Tomatito.

Esta tarde rinde tributo a Camarón en el Teatro de la Zarzuela de Madrid

No hay visita a Madrid en que Tomatito (Almería, 1958) no se deje caer por la trastienda de El Flamenco Vive. "Siempre hay algo que me hace falta o alguien con quien quiero hablar". Esta vez se lleva una cejilla, que es en realidad una excusa para saludar a mil amigos porque la que tiene clavada en el mástil de su guitarra aún funciona. "Pero algún día ya no lo hará...", bromea. Viene José Fernández Torres de oficiar un homenaje a Camarón en la Bienal de Sevilla cuando se cumplen 20 años de la desaparición de una de las mayores figuras del cante flamenco del siglo XX, que fue también su mentor y compañero de batallas. "Para mí sigue vivo, está aquí conmigo, no sé cómo decirle...". Para demostrarlo presenta esta tarde en el Teatro de la Zarzuela de Madrid Luz de guía, un espectáculo con los cortes de su última grabación, que saldrá a la venta en las próximas semanas. Junto a él, subirán al escenario el guitarra Cristóbal Santiago, los cantaores Morenito de Íllora y Simón Román Cante, el percusionista Lucky Losada y la bailaora Fantova Baile.



Pregunta.- En Luz de guía vuelve a mirar por el retrovisor del flamenco, ¿no es así?

Pregunta.- Digamos que es un disco muy nuevo hecho con retazos de toda mi discografía, desde mi primer disco de 1987, Rosas del amor, hasta el reciente Sonanta Suite con la Orquesta Nacional de Josep Pons y también las grabaciones que hice con Michel Camilo. Me gusta mirar, como usted dice, por el retrovisor del flamenco porque lo que veo me gusta y, sobre todo, porque tengo cosas que contar. He vivido grandes experiencias al lado de personajes muy grandes. Y ese pasado es demasiado rico como para pasar página y ya.



P.- Camarón, siempre...

R.- Siempre, siempre, siempre. No se agota, no se consume. Creerá que exagero, pero ¿cómo explicar si no que, a estas alturas, yo siga aprendiendo de él? Cualquier cosa nueva que escuchamos hoy se le parece. Pero también lo antiguo. Cualquier palo que cantara, cualquier quejío era música, todo era flamenco moderno y antiguo... era un genio como no ha habido en la Historia.



P.- ¿Y hasta qué punto cree que él era consciente de que vivía adelantado a su tiempo?

R.- Era plenamente consciente. Mire, cuando grabamos La leyenda del tiempo él sabía perfectamente lo que se traía entre manos. Recuerdo que en un ensayo del Homenaje a Federico, en los olivaritos, yo puse cara de sorpresa cuando empecé a leer todas aquellas armonías, y él corriendo me dijo: "José, tranquilo, que esto no es pa hoy, esto es cosa de mañana...". ¿Me entiende lo que le digo? Es como si La leyenda del tiempo fuera en realidad un viaje por el tiempo...



P.- Tengo entendido que en el homenaje de la Bienal pasaron apuros de emoción...

R.- La verdad es que muy intenso y emotivo, uno de esos conciertos que no merecen crítica alguna, porque lo que tratan está por encima de todas las cosas. El ambiente era como de liturgia, con la gente toda muy concentrada, viendo el vídeo sobre su vida y escuchando su música. Estuvimos dos horas y pico y la gente a la salida se iba quejando de lo corto que había sido.



P.- Su espectáculo abrirá el apetito a mucha gente, ¿cuándo tiene pensado publicarlo?

R.- Aún no está claro. No tengo si quiera el nombre de las canciones... Pero habrá que meter prisa a la discográfica porque es verdad que estas cosas abren mucho el apetito...



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