Darío Facal. Foto: Sergio Enríquez Nistal

Hace doble en la cartelera con dos comedias dirigidas por él, 'Las rusas' y 'De par en par'

La cartelera muestra estos días una faceta de Darío Facal mucho más comercial de lo habitual en él. El dramaturgo y director es una de las cabezas más inquietas de nuestro teatro. Y lo demuestran los arriesgados montajes que levanta con su compañía Metatarso. Los propios y los de autores como Caryl Churchill, Heiner Müller y Jean-Luc Lagarce. Pero ahora hace doblete con dos comedias emparentadas por el humor negro y por el protagonismo del sexo femenino. Por un lado, Las rusas, en el Infanta Isabel. Y por otro, De par en par, en el Fígaro. En la primera se embarcó motu proprio junto a la artífice del texto, la actriz Ana Morgade. Y en la segunda fue reclutado por sus autoras venezolanas, Indira Páez e Ileanna Simancas. Y aunque la crisis aprieta al sector y parece por momentos que lo va estrangular, él ya prepara para este mes de mayo su peculiar propuesta de representar teatro en hoteles y una versión de Amistades peligrosas, basada directamente en la novela de Choderlos Laclos, que estrenará en junio en Clásicos de Alcalá.



Pregunta.- Hace un doblete casual en la cartelera. Más allá de la casualidad, ¿qué conexiones existe entre ambas obras?

Respuesta.- Son dos obras diferentes, con planteamientos escénicos y procesos creativos dispares. De par en par es una comedia maravillosa que se desarrolla de un modo más convencional, en apenas un solo espacio. Las rusas es más cinematográfica, al cambiar de localizaciones con frecuencia. Y también tiene toques oníricos que permiten juegos lingüísticos más elaborados. Lo que une a ambas es su humor negro y políticamente incorrecto. Y los temas que cada una aborda, la transexualidad y el tráfico de órganos, dan pie a situaciones rocambolescas.



P.- En su compañía Metatarso calificáis sus montajes como los de línea dura y línea blanda. ¿Englobaría estas dos comedias en este último grupo?

R.- Yo no mezclaría mi trabajo en Metatarso con este tipo de obras. Son líneas diferentes. Las rusas es una producción que hemos levantado desde otra plataforma. Y para De par en par me llamaron, es un encargo. Claro, que tienen reminiscencias de lo que podríamos llamar el sello Cabal. Pero con la compañía asumimos más riesgos y nos movemos en otros ámbitos distintos a los teatros comerciales, como los festivales, por ejemplo.



P.-¿Este tránsito al terreno comercial no le plantea ningún tipo de dilema de conciencia?

R.- No, porque ambos eran textos en los que creía y con elencos magníficos. Así desaparecen los dilemas. Lo que uno debe tener claro es en que terreno se mueve en cada momento y al público al que se dirige. Además, yo lo que hago es ponerme al servicio del texto. Y siento que no he tenido que hacer ninguna concesión respecto a mis principios y planteamientos escénicos.



P.-¿Qué le atrajo del texto de Ana Morgade para tomar la decisión de ponerlo en escena?

R.- Ella tiene un enorme talento. Además nos conocemos mucho. Fue alumna mía hace 12 años. Y también la he dirigido en Las criadas. El texto es suyo pero en todo momento ha estado abierta a sugerencias mientras ensayábamos. Creo que un proceso creativo que ignore la posibilidad de nuevas aportaciones pierde cualidades. Es la suerte de trabajar con autoras vivas, como ha ocurrido en estas dos obras, que además vienen de la escena, porque tanto Ana como Ileanna Simancas son actrices.



P.-¿Y qué le contaron Ileanna e Indira Páez de su decisión de escogerle a usted? ¿Le explicaron los motivos?

R.- Pues no sé todavía quién les recomendó mi nombre. Me avisaron por primera vez en primavera pero a mí me resultaba imposible. Luego volvimos a hablar en otoño. Quedaba muy poco tiempo para el estreno en el teatro Quintero. Así que trabajamos a contrarreloj. Nos metimos en la dinámica de los ensayos y no hubo margen ya para muchos comentarios. No sé, ellas harían sus investigaciones y les gustaría lo que vieron de mí.



P.- Lo de tener dos obras en la cartelera a un mismo tiempo debe ser muy gratificante pero también un agobio, ¿no?

R.- La verdad es que ha sido abril ha sido un mes muy intenso. Estábamos ensayando Las rusas cuando surgió la opción de reestrenar De par en par, cuya última función la haríamos en diciembre. Tuvimos que ensayar de nuevo. Pero comprobé que los actores la tenían muy bien memorizada todavía. Todo rodó mucho más fluido de lo que pensaba. Así al final no ha resultado tan estresante.



P.- Con Hotel Projects llevará el teatro al Hotel Intercontinental de Madrid. ¿En qué consiste esta idea que se ejecutará en mayo?

R.- Pues es una idea que surgió en Nueva York. El cónsul español allí me puso en contacto con Pop Up Theatrics. Este grupo tenía tres piezas cortas que transcurrían en habitaciones de hotel. Querían llevarlo a España. Les dije que se podría hilar las tres obras para que formaran una misma historia. Al llegar a Madrid se lo propuse al Hotel Intercontinental y se mostraron muy abiertas a ceder sus espacios. Ahora se desarrolla en las zonas innobles: la cocina, la lavandería... Y se verá por parejas, que van acompañadas de actores.



P.- Y también está trabajando en una adaptación de Las amistades peligrosas...

R.- Sí, la estrenaremos en junio, en Clásicos de Alcalá. Es una adaptación directamente de la novela de Choderlos de Laclos, del siglo XVIII, no una nueva versión del texto de Hampton, por eso está justificada su presencia en este festival. Queremos que nuestro montaje sea más riguroso con el texto original, aunque está traído a nuestra época contemporánea.



P.- ¿Y el 21% usted personalmente cómo lo ha encajado?

R.- Como un golpe muy desconsiderado de este gobierno a la cultura. Los políticos han vuelto a demostrar que lo que más les preocupa son sus propios problemas, no los de los ciudadanos de a pie. La creación teatral más arriesgada lo tiene cada vez más difícil en España. En Metatarso hemos pasado todo 2012 sin producir nada. La reducción de los ingresos en taquilla ha sido brutal y así todo se complica. La cartelera se irá empobreciendo si no se da marcha atrás.



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