barca de paso con "pouso" para transportar cestos de vendimia en San Fiz, Chantada (Lugo)
Dentro del recorrido por la exposición 'Orinoco, viaje a un mundo perdido' del Museo Centro Gaiás podemos aproximarnos también a la realidad fluvial gallega a través de numerosas piezas que proceden de diversas instituciones.
De la misma manera que el Orinoco es un río vertebrador e identitario de los pueblos que habitan su cuenca, la red hidrográfica gallega ha sido y es uno de los trazos más expresivos de la riqueza patrimonial, cultural y biológica de su territorio. Por ello, la exposición
Orinoco, viaje a un mundo perdido ha querido recoger en su oferta un panorama de las artes de pesca y embarcaciones tradicionales gallegas además de fotografías que retratan los paisajes y costumbres que a lo largo de la historia se han ido desarrollando junto a sus ríos. Canoas y barcas tradicionales como las dornas (embarcación de pesca típica de las Rias Baixas) creadas para facilitar las comunicaciones y la actividad comercial, artes de pesca como la ‘nasoura' del Ulla y del bajo Miño, la fisga, el redote o el ratel para aprovechar sus recursos naturales, o elementos de la arquitectura pesquera como las pesqueiras y los ‘caneiros' integran un pequeño muestrario de la cultural material de las gentes que convivieron durante generaciones con estos ríos. "Al igual que en la Amazonía -señala el historiador y comisario de esta parte de la muestra Alejandro de Arce-, los habitantes del noroeste de la Península Ibérica tuvieron que adaptarse a un medio marcado por una gran cantidad de ríos, arroyos, riachuelos o regatos que marcaron sus pautas de supervivencia desde la prehistoria. Podemos imaginar que en aquella época no era fácil recorrer el territorio bordeando los cauces en busca de un paso o vado seguro. Los ríos eran, pues, importantes medios naturales de comunicación: unían pueblos y territorios o, por el contrario, servían de frontera".
Para Arce, los ríos de Galicia han supuesto desde la Antigüedad un medio de subsistencia complementario de la actividad agrícola y ganadera tradicional: "La pesca activa o a través de trampas han aportado grandes beneficios a las comunidades campesinas". Del Arce ha planteado esta parte de la exposición como un diálogo entre los pueblos del Alto Orinoco y el gallego que, aunque se han desenvuelto en ecosistemas y ámbitos culturales muy diferentes, "comparten los beneficios y las dificultades que les presenta un paisaje profundamente marcado por los cauces fluviales".
Una de las conclusiones importantes que puede sacarse al finalizar el recorrido de esta muestra es que muchas de las técnicas y elementos que se contemplan en ella no solamente no se han perdido sino que siguen vigentes y en pleno uso. Los explica el comisario con ejemplos concretos: "Aunque parezca increíble todavía se captura lamprea con tridente o fisga en aguas del Tea, de forma similar a como se hacía en la prehistoria, se explotan algunas pesqueras del Miño y del Ulla y, recientemente, gracias a un proyecto europeo, se han rehabilitado los ‘caneiros' de anguila en Portomarín". Pero la memoria fluvial gallega quiere mirar también al futuro. Gracias a iniciativas como esta se puede encarar la modernización sin necesidad de olvidar la forma de vivir y de trabajar de hace solo unos pocos años. "Esta modernización, deseada por la mayor parte de la población, ha de ser racional -precisa a El Cultural Alejandro De Arce-. Lo demuestra el éxito de una gran cantidad de proyectos de protección y recuperación del paisaje fluvial en otros lugares del mundo. También en Galicia.
Tenemos medios y capacidad de sobra pero hace falta voluntad y ser conscientes del valor del legado material que aún perdura y que está íntimamente ligado al medio en el que se desarrolla. Un ‘caneiro' no tiene sentido si las anguilas o lambreas no pueden llegar hasta el lugar indicado por las barreras con las que se encuentran o por la calidad del agua en las que tienen que vivir. En esta exposición observamos que todavía existen muestras del rico patrimonio fluvial de Galicia. Aún estamos a tiempo".