¿Cómo ha lidiado con los recortes a un presupuesto que ya de por sí es la mitad del que manejan Venecia o Berlín?
R.- Pues las tres instituciones principales siguen aportando su millón de euros cada una, así que en ese sentido no ha habido ningún recorte. Sí se nos cayó un sponsor importante al principio, pero en estos nueve meses hemos sido capaces de encontrar más patrocinadores que han ampliado el presupuesto que teníamos en 350.000 euros, lo que nos ha permitido aumentar la programación y a traer más gente. Al final van a venir más invitados que el año pasado.
P.-La sección competitiva ha apostado por satisfacer a todo tipo de público...
R.-Hay algo muy claro, todos los que participamos en la selección nos gusta el buen cine, y cuando encontramos una buena película, vamos directos a por ella. No siempre conseguimos lo que queremos. Como por ejemplo Shame, que ha triunfado en Venecia, y nos parece una joya. La quisimos traer a la competición y no fue posible así que al final la tenemos en Perlas-Zabaltegi. Nos hemos centrado en seleccionar películas sin ningún tipo de limitación. Nos gusta el cine de género, el de autor y el que busca nuevos caminos, y uno y otro cine no están necesariamente reñidos.
P.-Como exdirector de la Semana de Cine Fantástico y de Terror, cabía la sospecha o la esperanza (para algunos) de que introdujera más género en la programación...
R.-Siempre al cine de género le hemos dado mucha atención, como hacen todos los grandes festivales en realidad. Por ejemplo Drive ha sido una de las grandes triunfadoras en Cannes este año. No es algo nuevo. El año pasado tuvimos I Saw the Devil a competición. Este año tenemos también mucho cine de género, inauguramos con Intruders de Fresnadillo, tenemos Rampant que es puro cine de género americano, y también la película de Enrique Urbizu. La verdad es que muchos grandes autores miran al género para contar sus historias. No porque yo sea el director va a variar la programación dando más protagonismo al cine fantástico o a las producciones de terror. Puedo asegurar que mi influencia no llega a esos extremos.
P.-El cine español, con quince nuevos largometrajes repartidos por todo el Festival, acapara un gran protagonismo en esta edición...
R.-En eso no hay duda, mi apuesta más clara es por el cine español. Nosotros vamos a dar gran importancia a la producción nacional. Nos tenemos que quitar varios complejos. Uno es que da la impresión de que si seleccionamos mucho cine español es que estamos haciendo algo malo. Y eso no es así. Cannes selecciona mucho cine francés, Venecia mucho cine italiano... Es normal que un festival como San Sebastián apueste por el cine español y que el cine español apueste por el Festival. Es un matrimonio que queremos que funcione y hemos hecho una apuesta muy fuerte. Este final de año tenemos la suerte además de que se han hecho películas españolas muy potentes. Yo estoy encantado con ellas.
P.-Usted aboga por potenciar la vertiente de mercado que pueda tener el festival. ¿En qué se concreta esa voluntad?
R.-Creo que en los próximos años los festivales que sobrevivirán mejor serán aquellos que tengan una personalidad muy definida y algo que los distinga. En nuestro caso la presencia internacional es muy complicada, porque estamos en una situación de pinza con Venecia, Toronto, Londres, etc, y la prensa internacional no acude a San Sebastián Pero hay otro aspecto que es convertir el Festival en un punto de encuentro para la industria. No tenemos infraestructura para hacer un gran mercado de películas, pero sí podemos trabajar para que el cine latinoamericano y el europeo encuentren aquí un lugar de reunión. Y si todo va bien, probablemente el año que viene presentemos un plan muy concreto al respecto.
P.-¿Cuáles han sido las principales reformas que ha introducido?
R.-Yo tengo mi personalidad y he hecho algunos cambios en el equipo de dirección. Pero los cambios que vengan serán más fruto de una evolución que de una revolución. Yo llevo quince años trabajando en el Festival, diez con Mikel, y asumo mi trabajo en él. Sí hay una apuesta importante a medio plazo, y es que si queremos que Zinemaldia se mantenga como un festival importante en el circuito internacional, la apuesta por la industria del cine latinoamericano y europeo es fundamental. En eso tenemos que conseguir ser los primeros.
P.-¿Y cómo se plantea la necesaria integración del Festival en el ámbito on-line?
R.-Hemos empezado a desarrollar nuestra presencia en las redes sociales, algo que antes no hacíamos. Estamos muy activos en facebook y twitter, vamos a convocar un concurso de fotografías por flickr, y hemos entrado en Cinando y en Festival Scope. Así que, como es normal, estamos trabajando para adaptarnos a la vida on-line del festival.
P.-¿En qué medida cree que las plataformas cinematográficas de Internet han reformulado o modificado el concepto de un festival de cine?
R.-No creo que hayan transformado gran cosa. Están ofreciendo algo más de cara a la industria, otro canal para los profesionales que no pueden viajar constantemente a festivales para que puedan recuperar ciertas películas, mantenerse al día. No creo que los festivales se reformulen. Lo que creo que debe reformularse es un conjunto de cosas, no sólo una. Es una transformación que afecta a todo el universo audiovisual, tanto en la producción como en los canales de exhibición. El audiovisual muta de una forma espectacular y sus agentes tenemos que ir adaptándonos.
P.-Aparte de luchar contra los grandes festivales, ¿en qué sentido os afectan la cercanía de citas como la de Toronto o Londres?
R.-Tenemos tres festivales cerca muy grandes, aunque Toronto en verdad es mercado, no es un festival competitivo. Aparte están Venecia y Londres, que sí son competencia de cara a la programación, pero yo no los veo como rivales. Nosotros miramos a los grandes festivales con mucha admiración y para aprender de ellos. Cannes, Venecia y Berlín son mucho más grandes e importantes que nosotros, y creo que debemos decirlo sin complejos. Somos un festival más pequeño que intentamos hacer un buen certamen con lo que da de sí el presupuesto y las infraestructuras. Creo que tenemos que quitarnos complejos cuando miramos a otros. Es importante hacerlo.