Martí Cormand junto a uno de sus dibujos

Martí Cormand tiene actualmente dos exposiciones en Madrid, en las galerías Cayón y CasadoSantapau.

Dicen de Martí Cormand (Barcelona, 1971) que dibuja y pinta contaminando el dibujo con la pintura y la pintura con el dibujo. Es uno de esos artistas interesados en expandir al máximo los formatos, en darles una vuelta de tuerca más al lenguaje del lápiz, su motor creativo. Sus obras, a menudo son rarezas que se encuentran fuera del marco de lo determinado y requieren una visión más permeable del arte. Lleva más de una década instalado en el neoyorkino barrio de Brooklyn, dedicando largas horas a pensar en algunas de las obras míticas del arte conceptual de los 60 y 70. Algunas de ellas, las versiona con un estilo hiperrealista, sin dejar nada a la improvisación, poniendo el foco en captar la luz y plasmar las transparencias y textura.



Él busca la copia perfecta, rendirse al remake. Lo suyo es como un gran recopilatorio de versiones de grandes hits de la historia del arte. Ese es su camino de partida y de llegada, su Tao-Te-Ching, que elige como su libro de cabecera. Un libro que se lee y relee, como sus obras. Entre sus artistas favoritos hay dos radicalmente distintos: Fred Sandback y Philip Guston. Entre líneas también él habla de contradicciones, de las humanas. Lo vemos en las dos exposiciones que tiene actualmente en Madrid, en el espacio de Cayón y la galería CasadoSantapau.



Pregunta.- ¿Cómo definiría su trabajo? ¿Qué trata de comunicar con él?

Respuesta.- Investigo las certezas que otros tuvieron en los años 70 y 80. Repasando cada gesto del conceptualismo con la lentitud que genera la incertidumbre. Vivimos en un mundo conceptual, en el que preferimos la inteligencia lógica racional que no nos permite experimentar intuitivamente esa realidad en la que todo está conectado. Ahora que nadie tiene las cosas claras, las interferencias y los procesos pasan a ser vitales.



P.- ¿Cómo ha planteado esta doble exposición en la galería CasadoSantapau y Cayón?

R.- Son espacios y maneras distintas de funcionar que han enriquecido mi trabajo. En ambas galerías presento la serie Formalizing their concept. En ella, el tema principal es la reproducción y reinterpretación de obras que realizaron artistas conceptuales como Joseph Kosuth, Marcel Broodthaer, Liliana Porter o Sherrie Levine entre 1960 y 1970. El montaje es diferente en cada caso. Por ejemplo, en la galería Cayón la iluminación es teatral: zonas oscuras, piezas con foco de luz dirigido, luz tenue en algunas obras... En cambio la galería CasadoSantapau utiliza fluorescentes para dar luz blanca y homogénea que junto con el suelo muy claro acentúa esa sensación de caja blanca.



Una de las obras que vemos en CasadoSantapau

P.- Versiona a Broodthaers, Luis Camnitzer, Kosuth, Levine, Meireles o Weiner entre otros, con trabajos icónicos del arte conceptual. ¿Es tu trabajo igual de conceptual o más incluso?

R.- Todos ellos son artistas extraordinarios, yo no me considero un artista conceptual aunque sí me he permitido poner un pie en su terreno, siempre desde el respeto y la admiración que les tengo.



P.- ¿Qué le interesa del remake?

R.- Devolver la mano del artista al trabajo conceptual que pretendía borrar la mano del artista. Un intento de redibujar esa mano.



P.- Dice que hablas de certezas e incertidumbres. ¿Qué trata de dilucidar?

R.- A mí me da la sensación de estar viviendo a marchas forzadas la degradación de la certeza; de lo poco cierto que me queda es que tengo que aprender a vivir en la incertidumbre.



P.- ¿Cuántas horas le lleva a hacer cada uno de tus dibujos? ¿Cómo es su proceso de trabajo?

R.- El proceso empieza con la selección del artista y la obra. De ese diálogo con la obra escogida arranca el dibujo que tendrá su tiempo y sus pausas. El dibujo es un laboratorio para relacionar, ordenar y reorganizar ideas. Un lugar para detenerme y focalizar detalles, etapas e instrumentos.



P.- Y, además del dibujo, ¿con qué otros formatos trabaja?

R.- Mi tendencia natural es el dibujo, y digo dibujo entendiendo que no se define por la técnica utilizada. En la galería Cayón tengo una obra instalada en el suelo, una moqueta recortada que considero como un dibujo más de la exposición. También he pintado y sigo pintando al óleo.



P.- ¿Qué rol juega en sus obras el espectador? ¿Existe el espectador pasivo?

R.- Seguramente existe el espectador pasivo aunque me interese más el activo. El activo podría cambiar el curso de lo que estoy haciendo.



P.- Lleva más de una década instalado en Nueva York. ¿Es realmente la ciudad de las oportunidades para los artistas?

R.- Nueva York es una ciudad demasiado cara para la mayoría de artistas. Pero siguen allí y con ganas de relacionarse entre ellos. Sigue siendo un lugar fantástico para interaccionar con artistas que vienen de realidades muy distintas.



P.- Visto con la distancia que le da vivir allí, ¿cómo ve el sistema artístico español?

R.- La crisis ha sido un golpe duro para muchos artistas y galeristas. España tiene gobiernos impermeables a la cultura y con estrategias como la del 21% que tampoco han ayudado. Aunque mi experiencia más reciente en Madrid ha sido muy positiva.



P.- ¿Qué es lo próximo en su agenda?

R.- Mi próxima exposición va a ser en Nueva York, en la galería Josée Bienvenu. Hace años que trabajamos juntos.