Eduardo Mendoza. Foto: Elena Blanco
La semana del 12 al 16 de agosto, Eduardo Mendoza (Barcelona, 1939) está dispuesto a enseñar sus cartas y a descubrirnos Los libros que hay que leer, dentro del ciclo El Autor y su obra que se desarrolla en los Cursos de Verano de la UIMP de Santander. Confiesa el escritor -que se encuentra en "un sitio estupendo, viendo un paisaje de montaña maravilloso, aunque a una temperatura de horno de pizza, como casi todos"-, que en realidad su propuesta tiene algo de "provocación, de divertimento, de reflexión, de declaración de principios y de confesión". También que primero puso el título y luego pensó lo que quería decir. - Lo que me propongo es contar lo que yo pienso que son la lectura y la escritura, a través de un recorrido por algunos libros que a mí me parecen interesantes, importantes y cada uno de ellos representativo de algo que puede aportar la lectura, no tanto el libro como la lectura, una visión diferente del mundo. Entonces hay algunos que son muy particulares. -Empieza por la Biblia... -Sí, para introducir lo que pretendo con el curso planteo si es real el realismo, a través del episodio de Moisés y la Travesía del Mar Rojo. Pero luego reflexiono sobre Northanger Abbey de Jane Austen, que es el universo más reducido, provinciano, pequeño, y cómo eso es importante... Intento descubrir la realidad en sus peores aspectos gracias a Balzac, Dostoievski, Baroja y Primo Levi, pero también cómo el mundo es un buen día con El Quijote, lo que nos enseñan las grandes aventuras de Julio Verne o Moby Dick. Y Sófocles, Goethe, Chandler. O las grandes voces de ultramar, como Juan Rulfo (Pedro Páramo), García Márquez (Cien años de soledad), Chinua Achebe (Todo se desmorona), Murasaki Chikibu (Genji Monogatari). O los olvidados... Si, lo que quiero contar es lo que son estos libros para mí como ejemplo, como paradigma de lo que aporta la lectura."Intento descubrir la realidad en sus peores aspectos gracias a Balzac, Dostoievski, Baroja y Primo Levi, pero también cómo el mundo es un buen día con El Quijote"-De todos los libros de los que va a hablar ¿hay alguno, algún personaje que le haya marcado especialmente? -Si tuviera que elegir.... no podria decidirme, es como elegir cuál es la chica perfecta: todos ellos, por alguna razón me han sacado de mis casillas, me han interesado desde el punto de vista intelectual, literario, técnico, pero un poquito más que el resto, me han dejado un poco como si me hubieran abducido los marcianos y todos tienen su momento. Hay algunos que son especialmente malos, como por ejemplo Agatha Christie, pero la incluyo en el curso porque tiene muchos méritos pero también muchísimos deméritos, y también me parece interesante hablar de los defectos de los libros. -¿Por qué? -Porque en estos momentos creo que la literatura está en el lado del entretenimiento de las novelas de zombies para el verano, zombies los protagonistas y zombies los lectores, y por otra también predomina una visión muy académica y muy analítica, y una tercera, que también me molesta muchísimo, que es una visión utilitaria que es este libro nos enseña lo fea que es la injusticia, y yo creo que el libro es otra cosa, una experiencia vital que nos enriquece. -¿En qué nos estamos equivocando entonces ahora con la lectura? -Yo creo que la literatura nos atrapa por el entretenimiento, porque nos distrae, pero hay algo más que eso. Pasa un poco con la literatura como ha pasado con la comida, que antes se comía para no morirse de hambre y ahora nos pasamos la vida buscando restaurantes, comentando el tipo de comida, la fusión, y hemos perdido de vista que además de todo eso, también consumimos proteínas, grasas e hidratos de carbono, y que la lectura tiene todos los componentes, que es buena de comer pero además nos alimenta y unos sólo ven el alimento y otros solo la presentación del plato y yo creo que hay que volver de vez en cuando, sobre todo a una edad, a replantearse qué es este libro y qué significó en su momento, cuando lo leí, ahora. No sé, tengo tanto de lo que hablar que creo que voy tener que quedarme al menos una semana más para acabar el curso....
