Najwa Nimri. Foto: Javi Martínez
Hoy estrena 'Antígona', dirigida por Rubén Ochandiano, en Matadero.
Pregunta.- Es su debut sobre las tablas. ¿Qué le ha impulsado a pasarse al teatro?
Respuesta.- La confianza de Rubén. Todo se colocó para que hiciera Antígona, y dije que sí, porque en ese momento me parecía que era lo que tenía que decir. Antes del papel de Antígona me ofrecieron el narrador, pero dije que no, porque era como estar haciendo uno de mis shows, con un pie fuera del escenario.
P.- Ya había coincidido con Rubén Ochandiano en Asfalto. ¿Cómo es al calzarse los zapatos de director?
R.- Es un trabajador incasable, con mucho talento y mucha pasión. Muy preciso. En mi vida me he encontrado con muy poca gente como él.
P.- En la versión de Anouilh, Antígona simboliza la Resistencia francesa. ¿Qué resistencia abandera hoy en día?
R.- Rubén ha hecho una adaptación, una versión del texto de Anouilh. Hacemos una Antígona que niega desde el instinto, desde el razonamiento. Se trata de una resistencia lógica, pero no a través de la lógica, sino corporalmente hablando. Mi personaje hace lo que hace, pero no como una provocación, sino porque tiene que hacerlo.
P.- Es un canto a la libertad, pero también al deber.
R.- Sí, sobre todo teniendo en cuenta que fabricamos un cuento en el que cantar está prohibido. Desde su posición de poder, Creonte es la razón, y ejerce desde un sitio muy loable, hasta el punto que casi te pones de su parte.
P.- Su papel ya había sido interpretado antes por Aurora Bautista y Ana Belén. ¿Pesa?
R.- La verdad es que no. A lo mejor pesaría si hubiera visto esos montajes. La propuesta de Rubén es suya, y las Antígonas depende de cuándo se interpreten, son muy diferentes.
P.- ¿Qué hace a Antígona atemporal?
R.- Que sigue al alma y al espíritu. No pasa de moda, no tiene nada que ver con las tendencias. Podría ser contada en cualquier momento, porque siempre hay gente que se resiste. En ese sentido, es un canto a la libertad.
P.- Cambiando de tercio, The Wine of Summer, su próxima película, está en postproducción. ¿Qué puede adelantar?
R.- Fue un rodaje muy placentero, en Barcelona y rodada en inglés. También tengo pendiente de estreno 10.000 noches en ninguna parte, de Ramón Salazar, con banda sonora mía y de Iván Valdés.