A José María Lassalle, secretario de Estado de Cultura, le correspondía esta mañana la difícil papeleta de defender los recortes introducidos en su área por el Presupuesto General del Estado (PGE). De entrada, antes de meterse en detalles, ha advertido que la partida destinada a la cultura para este año (937,40 millones, un 15,1% menos que el ejercicio anterior, en que la cifra ascendía a 1003,99 millones) es la adecuada en "un momento de crisis económica, en el que las prioridades son otras políticas sociales como las pensiones o las prestaciones por desempleo". En este sentido, ha indicado que los presupuestos se han guiado por el principio del "realismo".



Otra de las premisas que los ha inspirado, según Lassalle, es la "equidad": "Hemos intentado salvaguardar el derecho de todo ciudadano al acceso a la cultura". Por este motivo, ha explicado, las grandes instituciones han sido las que menos han sufrido el tijeretazo. Entre ellas, el Museo del Prado, el Reina Sofía, la Biblioteca Nacional, el Thyssen, las unidades de producción del INAEM... Lassalle ha remachado este argumento afirmando que sólo se apoyarán proyectos "financieramente sostenibles".



El secretario de Estado de Cultura ha querido recalcar también que, en el monto global de los PGE, la cultura mantiene el 0,3% de los fondos. Es decir, conserva su importancia relativa frente a los demás gastos. Además, ha quitado hierro al papel del Estado en la gestión cultural pública, en la que sólo maneja un 16% del presupuesto total. Las Comunidades Autónomas, por su parte, aportan el 29 % y los ayuntamientos un 55%.



Lassalle ha vuelto a propugnar un cambio de modelo en la cultura, en el que la "sociedad civil" debe corresponsabilizarse de su sustento. Ha citado el Prado como ejemplo para el futuro, por ser una institución en que el dinero privado contribuye notablemente en su gestión y desarrollo. De hecho, la pinacoteca, gracias a ese modelo híbrido, este año aumenta su presupuesto un 1'95, algo insólito en el marco general de números rojos. En ese porvenir será crucial la Ley de Mecenazgo, cuyo anteproyecto, ha informado, pretenden tener elaborado para antes del verano.



El sector cinematográfico es el más afectado. El Instituto Cinematográfico y de las Artes Audiovisuales (ICAA) va a ver menguada su financiación en un 35'40%. Aunque sobre este capítulo, Lassalle ha sido más minucioso, para matizar el impacto del ajuste. El Fondo de Protección Cinematográfica pasa de disponer de 76'8 millones de euros en 2011 a 49. Pero de esos 76'8 millones, sólo fueron ejecutados 53, ya que no se presentaron suficientes proyectos que cumplieran los requisitos exigidos. El remante revertía al tesoro público (desde 2006, año en que se creó el fondo, viene sucediendo lo mismo). Por ese motivo, Lassalle ha aclarado que el tajo no es tan drástico como pudiera parecer en un principio.



De los 49 milones de este ejercicio, 39 irán destinado a la amortización de proyectos cinematográficos del año pasado. Y el resto, los otros 10 millones, sufragarán largometrajes, cortometrajes, la distribución y la conservación del patrimonio cinematográfico nacional. Y para los festivales, el Estado dedicará en 2012 la cifra de 795.000 euros, frente a millón del año pasado.