Alicia Ventura
La responsable de la Colección de arte contemporáneo de DKV ha recogido el premio de ARCO al coleccionismo corporativo.
Pregunta.- ¿A qué intereses artísticos responde la Colección DKV?
Respuesta.- Su interés responde a la utilización del arte como una herramienta innovadora y que marca diferencia en políticas corporativas e institucionales. No sólo es un modo de expresión, sino una herramienta terapéutica que en los últimos años ha experimentado un importante desarrollo como forma de complementar los tratamientos de diversas enfermedades. La introducción artística en las empresas supone un avance en métodos creativos y de desarrollo.
P.- Además de la adquisición de obra, últimamente la Colección ha puesto énfasis en la producción, generalmente para sus centros hospitalarios, ¿cómo se complementan ambas labores?
R.- Desde hace un año aproximadamente estamos comenzando un programa de colaboraciones y becas de producción basado en ayudar a los artistas y a las instituciones a producir aquellas obras necesarias para su discurso y que integramos inmediatamente en la nómina de la Colección. La primera colaboración ha sido con Laboral, Centro de arte y creación industrial, al que se suman recientemente instituciones como Es Baluard, con una beca de producción de video, o Matadero Madrid con la exposición de Cristina Lucas. Actualmente están en estudio otras propuestas con otros centros y museos. Para el hospital tenemos unas becas de ayuda en producción de lo que denominamos Arte en Vivo, un proyecto que ayuda al artista a crear un ambiente diferenciado en las salas del Hospital de día oncohematológico en Denia. Además un premio para producir una exposición relacionada con temas de arte y salud que posteriormente se exhibe en el citado hospital y que intentamos itinerar por otros centros. Su complementariedad es clara, ayudando a la producción de piezas ayudas al artista a llevar a cabo aquello en lo que su intelecto no le deja tregua y en nuestro caso enriquecemos y vamos complementando nuestra colección.
P.- La producción y el trato, en este sentido, directo con el artista, ¿lo percibe como algo casi obligatorio por parte de una Colección de arte contemporáneo? Es decir, ¿cree que uno de los papeles fundamentales de una colección es el de ayudar e incluso "dar trabajo" a los artistas?
R.- La parte más enriquecedora de una colección, sin duda, es poder compartir el nacimiento y gestación de la propia obra. Hoy en día es difícil en muchos casos llevar a cabo una creación y para nosotros es fundamental hacer posible estos sueños que también nos ayudan a nosotros en el día a día. El arte es sin duda una suma de momentos creativos y en este sentido una colección está compuesta de esos momentos, eso es lo hermoso de una colección. El resultado de sus obras es un elenco estético y bello en el más amplio sentido de la palabra y sin duda un disfrute en su contemplación que nos lleva a la reflexión de grandes temas y de momentos íntimos.
P.- El objetivo inicial de la Colección DKV era de algún modo "humanizar" los espacios hospitalarios, ¿hasta qué punto hoy el conjunto excede esta labor?
R.- Sin duda creo que día tras día vamos consiguiendo este objetivo. Lo acompañamos con alrededor de más de 1.000 talleres para pacientes de arteterapia, musicoterapia, improvisaciones clown, exposiciones, etc. Es un proceso continuo y riguroso en el que nos hayamos inmersos acompañados de un equipo profesional de monitores y de personal sanitario con los que vamos realizando investigaciones que se vuelcan después en nuestro II Congreso Internacional de Espacios de Arte y salud que tendrá lugar en el Hospital de Dénia Marina Salud el próximo mes de junio.
P.- El marcado carácter emergente de los artistas que la conforman hace también que las compras tengan una especie de función trampolín con ciertos nombres, ¿son conscientes de ello?
R.- Si por trampolín hemos de entender que el hecho de estar en nuestra colección les puede ayudar, es algo quizás muy pretencioso por nuestra parte, pero si es así nos alegramos. Nosotros nos conformamos con la idea de ayudarlos a realizar aquello que les conmueve y ser un eslabón más en su carrera.
P.- Como responsable de una colección corporativa: ¿cómo convence a sus "jefes" de que una compra es necesaria?
R.- Bueno, siempre hay argumentos y debe haberlos ya que también las compras y sus justificaciones conllevan una reflexión. Contamos con un comité asesor formado por Josep Santacreu, consejero delegado de la compañía, Joan Bta. Peiró y yo misma y siempre es en consenso. Pero tengo la suerte de contar con un consejero delegado al que le apasiona el arte contemporáneo y los artistas jóvenes y está convencido de su gran labor en la sociedad. Él es el primero que propone y se emociona.
P.- ¿Hacia dónde mira la Colección DKV?
R.- Nuestra intención es seguir siendo reflejo del arte español más joven poniéndolo en valor y situándolo donde merece, apoyando proyectos novedosos que aportan algo a la sociedad y que ayudan a su desarrollo, avanzando e innovando para alcanzar una sociedad más justa y mejor.
P.- Y desde su posición de gestora, ¿cómo percibe el momento que atraviesa el arte contemporáneo español?
R.- Existe un nutrido número de artistas con un nivel realmente bueno. Pero necesita de ayuda para su promoción y de apoyo por parte de las instituciones públicas y privadas. Muchos de los artistas de países de Europa o de EEUU no tienen el nivel de los nuestros pero si cuentan con más ayuda y reconocimiento, lo que les permite poder seguir en sus trayectorias. Se necesita un mayor rigor en el apoyo por parte de algunas instituciones en aquellos proyectos que realmente son arte en mayúsculas y ensalzarlo frente a algunas prácticas que no pertenecen ya a la contemporaneidad sino a intereses de otro tipo.
P.- Está usted en un lugar privilegiado para ver su evolución: ¿cómo han cambiado nuestros artistas en la última década?
R.- Sin duda son la demostración de una continua renovación y evolución en las prácticas cotidianas. Avances en la técnicas y nuevos medios conviven junto a la precariedad y esto hace que su obras reinventen nuevos lenguajes. Surge de nuevo la denuncia. Los artistas deben salir del país y se nota en sus producciones aunque también en muchos de ellos los materiales o técnicas que utilizan denotan la falta de medios para grandes realizaciones. Sin duda una crisis es una oportunidad y ellos lo saben más que nadie.