Manuel Galiana en un momento de la obra.

El actor, que figura en la lista de una agrupación electoral, interpreta estos días Testigo de cargo en el Teatro Amaya de Madrid.

El actor Manuel Galiana (Madrid, 1941) disfruta interpretando como si fuerse su primer día encima de un escenario. Lo hace estos días en el Teatro Amaya de Madrid con Testigo de cargo, la célebre obra de Agatha Christie, dirigida por Javier Elorrieta, realizador de cine y TV que se estrena en el teatro. Además, dirige su propia compañía, Martes Teatro, que desde el año pasado enseña su trabajo en su propia sala, el pequeño Estudio 2. Y, como aún le sobra energía, se presenta a las elecciones europeas del próximo 25 de mayo dentro de la lista de Recortes Cero, que no es un partido sino una agrupación electoral en la que militan importantes personalidades de la cultura, como los escritores Juan Goytisolo y Juan Madrid, los pintores Antonio López y Luis Gordillo, el actor Héctor Alterio o el cantautor Luis Eduardo Aute.



Pregunta.- ¿Por qué se ha alistado en Recortes Cero?

Respuesta.- Porque es una iniciativa que merece la pena. Los dos partidos principales están un poco agostados y hacen falta nuevas propuestas. Recortes Cero es el vehículo para que los políticos sepan que los ciudadanos queremos muchas cosas que no figuran en sus programas electorales.



P.- En Testigo de cargo interpreta a Sir Wilfrid Robarts, el abogado defensor, y todos tenemos en mente el personaje que interpretó Charles Laughton en la película de Billy Wilder de 1957.

R.- Lo primero que hemos hecho ha sido olvidarnos de la película, que tiene cosas muy atractivas, pero nosotros nos hemos ceñido al texto original de Agatha Christie.



P.- ¿Cuál es la clave para interpretar a este personaje?

R.- Como en todos, lo más importante es comprender quién es. Sir Wilfrid Robarts es un importante abogado acostumbrado a triunfar y su vanidad le hace aceptar un caso muy difícil: el de un joven acusado de matar a una anciana para cobrar su herencia. Pero la vanidad del abogado se verá humillada.



P.- La resolución del caso acaba en manos de un amor desmedido. En ese sentido, la obra nos muestra lo que alguien es capaz de hacer cuando está enamorado.

R.- Siempre he pensado que Testigo de cargo es una bellísima, generosa y trágica historia de amor. Lo que la hace perdurar son las pasiones que pone en pie. Además el texto me parece una obra maestra, tiene un mecanismo teatral perfecto y es una obra muy, muy, muy entretenida, teñida con notas de humor.



P.- ¿Qué es lo que más le gusta de Agatha Christie?

R.- La capacidad que tiene para desarrollar un misterio muy difícil de desenmascarar, tiene una extraordinaria habilidad para mantener el suspense hasta el final. Sus personajes y sus historias son siempre muy atractivos.



P.- ¿Sigue algún ritual o practica algún ejercicio curioso antes de subir a escena?

R.- No, simplemente procuro estar tranquilo. Llego al camerino, me convierto en otra persona y vivo un sueño hasta que me despierto con la ovación final. Lo más importante es el pellizco que te da la ilusión por salir al escenario.



P.- ¿Cómo se reinventa en cada nuevo personaje después de tantas décadas de carrera?

R.- Olvidando inmediatamente el texto que he estado interpretando durante meses después de la última función. Así me he ido limpiando de cada personaje para poder hacer el siguiente.



P.- Hábleme de la compañía que dirige, Martes Teatro.

R.- Es la niña de mis ojos. Hemos abierto hace poco una pequeña sala para 50 espectadores en la calle Moratines. Aquí impartimos clases y hacemos representaciones. Es un milagro: viene gente que no conoces a ver la función, aplaude, deja buenas opiniones en las redes sociales... Los actores se han formado conmigo y elegimos obras que puedan mostrar todo su talento. Ahora solo falta que vengan distribuidores y productores para que la compañía pueda girar por otros teatros del país.



P.- ¿Cómo se les ocurrió abrir un espacio escénico en época de vacas flacas? Aunque es cierto que otros muchos lo están haciendo.

R.- En realidad fue una sorpresa que me dieron mis actores. Un día me dijeron: "Toma, las llaves de tu teatro". De todas formas no está planteado como un negocio. Es un acto de amor al teatro.



P.- ¿A lo largo de su trayectoria ha visto momentos tan difíciles como estos?

R.- Sí, esto ya me lo conozco. Pero afortunadamente los espectadores siguen yendo al teatro. Esto es una crisis general, pero no del teatro. Las dificultades económicas no matan la ilusión de los actores. Son gente de una imaginación poderosa, capaces de renacer de cualquier hecatombe. Se están haciendo cosas muy interesantes no sólo en Madrid, sino en toda España. En los últimos años se ha creado una red fantástica de teatros y habrá que llenarla con espectáculos... En ese sentido, el Plan Platea nos va a venir muy bien.

Ver otros Buenos Días