Elvira Lindo
"Soy parte de una tradición de humor que se desenvuelve en la penuria"
19 noviembre, 2012 01:00La escritora Elvira Lindo. Foto: El Mundo
Diez años después, la escritora recupera a su personaje más famoso, Manolito Gafotas, en el libro 'Mejor Manolo'
Pregunta.- Manolito le ha permitido abordar algo que no se atreven a tratar todavía muchos escritores españoles, la crisis.
Respuesta.- No sé cuál es la razón pero en España se aborda con dificultad siempre el tiempo presente. En la literatura, en el cine, en el teatro... Hay que entender la dificultad que conlleva, porque cuando los acontecimientos están demasiado cercanos o incluso es la realidad misma en la que estamos inmersos resulta complicado establecer la distancia necesaria para crear una ficción que no nos suene a literatura con mensaje o a aprovechamiento oportunista, sino a pura ficción. En Estados Unidos lo hacen continuamente, con una naturalidad envidiable.
P.- ¿Se habría atrevido a hacerlo de otra manera? ¿Es necesario que la literatura coja ya el toro por los cuernos y hable con seriedad de este tema?
R.- El humor siempre ayuda. Es una vía para todo, para llegar a diferentes públicos, para entrar en el universo infantil, para que una historia pueda llegar a diferentes generaciones. Escribir humor no es fácil pero si una, como es mi caso, tiene una tendencia natural a afrontar el género cómico se encuentra con que puede hablar de todo y con hondura sin deslizarse por el antipático terreno de lo trascendente. Y es que cuando abordas una realidad como la que vivimos corres ese peligro. Manolito, Mejor Manolo, me lo ha puesto relativamente fácil, porque la familia García Moreno ya vivía una situación económica complicada desde el principio de los tiempos, por usar una expresión del personaje. Recuerdo que había lectores a los que los problemas económicos de esta familia carabanchelera les resultaban de alguna manera exóticos. Pues bien, ahora esa penuria se ha democratizado. A nadie le va a extrañar que el abuelo aporte la pensión para llegar a fin de mes. Pero le aseguro que es tranquilizador hacerlo con humor. Me siento parte de una tradición de humor español, un humor que tradicionalmente se ha desenvuelto mejor narrando la penuria, a diferencia del humor inglés, por ejemplo.
P.- ¿Le ha ayudado Manolito, Manolo, a explicarse mejor lo que está pasando?
R.- Manolito me ayuda siempre. No sé si a explicarme mejor la situación, porque de esta situación salgo empapada todos los días a base de consumir información de un medio y otro. Manolito me ha ayudado a narrarla con humor. Podría decir que me ayudó en otros momentos que fueron complicados a nivel personal. Y es que me ocurre que cuando escribo comedia consigo dividir mi cerebro en departamentos estancos: aquí, lo grave; aquí, lo cómico. Es algo muy saludable. Aunque le confieso que la escritura de Manolito siempre me deja un poso de melancolía. Los lectores entienden bien por qué. Siempre me cuentan que tras la risa viene una especie de desconsuelo.
P.- ¿Qué dificultades ha encontrado a la hora de retomar el personaje, su lenguaje, etcétera después de 10 años?
R.- Me ha resultado relativamente sencillo retomar el personaje. Tal vez porque está muy basado en mí, reproduzco mi manera de pensar, aunque nadie me hace esa pregunta tan molesta de si es autobiográfico porque mi realidad no es la suya. Pero es, sin duda, el personaje que más se me parece. El lenguaje es un poco más sofisticado porque es algo mayor y hay más guiños al público adulto, a esos adultos que se hicieron lectores leyendo las aventuras de Manolito.
P.- Manolito era un niño listo pero entrañablemente ingenuo. ¿No le ha dado pena haberlo lanzado a la edad del pavo?
R.- No es pavo, ni tan siquiera insoportable. Ni tan siquiera respondón, como dice la publicidad... Para nada. Sigue siendo inocente y perspicaz, las dos cosas. Y creo que es un niño tremendamente sensible y consciente de lo que ocurre a su alrededor.
P.- Su serie de libros es un clásico de la literatura infantil. ¿Es consciente de ello? ¿Cabe esperar próximos Manolitos en el futuro?
R.- Creo que ya es un clásico, sí, porque ha marcado a una generación que se hizo lectora con estos libros. No sé si escribiré más. Nunca hubo nada planeado con respecto al personaje, ni el éxito ni tan siquiera que yo escribiera una serie... Ya veremos. Quiero escribirlo si me apetece, no por presiones de ningún tipo. Siempre le he tenido mucho respeto. Me llamaron para hacer publicidad con él o me pedían que opinara de política con la voz del personaje. No, a los personajes populares hay que cuidarlos mucho, para que no se desvirtúen.
P.- En estos 10 años, ¿Cree habrán cambiado mucho los lectores potenciales de Manolito Gafotas?
R.- No sé si han cambiado los lectores potenciales de Manolito. Me gustaría que fuera cualquier persona, de cualquier edad. Yo no sabía mucho de la infancia cuando escribí estos libros. Tenía hijos pequeños, pero la inspiración venía más de dentro, de mí misma. No soy una experta ni en infancia ni en literatura infantil. Tal vez por eso tuve tantos problemas con la corrección política.
P.- El propio Manolito ¿En qué cambiaría dentro de otros 10 años? ¿Cómo le iría la vida a él y a su familia?
R.- Soy optimista con respecto a esa familia. Son vivos, inteligentes, se apoyan unos a otros, también se irritan, claro. Creo que saldrán de esta.