Viggo Mortensen en su papel de capitán danés en la pampa argentina
El actor protagoniza Jauja, la nueva película de Lisandro Alonso, que se estrena hoy en los cines españoles.
Pregunta.- Su personaje, un militar danés, ve cómo su rigidez choca con los valores de los argentinos, muy distintos a los suyos.
Respuesta.- Para no volvernos locos, consciente como inconscientemente, organizamos nuestras vida para entender lo que nos pasa. Este capitán trata de imponer su manera de razonar, su concepción de la vida, el trabajo o las relaciones sociales, pero no funciona porque hay una gran diferencia cultural. En ese paisaje extraño choca con eso. Es un personaje un poco absurdo y quijotesco pero todos tratamos de organizar nuestras vidas. Por ejemplo, cuando conocemos a una persona y la volvemos a ver creemos conocerla, pero las personas van evolucionando, no son la misma persona. Si te dicen: "Es María de Colombia", sacas unas conclusiones a priori o por lo que te da el aspecto de la persona. Nombramos, planeamos y calificamos lo que es imposible.
P.- Esa rigidez suya contrasta con su ternura por su hija.
R.- Después de verla varias veces sigo descubriendo nuevos significados. En la primera escena entre el padre y la hija, cuando ella le dice que quiere tener un perro, él le dice que no, ella se pone triste y luego él rectifica. Ella entonces se pone contenta, cierra los ojos y apoya su cabeza sobre él. Hay una luz extraña y parece que comienza un trance. Hay varios sueños que podrían ser la propia película que marcan unas transiciones muy sutiles. Cuando surge el encuentro en la cueva con la mujer misteriosa, uno siente que algo ha cambiado en la linealidad del tiempo.
P.- En esa colonización vemos la búsqueda de una utopía imposible.
R.- Jauja, el título en sí te da muchas pistas. Es una palabra de origen árabe, se refería primero a un pueblo de la Andalucía del siglo XXII. Después se utilizó para referirse a la ciudad mitológica que Pizarro fundó en el XVI en Perú. Los colonos iban al nuevo mundo atraídos por esa vida fácil y de abundancia de la propaganda pero luego se encontraban una realidad mucho más dura. La vida es un poco lo mismo, tenemos nuestros sueños de éxito y felicidad pero la vida nunca es fácil. Y hay una realidad, siempre apreciamos todo mucho más cuando lo hemos perdido.
P.- El esquema del hombre en e desierto que sale a buscar a su hija es un clásico...
R.- Podría ser una película de John Ford con ese planteamiento aunque luego es una cosa muy distinta. Pero tampoco es un malvado como el Aguirre de Herzog, no es un matón, es un hombre que se mantiene fiel a sus códigos. Si sale a buscar a su hija, se pone las espuelas, el sable y el uniforme como está mandado. Tiene algo de absurdo. Tiene ese lado también de hombre ordinario en una situación extraordinaria que es el principio de todo buen drama. A medida que pasa el tiempo lo tiene todo cada vez menos claro, sus certezas no le ayudan a entender lo que le está pasando y él lucha por razonar, por darle un sentido a lo que probablemente no lo tiene y esto lo hace tan interesante.
P.- Hay una huella de Tarkovski muy evidente.
R.- Quien no conozca el cine de Tarkovski u otro cine distinto quizá se puede molestar con el tono reposado de Lisandro (Alonso, director). Al mismo tiempo creo que es su película más accesible, tiene un hilo narrativo y plantea muchas preguntas. Soy consciente de que nunca estará en lo alto de la taquilla pero dentro de 10 ó 20 años seguiré estando orgulloso de haber hecho esta película.
P.- Pasa largas temporadas en España, ¿qué opina de la situación del país?
R.- En todos lados la cosa está difícil la cosa a no ser que dirijas un banco o una gran empresa. Creo que la gente cada vez es más consciente de los desequilibrios que hay y poco a poco se está moviendo. En España algo va a reventar.