Guillermo Solana
El director artístico del Thyssen-Bornemisza presenta hoy el libro '#Thyssen140', una original guía del Museo escrita en twitter
Pregunta.- En 140 caracteres: ¿Cómo resume los 15 días dedicados a la Colección Thyssen en twitter?
Respuesta.- Una orgía de trabajo tremenda. Nadie se imagina el tiempo que me llevó hacerlo. (Hasta aquí el tuit) Fue una idea improvisada y cuando empecé no sabía si podría acabar. Le dedicaba 4 horas de trabajo diarias. Pero al final salió, y salió bien. Ahora el libro es la forma de rentabilizarlo.
P.- ¿Cómo surgió la idea de contar el museo en la red social del momento?
R.- Se me ocurrió un puente de comienzos de diciembre. Me enteré de que Steven Soderbergh estaba publicando una novela en twitter, no era el primero, pero me llamó la atención. Una novela por entregas... qué tour de forcé tan bonito, qué desafío tan interesante. Normalmente la gente pone el contenido en twitter mediante links, esa es la manera racional. Meter el contenido a la fuerza en un formato tan inadecuado eso es el desafío. Pensé que yo no podía escribir una novela pero sí contar el museo.
P.- "Comienza #Thyssen140, mi guía esencial del @museothyssen. A partir de aquí, los tuits van numerados. Leedlos con cuidado, cada palabra cuenta". Fue el primer tuit y dio paso a un fenómeno en la red social, todos esperábamos ansiosos el siguiente comentario: ¿Ha sido consciente de ello?
R.- Con twitter he tenido dos sorpresas, al principio cuando entré me llevé la sorpresa de que no me siguiera nadie o casi nadie, estando apoyado por la cuenta del museo pensé que iba a ser fácil. Y no, los seguidores te los ganas uno a uno. Me di cuenta de lo que costaba ganárselos. Luego, cuando surgió esta idea de los cursos la sorpresa fue la contraria: el enorme éxito que tuvieron desde el principio. Y creo que la clave es ofrecer material inédito: las fotos que subía eran del archivo fotográfico del museo con la mayor resolución posible, los textos no eran refritos sino algo real que yo escribía en ese momento para esos seguidores concretos. Ofrecer material inédito en un medio donde hay mucha segunda mano. Eso es lo que agradecen los seguidores.
P.- Cada palabra cuenta... Hay que dar en el clavo, que no suene a broma, pero que divierta, que no sea demasiado serio pero que denote autoridad en la materia... ¿Cómo ha gestionado usted las palabras a la hora de describir las obras?
R.- No he fijado el tono de antemano aunque me preocupaba. Unos días era más pedante y otros más frívolo, pero, eso sí, cada tuit está documentado: me volvía a leer la ficha de la colección e intentaba decir lo esencial, meditado, aunque luego todo dependía del humor del momento. Es una combinación de prepararse bien pero al mismo tiempo dejarse llevar. Se mezclan las frases filosóficas y pomposas con las observaciones triviales.
P.- A algunas de las obras de la Colección les dedica un tuit, a otras, varios, ¿con qué obra de la Colección ha tenido más problema a la hora de sintetizar su esencia?
R.- Mi conocimiento de la Colecciones es desigual. Hay obras a las que les he dedicado conferencias y otras que he estudiado superficialmente. Por eso quizá por algunas paso más de puntillas. A la Santa Catalina de Caravaggio le dediqué casi todo un capítulo entero: es importante en la Colección, era la obra favorita del Barón, caravaggio es un pintor impresionante en la Historia del Arte y lo he estudiado mucho. En conjunto las obras fundamentales están bien representadas y esto sí lo planifiqué, hice un mapa. Todo lo demás fue entrar a tumba abierta.
P.- "La colección Thyssen son 700 años de Historia del Arte: de la tabla más antigua (1290) al retrato de Heini por Freud (1982)", fue el segundo. Una historia del arte en 310 tuits, ¿no le ha sabido a poco?
R.- Sí, a pesar del enorme trabajo sabe a poco. Por eso luego hice otro curso cuyo libro ya está en pruebas, de la Colección Carmen Thyssen con otros 300 tuits y espero hacer otros cursos: con detalles de la colección significativos, cosas sorprendentes que se pasan por alto, o posibles recorridos temáticos. O una revisión con maestros menores y obras secundarias que me obligará a estudiar cosas hasta hora menos vistas y esa es la labor de un conservador. Mientras enseñas aprendes.
P.- "Lo que poseemos nos posee. El coleccionista, dentro de su propia colección" fue el último tuit dedicado al retrato de Freud del Barón Thyssen. ¿Qué cree que pensaría Heini de todo esto?
R.- Le divertiría muchísimo, tenía un sentido del humor asombroso y poco convencional, poco conformista incluso rebelde y le parecería muy divertido que a base de mensajes se pudiera contarse su Colección. He intentando que todo lo escrito pudiera ser leído por el Barón sin que torciera el gesto.
P.- ¿Cómo ayudan las redes sociales al Museo? Es decir, ¿toda esta dedicación en twitter tiene feedback fuera de la red?
R.- No lo sé, no estoy seguro de que los que me siguen en twitter vengan alguna vez al Museo. Hay muchos que lo conocen y frecuentan pero hay muchos que no van a venir nunca. En tuiter hay un público iberoamericano enorme, sobre todo de México y Argentina. Llego a personas que no son habituales, y eso me gusta. No pienso en los potenciales compradores de entradas, me interesa explicar cómo es el museo a personas que no lo van a poder visitar. Es un público a distancia en el que nunca había pensado.
P.- Como todo, las redes sociales también han cambiado la manera de acercarse al arte pero ¿de qué modo?
R.- La información hoy ha de ser fragmentada, troceada y simplificada para adaptarse a los nuevos canales. Y esa información centrifugada pero legitima que ponemos en la redes se convierte en materia social y eso es lo interesante. Porque el museo hoy es un medio social. Y las redes han expandido esa misión social del museo.