Interior del Ateneo. Foto: Óscar Monzón.
El Ateneo es otra institución de este país a la que no le cuadran las cuentas. Los gastos sobrepasan a los ingresos y la situación empieza a ser asfixiante. Su Junta de Gobierno ha elaborado un plan de viabilidad para sanear en la medida de lo posible los balances. Pero sus propuestas se han topado con la negativa de buena parte de sus socios en una asamblea general celebrada el pasado jueves. La medida planteada que más resistencia ha encontrado es una reducción en la masa salarial de sus empleados de un 30 %, que se llevaría a término mediante la aplicación de un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) de seis meses de vigencia."El Ateneo es muy sensible a los asuntos relacionados con el personal. Ese el principal motivo por el que el plan de viabilidad no ha sido respaldado", explica a elcultural.es Pepe Esteban, miembro de la directiva y responsable de la Biblioteca del Ateneo. "Pero el Ateneo está en la ruina, así que es necesario hacer algo. Intentaremos elaborar un nuevo plan y explicarlo mejor en la próxima asamblea".
Carlos París, presidente del Ateneo, explica a este suplemento que el que ha sido rechazado incluía nuevas fórmulas para que afluyese más dinero, como por ejemplo la apertura de un gimnasio en el interior de sus instalaciones: "Ya hay una sala de esgrima y otra de yoga, que generan ingresos muy necesarios". "El problema del Ateneo", añade, "es que con la cuota de sus socios no puede costear todos sus gastos". El número de inscripciones ronda las 2.500 (cada socio paga 100 euros en el momento de darse de alta y luego 50 cada trimestre). Según París, la autonomía financiera sería posible si dispusieran del triple de socios de que los tienen en la actualidad.
Al no tenerla, las subvenciones adquieren el carácter de vitales. París explica que el Estado dio al Ateneo un millón de euros. El año pasado la cifra se redujo a la mitad. Y este año se solicitaron 300.000 euros pero han sido denegados. Asimismo, advierte que hay dos ayudas, una de la Comunidad y otra del Ayuntamiento de Madrid, aprobadas pero que no han llegado todavía a las arcas del Ateneo. La primera asciende a 270.000 euros y la segunda a 59.000 euros. Agua de mayo.
Lo que sostiene a la institución son los beneficios que dejan el alquiler del espacio del restaurante y otra serie de salas. Carlos París señala que se están estudiando nuevos cauces para sufragar su actividad: "Hemos propuesto un estudio al Consejo de Ministros sobre dos siglos de ciencia y arte en el Ateneo. También estamos tratando de llegar a un acuerdo con la SGAE. Hemos llamado a la puerta de alguna empresa privada, pero ya sabemos en el momento que vivimos". A ver si la nueva Ley de Mecenazgo que anda rumiando el Gobierno llega a tiempo y les sirve de algo.
De todos modos, Carlos París descarta por completo el cierre del Ateneo. "Saldremos adelante". Eso esperamos: perder el Ateneo sería imperdonable.