-¿Y para qué sirve la literatura en estos tiempos de crisis? -Pues yo creo que de muy poco desde el punto de vista práctico, pero afrontar los malos momentos en buena compañía siempre es mejor. Si estás en el paro y te pasas la tarde haciendo zapping frente al televisor, lo más probable es que te pegues un tiro; en cambio, si aprovechas para leer a Proust, que a lo peor nunca lo has hecho, pues a lo mejor estás más contento de estar parado. Realmente creo que hay que huir de la literatura como parche sor Virgilia, pero la literatura, la música, la cultura en general ayudan a vivir en un sentido muy amplio, aunque si se te ha pinchado una rueda no sirve para nada haber leído Moby Dick. -Me gustaría plantearle una de las cuestiones sobre las que va reflexionar en el curso: ¿qué lugar ocupa la ficción en una época caracterizada por el exceso de información y de entretenimiento? -Si, pues ahí está, el curso tiene también un leit motiv marcado por Goethe -esto el programa no lo dice para no asustar a los posibles inscriptores, je, je - , pero me parece clave la imagen de Goethe, un hombre preocupado por todos los adelantos, por la geografía, pero que es consciente de que a todo esto lo que le da sentido es la ficción, porque es la que plantea la vida como argumento. Discurre a través del tiempo y tiene un sentido que no ha de ser muy lineal, pero pone orden en la cantidad de datos que recibimos, no sólo la información de los medios de comunicación o de internet, sino los datos que nos da la ciencia, la filosofía... Pues bien, todo esto cómo lo asimilo a mi vida, que transcurre en un tiempo y en unas circunstancias muy concretas. Yo creo que el relato ordena.... pero tampoco estoy muy convencido de eso, sabe, por eso lo pienso proponer como idea en el curso. Comenta el autor de La verdad sobre el caso Savolta que hoy a casi nadie parece preocuparle el papel de la poesía, el relato como forma de ordenar el mundo, mientras todo el mundo está obsesionado "por el libro electrónico, o por el mercado, por si se publican muchos títulos. Y todo eso es verdad -destaca-, sí, pero hemos perdido de vista a Anna Karenina, Orgullo y prejuicio, aquellos bailes que son parte de nuestra vida, y una parte importante de la vida de los que hemos sido lectores, incluso de los que no leen porque les ha llegado a través de lo que han hecho los que leen..." -No le gusta hablar de política, pero ¿cómo valora el ser el primer escritor catalán en lengua castellana que obtiene el premio Nacional de Cultura de la Generalidad, confirma que a pesar de todas las tensiones políticas la normalización lingüística es un hecho. -Bueno, confirma que un jurado concreto de personas concretas ha tomado esta decisión y con este espíritu yo lo he aceptado porque hay una concesión y una aceptación. La cultura es la cultura y la literatura es la literatura y ya está, no hay que complicarse la vida más de lo que ya lo está. -Inevitable preguntar por su próxima novela -Mira, cada vez me gusta más hacer resúmenes y no desarrollos, y no, no sé, tengo algunas cosas empezadas pero no, no estoy en nada de momento. -¿Quizá por que prepara algún nuevo proyecto teatral? -Ah, eso sí lo tengo ya muy dejado; fue solo una escapada, lo pasé muy bien, me divertí mucho, pero pensé que ya estaba. No sé, es posible que algún día se me ocurra una idea y me ponga de nuevo en marcha pero ahora no, eso lo tengo en alquiler..."Me molesta muchísimo la visión utilitaria de la literatura que nos enseña lo fea que es la injusticia. yo creo que el libro es otra cosa, una experiencia vital que nos enriquece"