Calixto Bieito

Presenta en la Bienal de Venecia 'Desaparecer', su último trabajo escénico

Calixto Bieito ha sido uno de los directores patrios seleccionados para la Bienal de Venecia de Teatro, que termina este domingo. Hoy ha presentado su último trabajo escénico, Desaparecer, con Juan Echanove y Maika Miakovski. Y durante esta semana ha impartido un taller para actores y cantantes que culmina, mañana, con la presentación del work progress Siete pecatti, en el que han colaborado otros seis directores. La idea es que presentar un trabajo escénico sobre un pecado capital contemporáneo. Él ha elegido la envidia, "el mal nacional".



Pregunta.- ¿En qué ha consistido el laboratorio que imparte?

Respuesta.- Está dirigido a cantantes y actores. Yo no soy un gran investigador, sólo me he propuesto que conozcan sus límites, que se abran y se sientan libres, que sepan que pueden hacer muchas cosas. No soy un gran terórico, tampoco un profesor.



P.- ¿Y cómo va a ser la muestra final? ¿Qué pecado ha elegido?

R.- Es un trabajo improvisado. Hemos elegido la envidia, es el pecado clásico, al que Borges se refería como "el mal español". Los actores van a cantar, van a bailar y van a reírse de sus propias envidias. Vamos a emplear la canción de Antonio Machín, Envidia, que es preciosa.



P.- ¿Qué le parece la nómina de directores de escena con los que ha compartido la Bienal? ¿Tiene algo en común con ellos?

R.- Todos son grandes directores, te pueden gustar más o menos, pero siempre tienen algo que decir, y son muy diferentes en sus estilos. Yo creo que compartimos algunas ideas, alguna manera de ver el mundo, quizá la voluntad de arriesgarse a hacer algo que toque al público, que no esté dentro de los cauces convencionales.



P.- Y por qué ha elegido Desaparecer como espectáculos para Venecia?

R.- Lo ha elegido la Bienal. Podía haber mostrado Voices, que estreno esta noche en Munich, pero es un espectáculo más caro. Desaparecer es un concierto, un cuento sobre una pareja. Es un espectáculo muy poco transgresor, muy íntimo, muy personal. En realidad, lo concebí para despedirme del Teatre Romea. Está inspirado en textos de Poe y también de Robert Walser, aunque de éste lo que he querido recuperar es su espíritu, él escribió cosas humildes pero muy hermosas, murió caminando por la nieve, que dicen que es una muerte muy dulce. En realidad, contar con Echanove y con Maika Maikovski ha sido un regalazo.



P.- ¿Ya hace cosas menos trasngresoras?

R.- No, hago lo que me apetece. La vida es muy corta y yo tengo la oportunidad de hacer lo que quiera.

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