Amaya Arzuaga
La diseñadora participa en la exposición Sangre inédita del IVAM con un vestido de líneas sencillas con unos vaciados que le dan volumen y dramatismo
Pregunta.- Participa en Sangre inédita. ¿Qué ha supuesto este encargo?
Respuesta.- Lo que me parece interesante del proyecto, aparte de tener una buena selección de diseñadores consagrados y emergentes pero con un proyecto común, es tener que partir de una idea preconcebida para hacer algo. Normalmente te enfrentas a tu colección como tú puedes o quieres y aquí tienes unas pautas. No es que me gusten las limitaciones pero a veces hacen que tengas que desarrollar las ideas de otra forma.
P.- ¿Qué ha preparado para este desfile/exposición en el IVAM?
R.- Había que partir del color rojo, que no es que sea mi color favorito, y yo he hecho un vestido de líneas muy sencillas pero tiene unos vaciados que le dan más volumen y dramatismo. Un poco también por el título de la exposición, Sangre Inédita.
P.- El hecho de que te den unas pautas con las que trabajar te lleva a salirte un poco de tu manera de trabajar
R.- Sí, te sales un poco del estilo a cómo te enfrentas a tu colección. El color te determina y de vez en cuando no está mal pero si tuviera que hacerlo siempre no sé si podría.
P.- Ha sido galardonada con el Premio Nacional de Moda. ¿Qué supone este premio?
R.- Hay premios que manejas que te pueden dar, como puede ser el de Telva o el de Marie Claire, pero en este no te postulas y siempre se lo han dado a gente más mayor con una carrera larga. La verdad es que los premios me suelen dar un poco igual pero este me alegró porque estamos pasando unos años muy malos en la moda. Bueno en la moda y en el resto. Se notó desde el principio porque lo que nosotros hacemos no deja de ser un lujo y la gente se tiene que vestir pero lo puedes hacer con cosas más económicas. Cuando el momento económico es malo la gente arriesga menos a la hora de vestir porque quiere darle más utilidad a la ropa. Se nota bastante y por eso fue un gran aliciente para seguir adelante.
P.- ¿Hasta qué punto la crisis económica limita o condiciona los diseños?
R.- Tienes que ser más consciente de los tejidos que utilizas, echarle más imaginación porque hay que tener en cuenta el precio que van a tener las piezas, intentar que no sea muy alto, pero no por eso que los tejidos sean peores o que la colección parezca que está menos trabajada o menos pensada. Hay que hacer un ejercicio de equilibrio y darle muchas vueltas pero exteriormente creo que no se nota.
P.- En realidad se trata de no perder la identidad
R.- Claro, no puedes perder tu identidad porque sino estás perdido. Si no tienes un estilo definido dedícate a otra cosa pero sí, hay que hacer un ejercicio de imaginación para suplir ciertas cosas y adaptarte a los tiempos. Si la cosa está como está no vas a hacer todo de cachemir porque no tiene sentido.
P.- ¿Cómo se compite en un mercado en el que Inditex tiene el control?
R.- Llega un momento en el que te rindes. No hay manera. Tiene tal posicionamiento global que no puedes competir. Lo que no entiendo es por qué siguen utilizando ideas de otras personas. Lo que diga Zara es moda en el mundo por las miles de tiendas que tienen. No necesitan nada más y es muy difícil competir porque nos quedan nichos muy pequeños. Siempre digo que por un lado está Zara y por otro Prada. Nos quedamos un poco en medio porque los países emergentes que son los que más están consumiendo quieren marcas muy consagradas, de prestigio. Y por otro lado está el low cost así que a nosotros nos quedan tiendas pequeñas, de vanguardia. Está complicado encontrar un hueco.
P.- En la alta costura los diseños se diferencian por pequeños matices. ¿Cuáles son las características propias de la línea de Amaya Arzuaga?
R.- Claro, y cuando no hay un consumo elevado la gente va un poco a lo seguro. En mi caso sería la forma de interpretar los volúmenes y, quizás, el color. Siempre hago todo en negro en principio y luego, al igual que arriesgas por un volumen o concepto, cada temporada arriesgas por unos colores muy centrados. Lo que intento es ir avanzando pero sin perder mi identidad.
P.- A la hora de crear una nueva pieza, ¿qué le inspira?
R.- La información te ayuda. Normalmente, para no enfrentarme a esa especie del papel blanco de un escritor, lo que hago es coger la última idea del desfile anterior. A partir de ahí empiezo a desarrollar y luego sale otro cosa completamente diferente. Y me inspira la naturaleza. He utilizado tortugas, mariposas, árboles, caracolas, alas. Me gusta porque me gustan las formas de la naturaleza y lo interpreto e intento llevarlo a la ropa.
P.- Es conocido que Givenchy, por ejemplo, era un gran admirador de Balenciaga. A usted, ¿quién le sirva de guía?
R.- Hombre, creo que no hay modisto en este mundo a quien no le guste Balenciaga y le admiro profundamente. A mí me encantaba Martin Margiela y desde que empecé siempre me fascinó Comme des Garçons.
P.- ¿Cómo compite la moda española en un mercado tan global y cuál es su gran aportación?
R.- Está tan globalizada la moda que es difícil. Por ejemplo vas a París y diseñadores de Francia a lo mejor hay tres, como mucho, cada uno es de un sitio. El problema que creo que tenemos en España es que Cibeles está demasiado enfocada a lo nacional y tiene poca visibilidad en el exterior. La única forma de competir es saliendo fuera y la relación entre moda e industria en nuestro país es bastante inexistente lo que dificulta competir. Y al mismo tiempo, si no te mueves por el mundo es complicado. Diseñadores individuales los hay muy buenos pero como moda española no creo que la haya como tampoco creo que haya una moda francesa. En cambio, sí que la hay inglesa. La única forma de competir es hacer colecciones personales e ir a los mercados internacionales.
P.- Y a su vez salir a los mercados internacionales no es tarea fácil
R.- Es muy complicado y muy caro. Igual que en España hay ayudas para la pasarela fuera no hay ayudas de ningún tipo. Si haces un desfile tampoco hay un sitio donde desfilar, se hacen en galerías o museos y te lo tienes que costear todo y encarece mucho.
P.- ¿Hoy en día la moda camina en alguna dirección?
R.- Está un poco incompresible ahora mismo. Hay grandes talentos pero ahora toda la moda está en manos de tres grupos y estás en ellos o es complicado. Pero esos grupos, ya no es que trabajes para ellos sino que fagocitan. El camino no es bueno pero igual que no es bueno cualquier cosa que esté en manos de muy pocos. Hay que adaptarse e intentar buscar tu espacio porque no queda otra. Estos grandes grupos al ser tan grandes y tener tanto prestigio dominan no solo el mercado sino las tendencias.
P.- Hablando de tendencias, hoy en día se estila mucho la ropa de segunda mano. No tanto por conseguir prendas de manera más económica sino por este nuevo estilo hipster/moderno/alternativo.
R.- Estoy aún pillando cómo son las mujeres hipster porque no lo tengo claro. Vale la camisa de tu abuelo, la falda de tu tía. Son modas y las modas suelen estar un tiempo. Ha llegado con furor pero imagino que se pasará. También pasa que la gente quiere lo que no hay. Haces una colección de 200 vestidos de 50 colores, no haces el morado y te piden justo el morado. Muchas veces pasa que queremos lo que no tenemos, una identidad propia. No lo sé. Pero este tipo de cosas no nos perjudican.