Marta Rivera de la Cruz publica La boda de Kate.

La escritora lucense publica 'La boda de Kate' (Planeta), una novela que mezcla misterios, libros, amistad y amores tardíos

La lista de medios de comunicación en los que colabora Marta Rivera de la Cruz (Lugo, 1970) es tan extensa que resulta llamativo que con su edad haya tenido tiempo de escribir seis novelas. Hija y nieta de periodistas, parecía predestinada a desempeñar la profesión y así lo demostró precozmente. En su faceta de escritora no se quedaba atrás y ya en 1998 publicaba su primera novela, Que veinte años no es nada y con la cuarta, En Tiempo de Prodigios, quedaba finalista del Premio Planeta. Ahora publica La boda de Kate, una historia de amores tardíos y misterios que supone su regreso a Ribanova, una pintoresca ciudad gallega imaginada por la propia autora.



Pregunta.- ¿Dónde encontró la inspiración para esta novela?

Respuesta.- En una noticia que leí hace algunos años sobre una profesora americana que poco antes de morir se había casado con un pretendiente al que había rechazado a lo largo de su vida en tres ocasiones. Al poco tiempo, una señora se sentó una tarde a mi lado y empezó a darme charla. Me contó que un novio de su juventud se le estaba insinuando y me preguntó que me parecía a mí que debía hacer ella. De estas dos anécdotas surgió La boda de Kate.



P.- Esta novela vuelve a transcurrir en Ribanova, ese lugar inventado de Galicia en el que ya se desarrollaron sus primeras ficciones. ¿La echaba de menos?

R.- Sí. Tenía la sensación de que esta historia se contaba mejor en un espacio pequeño. Mis últimas dos novelas se ambientan en Madrid, pero para esta historia no me valía.



P.- Hay muchos autores que han creado lugares imaginarios donde desarrollar su literatura: Faulkner, García Marquez, Calvino... ¿Desde un principio era consciente de que estaba construyendo un lugar al que volver en el futuro?

R.- Cuando escribí mi primera novela, Que veinte años no es nada, quería una ciudad para moverme con comodidad. Pensé en situarla en Lugo que me era más familiar pero esto podía acarrearme algunos inconvenientes como que ciertas personas se diesen erróneamente por aludidas. Por este motivo creé Ribanova pero sin ninguna intención consciente de volver a ella en el futuro. Lógicamente, siempre tienes en mente a autores como Clarín, que creo Vetusta, o Pardo Bazán pero casi no me atrevo a nombrarlos porque no me parece una comparación oportuna.



P.- ¿La relación entre Kate y Foster demuestra que la vida siempre nos da otra oportunidad?

R.- Lo que yo quería mostrar es que cuando hay otra oportunidad tenemos que cogerla por los pelos y que nunca es tarde para hacerlo. La excusa no puede ser que ya es muy tarde para mí.



P.- ¿Qué papel juega la amistad entre estas peculiares compañeras de piso para el trascurso de la trama?

R.- Kate tiene una familia bastante horrible y para ella sus amigas son ahora su verdadera familia. Para mí, por mi experiencia y por la gente que he tenido la suerte de encontrarme durante los últimos años, la amistad es muy importante. Por eso creo que juega un papel crucial en mi novela.



P.- ¿Cuál era su intención a la hora de introducir el mundo editorial en la trama?

R.- La idea fue del todo consciente. Las librerías y las editoriales están sufriendo una crisis muy importante y quería hacerles un pequeño homenaje. Hay que tener en cuenta que no solo tienen esa vertiente romántica, también dan muchos puestos de trabajo y creo que los gobiernos están dejando el negocio a los pies de los caballos. Aun así no me resigno, no lo podemos dejar así.



P.- ¿Cómo se le ocurrió introducir a Truman Capote en la trama?

R.- Truman Capote es uno de mis autores favoritos pero además es un personaje que me fascina y que me daba la posibilidad de viajar al Nueva York de los años 40. Quería para él una anécdota muy particular relacionada con su paso por el New Yorker y que, además, diera respuesta a sus reticencias a publicar su primera y, a mi parecer, muy interesante novela, Crucero de Verano.



P.- ¿No cree usted que entre los preparativos para una boda hay material para desarrollar una saga?

R.- Sin duda. Yo no estoy casada pero sí he tenido la experiencia de la boda de mi hermana y es a la vez muy complicado y muy divertido. A Kate y sus amigas la preparación del enlace les ilusiona y les hace pasar un muy buen rato.



P.- ¿De dónde saca tiempo para escribir con toda la actividad que desarrolla en el ámbito periodístico?

R.- No tengo la sensación de que me falte tiempo. Soy muy flexible conmigo misma y si solo puedo dedicar una hora a la escritura se la dedico en vez de dejarlo para otro día. No estoy agobiada por el trabajo.



P.- ¿Qué espera transmitir al lector con La boda de Kate?

R.- Una inyección de optimismo. Estamos atravesando un momento muy duro anímicamente y la ficción siempre puede ser un refugio.



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