El cantante Kiko Veneno acaba de presentar su nuevo disco de estudio, Sensación térmica.

Acaba de lanzar su disco 'Sensación térmica'. Este domingo estará presentando algunas canciones junto a Refree en La Casa Encendida

Cuando hablamos la última vez con Kiko Veneno, el cantante estaba en otro planeta. Se cumplían 20 años de su mítico Échate un cantecito y él tragaba saliva ante tanta pompa y tanta ceremonia. En aquella entrevista, hasta siete veces nos repitió que lo suyo no era revolcarse en las nieves del pasado sino seguir peleando en el presente, creando "un sonido que llame al sonido", como repite casi un año después. Ahora, mucho más activo, con ganas de contar, de enfadarse, de alegrarse y de explicar, entendemos que el Lobo López andaba entonces metido hasta las trancas en el disco que ahora acaba de publicar, Sensación térmica, y que presenta a continuación con entusiasmo. Un trabajo vanguardista pasado por la modernidad a los arreglos de Refree pero, ojo, que esto no es novedad para José María López Sanfeliú, que en materia de rock español se inventó él solito la vanguardia. Ante la prensa, ha querido darle importancia al sonido, pero las palabras no le van a la zaga a los anteriores trabajos del mejor letrista de nuestro país, que hoy se rebela contra "el camuflaje y el bastardeo del lenguaje".



Pregunta.- Me parece genial el título del disco, Sensación térmica. Es una frase hecha que es pura falsedad pero a la vez connota un poco el hecho de que sea un trabajo de sensaciones.

Respuesta.- Va por ahí, eso es. Palabras como competitividad, leyenda urbana, debate ficticio... términos que se imponen en el lenguaje, muchos en inglés, formulismos vacíos de contenido. Como estamos en esta época en la que no podemos cambiar la realidad, pues cambiamos el lenguaje. Es el síntoma de este momento de vivir para atrás, este momento en el que votamos a la gente que nos desprecia, castiga, defrauda y envilece. Todo, en una crisis de la que todavía desconocemos las razones, en la que suceden cosas como que el presidente de España que se niegue a hacer una rueda de prensa, es que no se puede ser más cafre ya. Y en cambio se dedican a acuñar términos, brotes verdes. ¿Brotes verdes? ¿Te los va a preparar tu tita Mari? ¿Saneamiento bancario? ¿Pero qué vais a explicar si os lo habéis llevado todo? Es un apropiamiento del lenguaje para camuflar la realidad.



P.- Con todos mis respetos a Refree, parece que muchos medios le atribuyen a él el corte experimental del disco. Como si la vanguardia en el pop español no la hubiera inventado Kiko Veneno hace 35 años.

R.- Me llama también la atención eso, sí, con todo el cariño a Refree, que ha hecho un trabajo muy bueno. Pero ten en cuenta que este es un país en el que los Beatles todavía no han triunfado, que todavía no ha asimilado los procedimientos de ese grupo. El otro día hablaban en un programa de televisión de que el genio de los Beatles era McCartney, o sea, que no se han enterado de nada absolutamente. En España triunfó antes Mondragón, que hacía una parodia del rock, que Miguel Ríos. Vivimos en una cultura muy precaria. Cuando Camarón vivía la figura para los políticos andaluces era Rocío Jurado. Y ella tiene sus méritos pero, quillo, teníamos a un tío en la senda de la música inmortal. Volviendo a lo mío, ahora la gente tiene necesidad de buscar fórmulas para definir todo porque no lo han comprendido previamente. Y por eso se sorprenden ahora. Refree es un gran músico pero yo también tengo el espíritu vanguardista, ¡pues claro que lo tengo!



P.- Y no lo ha perdido. Recuerdo que cuando se cumplieron los 25 años de Échate un cantecito usted pasaba de la nostalgia. Prefería insistir en su búsqueda de nuevas canciones.

R.- Sigo con ese ánimo de buscar no cosas nuevas sino esenciales, contando con la experiencia y también con seriedad para devolver lo que he hecho anteriormente a un estado muy esencial también. Hay muchas formas de avanzar en tu trabajo, por ejemplo, poniendo lo de ayer en la tesitura de hoy. Hay que renovar la tradición de uno y componer cosas nuevas.



P.- Se ha tomado a pecho lo de perfeccionar la voz.

R.- En el pop no existe la perfección. Aquí hablamos de música popular, que no es perfecta. Es sencilla, fácil de compartir y expresa lo que siente el corazón. Lo que sí he admito es que tiene un trabajo de sonido muy bien hecho y trabajado. Los sonidos se llaman unos a otros. Ahí es donde voy a lo de los Beatles, ellos no se cortaban ante ningún tipo de sonido.



P.- A pesar de todos estos cuidados sonoros, no ha dejado atrás las letras, algunas muy sociales, otras muy metafóricas. Habla de inmigrantes, del falso libre comercio, de marineros que se hacen piratas, del viento del norte frío y sin contemplaciones...

R.- Sí, hay un mensaje sobre la insolidaridad, la falta de conocimiento, el bastardeo del lenguaje... Pero es que siempre me han considerado letrista y músico marginal y me he propuesto decirles a los periodistas que mi motivación es musical y que esto incluye la letra y la melodía. En este disco, una vez que tuve la sensación, el desgarro y el tono, tenía que ponerle letra también y me preocupa que las letras sean sólidas, que no se pongan en contra tuya. Si no lo haces así, se ve que es una falsedad lo que estás diciendo, yo quiero que las letras me curen a mí, que me lleven con elegancia, que representen una verdad mía por la que he luchado, que me ha costado conquistar, que la pongo encima de la mesa. Todos estos políticos que mienten tanto son esclavos de sus palabras, luego ves que son personas mediocres, embusteras e hipócritas. Las letras tienen que ser verdad, no vale ser romántico y comprometido. No, eso es muy bonito pero no me interesa, gracias. Me interesa la verdad.



P.- La letra de la canción que abre el disco, La vida es dulce, tiene un mensaje muy rotundo.

R.- Sí, es el pájaro no tiene alpiste, y qué triste, pero la vida es dulce [canta]. La vida la podemos, la tenemos, que dulcificar nosotros. Nos la han dejado sometida a un esfuerzo individual de estar preparados para en cualquier momento salir corriendo del país. Vivimos entre energúmenos, aquí puede venir una oleada como la de los nazis, cuando la sociedad no tiene conciencia, puede pasar cualquier cosa. Puede llevarse el gato el gato al agua una Fabra, un Aznar...



P.- Un poco a toro pasado... ¿Cómo le ha repercutido el nacional de Músicas Actuales?

R.- No creo en los premios. No me ha cambiado en nada. Si lo merecí alguna vez fue en el 79, cuando hice Veneno y La leyenda del tiempo. Es un premio que te dan para que te jubiles, para reconocerte los méritos y que no sigas molestando. Gracias a dios nuestro premio es el público. Hombre, yo lo agradezco por mi público y hacia ellos, los que me han seguido fielmente, quiero volverlos.



P.- Este domingo actúa en Madrid. ¿Tiene ganas de probar la sensación térmica de sus nuevos temas en directo?

R.- Muchas, muchas ganas. Voy a renovar el grupo este año, este disco requiere otro tipo de grupo y voy a aprovechar. A lo mejor meto a un trompetista. Estoy contento, todo lo que sea renovarse me gusta. Pero el domingo actúo con Refree, haré dos canciones primero con él y luego dos o tres acompañados.