Juan López en su estudio
Varios proyectos tienen activo a este artista, como el que presenta el próximo 24 de enero en la galería NoguerasBlanchard de Madrid.
Pregunta.- Su próxima exposición en la galería NoguerasBlanchard, que inaugura el próximo 24 de enero, es una de las más esperadas de la próxima ronda de inauguraciones en Madrid. ¿Nos hace un breve adelanto?
Respuesta.- Estoy trabajando sobre el propio espacio de la galería, generando obras que parten de algunos detalles arquitectónicos. Mantengo esa idea de habitar un lugar como ejercicio de reconocimiento y análisis del entorno. Al mismo tiempo, estoy retomando mi interés por la tipografía y su uso en lo urbano. Veremos que ocurre.
P.- ¿Sigue siendo lo urbano el motor creativo?
R.- Es uno de los puntos de partida, sí. La observación de situaciones cotidianas en la ciudad, los desgastes arquitectónicos y urbanísticos que surgen por el paso del tiempo o de su uso y la forma en la que nos desplazamos por ella, me sirven para fijar nuevas miradas e interpretaciones que ayudan a desarrollar mi proceso creativo. Lo entiendo, más que como un campo de pruebas, como un almacén al que acudir para rescatar imágenes y situaciones, a partir de las que luego genero mi práctica artística.
P.- Hace unos meses dio un giro, que llamó Ruinas graves. Fue la exposición que tuvo en Museo ABC y supuso un cambio en lo que habíamos visto hasta entonces. ¿A dónde le han llevado?
R.- Hay un momento determinado en el que me doy cuenta de que el discurso que mantengo en mi práctica artística muchas veces no se concreta en los proyectos. Durante un tiempo, defendí la idea de modificación de la arquitectura como punto de partida, y alguna vez el trabajo se quedaba plano, simplemente había una intervención directa sobre los muros pero no una modificación de la percepción de la realidad. Ahora el trabajo se dirige hacia una intervención más directa, más escultórica quizá, sobre la arquitectura. En este momento estoy muy interesado en aspectos de simulación de realidades, en falsear las 3D, en el volumen, la texturización... Creo que soy de los artistas que van encontrando según van haciendo.
Instalación titulada Thisorder, ganadora del premio Hegnspaelen 2015
P.- Gratos hallazgos encontró en 2014, como el premio Hegnspaelen 2014. Háblenos del proyecto que le llevó a ganarlo.R.- El proyecto THISORDER proponía al usuario de la ciudad una mirada nueva a un muro de construcción. Por medio de la invitación de Den: Frie de Copenhague, y en colaboración con la compañía de metro de la ciudad, los muros de obra rotaban y dejaban ver detalles arquitectónicos del edifico del propio museo, que a su vez también estaba en obras. La rotación de las paredes presentaba la idea de cambio y permitía descubrir un nuevo lugar de encuentro para el ciudadano.
P.- ¿Cómo trabaja con la mentira y la verdad de las cosas?
R.- Intento presentar intervenciones ficticias sobre lo real, modificando la percepción de lo establecido, que es lo que para mí representa la arquitectura. Lo inamovible, lo duradero, lo estancado. En ese juego de proponer nuevas miradas y trampantojos, resuena una idea de imposibilidad de cambiar el orden de las cosas, quizá asumiendo una derrota, pero manteniendo la actitud de enfrentarse a ello.
P.- ¿Sigues trabajando con adhesivos?
R.- Siempre están cerca. El adhesivo desde un primer momento me facilitó la posibilidad de trabajar en un continuo prueba-error muy directo, sin tiempos de espera. Tiene ese punto de herramienta de Photoshop que te permite una inmediatez en la ejecución y el acabado que quizá otros materiales no pueden ofrecer.
P.- Y de la fragilidad, ¿qué le interesa?
R.- Me interesan sus dos definiciones más utilizadas, una por el aspecto caduco y perecedero y otra por su punto quebradizo y débil. Creo que en ese punto es por donde se pueden atacar las cosas para entenderlas mejor y proponer algo nuevo.
P.- Su lenguaje parece cada vez más sofisticado. ¿Eso es bueno o malo?
R.- Sofisticación suena a perdida de naturalidad, y esa naturalidad me gustaría poder mantenerla en la formalización final...
P.- Vista en su primera exposición, ¿cómo diría que ha cambiado tu trabajo?
R.- La primera exposición importante en la que participé fue sobre el 2003 para la Muestra de Arte INJUVE en Madrid. En aquel momento, mi trabajo salpicaba los muros de la sala de una manera muy espontánea. Disfrutaba de la pared en blanco como si se tratara de un cuaderno de bocetos. Había mucho de actitud y amateurismo en aquellas intervenciones. Después de estos años, el trabajo creo que está pasando a otra fase, buscando otras formas y lenguajes, pero todavía conservando ese espíritu de resistencia desde 2003.
P.- ¿Suele hacer la crítica buenas lecturas de su trabajo? ¿Le sirve la crítica de algo?
R.- Yo creo que muchas veces no se ha entendido mi trabajo como algo más alla del arte urbano o cosas por el estilo. Tampoco es que me haya preocupado demasiado por estar corrigiendo determinadas afirmaciones. Supongo que es un cúmulo de cosas lo que han llevado a esto, desde una entrevista con un titular equivocado en negrita hasta esos artículos donde, a partir de tres búsquedas en Google News, te montan un corta y pega que se va repitiendo durante un tiempo y se solidifica como si fuera tu discurso. Y claro que me sirve la crítica. Aunque sea escasa en estos tiempos.