Casi cincuenta años después de su grabación, el clásico de Bob Dylan por fin tiene un vídeo-clip. Y es interactivo. Y es una obra maestra. Un monumento al tema que transformó la música popular para siempre...

Un golpe de batería como si fuera un disparo. Después un breve silencio, un órgano que suena a fanfarria, una ola que nos mece, y entonces la voz, seca, agria, preguntándonos qué hemos hecho con nuestra libertad y cómo nos sentimos al respecto. La canción comenzaba como comienzan todos los cuentos universales: 'Once upon a time...'. Érase una vez cómo la música popular, y lo que era capaz de alcanzar, cambió para siempre. En apenas seis minutos y trece segundos Bob Dylan modificó las reglas del juego. Like a Rolling Stone. En cierto modo, lo era. Un disparo. El tiro de gracia y el pistoletazo de salida. Un nuevo sonido apagaba el viejo. Un poeta lo llamó sonido mercurial.

El crítico Greil Marcus, uno de esos escritores que dignificó la crítica musical conectándola con la intelectualidad, le dedicó un libro entero a ese single grabado en los estudios de Columbia de Nueva York, en junio de 1965, y que el propio Dylan definió como “un vómito de varias páginas que escribí en estado de trance”. Hanif Kureishi alabó el imprescindible ensayo de Marcus, considerando que estaba escrito “con una inteligencia feroz”. En sus más de doscientas páginas, el crítico norteamericano concentró su habilidad para destilar, de una sola canción, todo un contexto, el de un movimiento artístico (la contracultura) y el de un país (un mundo) en plena convulsión.

Sirva esta precisión bibliográfica como muestra de la onda expansiva que ese golpe de batería, ese disparo, provocó en la cultura popular. El tema, llamado a inaugurar el álbum Highway 61 Revisited, escaló inmediatamente posiciones en el ranking de ventas, a pesar de que las radios lo pinchaban en versión reducida (por entonces, más de tres minutos de canción era toda una osadía), y durante casi cinco décadas ha sido versionado hasta la saciedad (incluso los propios Rolling Stones grabaron un cover), mostrando cómo sus versos, su estribillo, se han grabado a fuego en el imaginario colectivo.

Con esa noción juega el primer vídeoclip oficial de la canción, para el que ha habido que esperar toda una vida. Creado por Interlude, es probablemente el gesto dylaniano más relevante de los últimos años, que coincide con el lanzamiento en unas semanas de un cofre de lujo de 47 Cds con lo mejor de la obra dylaniana. El clip es un verdadero monumento que, como tal, por fin hace justicia al legendario clásico del rock. Se trata de un vídeo interactivo que permite al espectador hacer zapping en una televisión virtual. A lo largo de dieciséis canales, de toda índole y naturaleza (desde informativos a concursos a un partido de tenis o un canal de cocina o el History Channel), todos las personas que aparecen en pantalla sincronizan el movimiento de sus labios con los versos de la canción.

Un vídeo que a su vez contiene dieciséis vídeos en su interior y que se abre a infinitas posibilidades de visionado. Zapeando a su antojo con el curso del teclado, nadie lo verá del mismo modo, como nadie ha interpretado Like a Rolling Stone de la misma manera. Del presentador Drew Carey en el concurso The Price is Right podemos pasar a una película indie a lo Richard Linklater en el canal Moviez o a un reality show o a un canal de teletienda. Y todos los rostros en pantalla se saben la canción, sincronizan sus palabras con las de Dylan cantando el tema, incluso el público congregado en el concurso celebra la energía del estribillo con los brazos alzados. Zapeando y zapeando daremos con el tesoro: el propio Dylan, en su enérgica juventud, interpretando el tema en directo con The Band (entonces, The Hawks) durante la gira británica de 1966. Desde su concepción a su ejecución, la pieza audiovisual funciona como un mecanismo perfecto.

Señoritas solitarias, vagabundos misteriosos, diplomáticos, Napoleón en jirones y toda “esa gente bonita bebiendo y pensando que su vida está asegurada”. Por el casi centenar de versos de Like a Rolling Stone desfila la fauna de un mundo decadente, al borde de perder todo lo que tienen. Y qué sentirán entonces, sin saber el camino de vuelta a casa, como si fueran cantos rodados. Se lo preguntaba, nos lo preguntaba, Dylan hace casi medio siglo. Después de todos estos años, la canción no ha sido diezmada por el tiempo y la repetición. Su vídeoclip oficial, encerrando la fauna de nuestros tiempos en el flujo catódico de la tecnología interactiva, no hace sino reafirmarlo.

Os presentamos nuestra versión aleatoria. Vosotros podéis crear la vuestra entrando aquí.

jwplayer('mediaplayer').setup({width:450,height:233,flashplayer: '/player/player.swf',file: '/video/2013/bobdylan/bobdylan.mp4',image: '/img/img_galeria/2013/bobdylan.jpg'});

// ]]>