Esperanza d'Ors se asoma a través de su homenaje a Matisse en la galería Tiempos Modernos de Madrid. Foto: Javier Barbancho.

La escultora presenta en Madrid, en la galería Tiempos Modernos, sus últimas esculturas: 13 homenajes a 13 grandes artistas

Esperanza d'Ors (Madrid, 1949) lleva 33 años conviviendo con la escultura. Sus reconocibles figuras -espaldas anchas, frontales, desnudas y asexuadas- forman ya parte de nuestro imaginario contemporáneo, en parte gracias a las obras públicas que León, Oviedo, Elgoibar (Vizcaya) o Leganés (Madrid) han colocado en plazas y calles. Son seres que recogen las preocupaciones del hombre actual, arquetipos de nuestros pesares. Figuras, en cualquier caso, con un pasado estético que hoy la artista quiere dejar muy patente y de ahí este homenaje a los clásicos. Desde Picasso a la escultura griega y sus hermosos kuroi, Esperanza d'Ors muestra 13 piezas, 13 homenajes en 2013, que pueden verse en la galería Tiempos Modernos de Madrid hasta el próximo 29 de junio.



Pregunta.- Dice de esta exposición que es un trabajo hecho más con el corazón que con la cabeza. ¿Por qué?

Respuesta.- Esta exposición en realidad se empezó a gestar en el año 91 a raíz de una experiencia que viví en Egipto. En el templo de Sakkara me encontré una escultura como la que yo había dejado en mi mesa de trabajo: Escuela de Prometeo. Es emocionante reconocerte en el trabajo de otros. Me conmovió descubrir que, dentro del trabajo artístico, formas parte de los que te precedieron y que ellos han compuesto para ti la forma del mundo y de la condición humana a la que yo modestamente me sumo. Es la ley esencial de un artista: la pertenencia a una tradición.



P.- Algunos de los homenajeados se le asemejan más que otros... Sorprende, por ejemplo, el conjunto dedicado a La danza de Matisse.

R.- Hay homenajes buscados y encontrados y éste es claramente un homenaje buscado. Era un gran reto para mí enfrentarme a una pintura y La danza es una gran obra que además permite seguir el rastro de este tema durante siglos, desde los vasos grecorromanos hasta hoy. La relación más directa con Matisse estaría en las figuras: las suyas, como las mías, parecen tener esa ambivalencia sexual que permite expresar una serie de de sentimientos.



P.- Los homenajes son una manera de rendir cuentas, ¿cree que en la vida de todo artista llega el momento de rendir cuentas, agradecer o reconocer el legado de los grandes?

R.- Absolutamente. Además, en mi caso, que no he tenido un acceso al arte de forma convencional, que soy autodidacta, estos artistas han sido mis maestros. Manolo Hugué ha sido mi profesor de anatomía, igual que Rodin. Incluso algunos que parecen lejanos a mí, como Anthony Caro, con el que me siento estilística y emocionalmente cerca, están también aquí. Podrían estar también Giacometti, Marino Marini... En realidad tenía cerca de cuarenta homenajes pero el momento difícil que vivimos me ha hecho concretar y he hecho este juego de 13 en 2013.



P.- ¿Qué le debe a Picasso?

R.- Picasso es la gran esponja del arte, es un personaje síntesis. A través de él se rastrea todo lo ocurrido hasta entonces, es el maestro de ceremonias perfecto y su potencia es descomunal. Mi homenaje a Picasso, Leda y el cisne, es reflejo del hombre de la cabra de Picasso, en este caso es un homenaje encontrado. En realidad, todo está inventado, nosotros hacemos una reescritura. La condición humana, la sed de consuelo, el ansia de libertad...



P.- ¿Y qué hay de Leonardo?

R.- He investigado a Leonardo a través de mis Ícaros, es otro monstruo, absolutamente completo. El tema del ala y su mecánica me ha ayudado a construir Ícaros con alas imposibles y artilugios de alas y expreso mi deuda con este Dédalo.



P.- Contenedor humano es una pieza completamente distinta, las figuras pierden su estilismo y se muestras apelotonadas...

R.- Es mi homenaje a William Blake, pero podía ser también a Miguel Ángel... En realidad, es por donde va mi trabajo ahora, por el que yo apuesto para mi siguiente exposición. Me interesa cada vez más la aglomeración de cuerpos y éste es el primero de cuatro contenedores y de un vídeo que quiero hacer sobre la construcción de un habitáculo. Empecé a analizar el tema de nuestro tiempo que es la inmigración, recorto imágenes de las pateras, de los inmigrantes que llegan y salen en la prensa. Es una reflexión sobre la intransigencia, que es uno de los peores muros con los que nos encontramos hoy.



P.- Porque ¿el artista debe estar comprometido con su tiempo?

R.- El compromiso del artista es traducir. Nos movemos por intuición y son los ojos de los demás los que dan sentido a nuestro trabajo. A mí, mi trabajo me los explican los otros. Lo importante es conectar con tu tiempo, lo demás lo dirá la Historia. Nosotros construimos el rostro de nuestro tiempo.



P.- ¿Hacia dónde va la escultura hoy?

R.- Por mucho que digan que la escultura figurativa está denostada, que la escultura va por otro lado, yo conecto con gente muy joven. ¿Quién puede prohibir a un joven escribir un soneto? Lo que tenemos que ver es si esa obra produce emoción, abre interrogantes, hace reflexionar.



P.- Lo que supongo que ya no concibe es alejarse del cuerpo, de la figura.

R.- No sé hacer otra cosa, todo en mi obra parte de la figura. La contemporaneidad la dan los elementos que yo añado. Aunque yo utilice un concepto tradicional como la figura, mi obra sólo puede ser entendida desde el hoy.



Ver otros Buenos Días