Javier Corcuera.
El documentalista estrena Sigo siendo, un recorrido por la tradición musical de su país natal.
Pregunta.- Es un filme musical pero también una película muy conectada con sus anteriores trabajos de perfil más claramente "social".
Respuesta.- La película tiene muchas capas. El punto de partida fue que quería hacer una película sobre el país donde nací y del que me fui a los 19 años para vivir en Madrid. Habla del presente, de cosas bellas como su música. Quería retratar al país hoy a partir de sus realidades y personajes. El propio título, Sigo siendo, ya nos da una idea de ese "Aquí estoy yo", como forma de resistencia. Quería dibujar esos universos del Perú profundo de hoy. No solo lo social. En mi filmografía siempre ha habido mucha música. En La espalda del mundo tiene una gran presencia la kurda, hasta en La guerrilla de la memoria vemos a un guerrero cantar.
P.- La música, como ha sugerido, es una forma de resistencia contra la adversidad.
R.- Es una película sobre la música no oficial, vemos un país oculto, un país negado porque estas naciones del Perú son negadas y es un arte de resistencia, que dice que a pesar de todo seguimos siendo, resiste en su identidad. Son naciones muy fuertes que se tocan y abrazan.
P.- La película empieza en el Amazonas y poco a poco llegamos a Lima. En ese recorrido vemos una música cada vez más mestiza.
R.- Empezamos con música chamánica, solo voz, es una cultura más escondida. Es una música que ha ido pasando de generación en generación. Cuando bajas a los valles andinos encuentras instrumentos occidentales como el arpa y el violín, todo llevado a las melodías tradicionales andinas. Después tienes la parte africana del Perú, tienes el tambor al lado de la guitarra. La tradición del zapateado no tiene un origen claro en el flamenco. Hay muchos tipos de zapateados, limeño, del Carmen... habría que estudiarlo bien. Es una mezcla de muchas influencias.
Fotograma de Sigo siendo.
P.- Descubrimos a grandes músicos muchas veces detrás de figuras cotidianas como el vendedor de helados o el conductor de autobús.R.- En la película no viven de su oficio como músicos a pesar de ser músicos muy populares. Está el heladero, el conductor de autobús, el que dice que se dedica a la electroquímica, que no sabemos muy bien qué es. Eso responde a una realidad del músico popular que no puede vivir de su oficio. Algunos son músicos my conocidos, otros desconocidos e incluso anónimos, todos están en la película al mismo nivel. Un caso palmario es el de César Calderón, a quien vemos en el filme, una de las guitarras más importantes de la música criolla, que es muy underground porque no sale en los medios de comunicación ni en las páginas culturales, son muy queridos por la gente. Cuando murió Carlos Hayre, otro protagonista, sus amigos tuvieron que hacer una colecta para pagar el entierro.
P.- El agua tiene un peso fundamental.
R.- La música popular es fuente de agua, está muy ligada a ella. Cantan a que llegue el agua, toda la música popular de la Amazonia trata sobre el agua. Vemos a esa cantante que dice que canta para que no se seque el río, es música también para advertir de que existe ese riesgo, aparte de ser el hilo conductor. También es un tema de presente de hoy porque muchos de los conflictos sociales con las multinacionales tienen su origen en el agua.
P.- Vemos a una cultura muy respetuosa con sus mayores, un valor perdido en el mundo occidental.
R.- En el mundo andino hay una cultura de supervivencia que tiene que ver con el relevo, a pesar de las migraciones a la ciudad sigue habiendo una tradición que no ha desaparecido y es por eso. Algunas de las canciones que cantan son prehispánicas.