Federico León. Foto: Escena Contemporánea

Inaugura hoy Escena Contemporánea con un experimento sobre su obra 'Yo en el futuro'

Es otro de los talentos porteños, Federico León, director de cine y teatro, quien hoy abre el Festival Escena Contemporánea de Madrid en el Círculo de Bellas Artes con un experimento teatral sobre su obra original Yo en el futuro. Una pieza en la que muestra su obsesión por destripar la maquinaria del tiempo. Del polifacético autor de Cachetazo de campo el Festival programa dos de sus películas Entrenamiento elemental para actores y Estrellas y organiza un taller con el artista.



Pregunta.- ¿Lo que presenta en Madrid tengo entendido que es un versión barata de Yo en el futuro?

Respuesta.- La verdad que esta versión me tiene entusiasmado, porque es la primera vez que van a convivir ficción y realidad. Como sabe, la obra original muestra cómo actores, de edades distintas, están obsesionados por registrarse (filmarse) a lo largo de sus vidas. Actores que descubren cintas de su niñez y que se filman ya mayores viendo esas cintas. Aquí vamos a proyectar la filmación de la gente entrando en un teatro de Bruselas en el que actuamos, pero a la vez vamos a filmar a los espectadores madrileños. Es un juego que tiene que ver con el registro de los sueños, un juego de registrarse ad infinitum.



P.- ¿Y que subyace en esta idea de grabar la vida de unos y otros?

R.- A mí me interesa investigar sobre el tiempo. El tiempo no es lineal. Es pasado, presente y futuro. Esta obra muestra la maquinaria del tiempo. En realidad, hoy uno va a una fiesta y en una hora ya tiene en Facebook una película de lo que ha estado haciendo en ella. Hay una manía por ser registrado. En Yo en el futuro, hay también una intención de hablar de la transmisión, de repetir un rito, pues aparecen actores de distintas edades que repiten lo mismo. Y, por último, hay algo muy personal: mi papá nos filmó desde pequeñitos, primero en películas de Súper 8, luego en 16 milímetros, luego vídeo... hay una historia de la tecnología.



P.- De usted también se van a exhibir dos películas: Entrenamiento elemental para actores y Estrellas. ¿También investiga sobre el tiempo?

R.- Entrenamiento es una ficción sobre un profesor de teatro para niños que es muy radical, muy estricto, no hace concesiones. Estrellas es un documental-ficción. Tiene que ver con un fenómeno que se ha dado en mi país, la proliferación de muchas filmaciones de temática marginal. Entonces lo que hacemos es presentar a Julio Arrieta, una especie de manager de actores que hacen de mendigos y gente así que es requerido para una película en Villamiseria. Arrieta lo que finalmente propone es que contraten a pobres de verdad.



P.- ¿Pero Villamiseria existe de verdad?

R.- Sí, y Arrieta es un director, además de actor y poeta, él es eje de la película. La película surge de una frase de Julio: "Nosotros también merecemos películas de marcianos", que yo he traducido como películas de ficción. Él filma una película de extraterrestres y nosotros le seguimos.



P.- Va a ofrecer un taller, ¿qué enseña en él y a quién va dirigido?

R.- Para mí los talleres son un espacio muy importante, porque es lo más cercano a cómo se crea una obra de teatro. Y con la virtud de que no hay que producir una obra al final de éste. El taller va dirigido a músicos, actores, autores... y lo que les propongo es que traigan un objeto personal para que puedan armar un museo de sí mismos.



P.- ¿Es Buenos Aires hoy el mejor lugar para estar si uno se dedica al teatro?

R.- No lo sé, la verdad que se produce mucho y variado, tanto a nivel teatral como cinematográfico. La gente se une con entusiasmo para montar proyectos aunque no haya una rentabilidad inmediata, y eso no es habitual en otros lugares. Yo estoy muy vinculado a Buenos Aires y me cuesta pensar fuera de mi ciudad, no me siento capaz de irme un año fuera para producir un espectáculo.

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