Ernesto Pérez Zúñiga.
El escritor regresa a la poesía con Siete caminos para Beatriz (Vandalia) tras ganar el Premio Torrente Ballester con su novela La fuga del maestro Tartini
Pregunta.- Hacía tiempo que no publicaba un poemario, desde 2007 si no me equivoco, y parecía más centrado en su faceta de narrador...
Respuesta.- La verdad es que estoy siempre trabajando en las novelas. La poesía la escribo cuando quiere salir, y normalmente lo decide ella sola. Empecé en 2007 con estos poemas que aparecieron a ráfagas hasta 2010 mediante impulsos poéticos auténticos. Después los fui recopilando mientras acababa de corregir mi anterior novela, La fuga del maestro Tartini. La poesía nunca dejar de estar presente.
P.- ¿Qué representa esa Beatriz que da título al poemario?
R.- Tiene una naturaleza doble. Por un lado está la Beatriz de La Divina Comedia de Dante, que ha sido una importante referencia en la obra, pero también hay una Beatriz real que ha propiciado estos poemas. Lo cierto es que recoge todo el mito, es una figura que me interesaba desde hacía tiempo. Significa la búsqueda, implica un viaje, está delante indicando el camino hacia el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso, donde se produce ese encuentro final.
P.- ¿Y hacia dónde conducen Los siete caminos para Beatriz?
R.- Conducen a un viaje de profundización, de auto-conocimiento. Es un viaje interior y exterior al mismo tiempo que toma conciencia del mundo y que trata de desenmascarar el tópico y la ficción en la que vivimos para llegar a lo más auténtico de nosotros mismos. La figura de Beatriz es la fuerza amorosa que origina el viaje, entendiendo el amor como una bofetada que te ayuda a abandonar lo establecido, la seguridad y la comodidad. Buscar lo inestable para llegar a un fragmento de verdad.
P.- ¿En qué aspectos podemos identificar la influencia de la Divina Comedia?
R.- La primera referencia está en la estructura, de manera simplificada y humilde, pero el viaje al completo se realiza igual por los tres estadios de Dante. Introduzco un cuarto, la Noche antes del Paraíso, un espacio mágico ligado al subconsciente, de niebla y luz pero que no está en la experiencia concreta. También he tratado de imitar el retrato de los defectos del mundo contemporáneo que hace Dante en la parte del Infierno. Por ello hay un reflejo de nuestro propio mundo contemporáneo en el que aparecen referencias a superhéroes o héroes de ficción. Es un poco lo que decía Valle-Inclán de "mirar el mundo desde esa otra rivera". Además integra otros mundos como el de Poe o William Blake, cuyas ilustraciones para la Divina comedia me influyeron mucho.
P.-¿Y desde el punto de vista formal?
R.- Empieza con un homenaje a esa música de Dante pero utilizando una deformación continua como si hablásemos de jazz. Vas derivando esa música hasta llegar a tu propio lenguaje. Sin embargo, hay un homenaje formal muy claro en la parte del Paraíso. También hay un homenaje al Renacimiento, pero desde un punto de vista contemporáneo en el sentido de recoger de la manera más perfecta posible los diferentes planos de la realidad: lo que vemos, lo que sentimos, el mundo de los sueños, de la intuición, del inconsciente...
P.- ¿Qué otras referencias podemos encontrar en su libro?
R.- En la parte de Beatriz, hay mucho de San Juan, de Lorca y de Javier Egea, que es un autor contemporáneo. En la parte del Infierno está William Blake, hay influencias de Elliot, de gran parte literatura contemporánea. Por ejemplo está Stevenson de una manera onírica, La noche de Rilke... Por la última parte flota la literatura japonesa y algo de Becker.
P.- ¿Cómo ve el panorama actual de la poesía?
R.- Muy bien, creo que esta atravesando un momento muy bueno. Hay voces muy importantes que están trabajando y pienso que es más libre que antes, incluso que hace un periodo muy corto de tiempo. También hay una búsqueda menos encorsetada y nos ha influido para bien la poesía americana. Lo único que se echa de menos es al lector. Sin embargo, yo creo que hay interés pero puede ser que esté copado por el mundo de la canción, del rock, etc.