Image: Tomás Marco

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El Cultural

Tomás Marco

"El poder político simplemente tiene miedo a la cultura"

22 enero, 2015 01:00

Tomás Marco. Foto: Ricardo Cases

El compositor ha creado una obra para conmemorar el 50 aniversario de la Orquesta de RTVE, que estrena esta noche en el Teatro Monumental.

Tomás Marco (Madrid, 1942) acomete la entrevista con precisión y presteza. No en vano está curtido en mil batallas en el mundo de la música clásica. El temple quizá se lo ha dado su trabajo detrás de instituciones como la OCNE, el INAEM o el Festival Internacional de Alicante, que dirigió durante sus primeras once ediciones. Ahora, sin embargo, solo dedica su tiempo a componer y a escribir sobre música. En 2002 recibió el Premio Nacional al conjunto de su obra que comprende más de 250 referencias, entre ellas 5 óperas de pequeño formato, y solo le queda la espina (aún a tiempo de sacársela) de afrontar la creación de una ópera de gran envergadura. Pero antes, en concreto esta noche en el Teatro Monumental, la Orquesta Sinfónica de RTVE estrena sus Sones de fiesta, una obra que Marco ha compuesto por encargo para conmemorar el 50 aniversario de la agrupación. La cita la completa Joaquín Achúcarro que interpreta Rapsodia sobre un tema de Pagnini para piano y orquesta Op.43 de Rachmaninov y Romeo y Julieta Op, 64, de Prokofiev.

Pregunta.- ¿Qué significa para usted que la Orquesta Sinfónica de RTVE le haya hecho este encargo para conmemorar su 50 aniversario?
Respuesta.- Para mí es una gran alegría. De hecho, ya asistí a la creación de esta orquesta, me acuerdo perfectamente de sus primeros conciertos y que me hayan pedido una obra para su 50 aniversario indica, por un lado, que soy bastante mayor y, por el otro, que se acuerdan de mí por lo que me alegro mucho.

P.- ¿Cuál ha sido la inspiración o la idea que ha dado lugar a este Sones de fiesta?
R.- La idea era hacer una obra que fuera festiva y alegre y por eso se llama precisamente Sones de fiesta. Después también quería que se estableciera una especie de diálogo con el resto del programa de la cita... En un primer momento solo sabía que Joaquín Achúcarro iba a interpretar la Rapsodia de Paganini de Rachmaninov así que introduje a lo largo de la obra algunos elementos, casi escondidos, que remiten a dicho tema pero podríamos decir que es puramente anecdótico.

P.- ¿Qué instrumento o familia de instrumentos tienen el protagonismo en esta pieza?
R.- Es una especie de concierto para orquesta de manera que todos los instrumentos tienen algún solo y las familias algún pasaje. Todos tienen su momentito de lucimiento.

P.- El otro nombre importante de la noche es Joaquín Achúcarro. ¿Supongo que es una suerte contar con un maestro del piano como él para el concierto?
R.- Estoy encantado de que participe porque somos muy amigos, nos conocemos prácticamente desde siempre. Hace un par de años estrenó una de mis sonatas y lo hizo maravillosamente bien. En este momento es el mejor pianista español vivo, eso está clarísimo. Además es un gran nombre internacional y sobre todo un maestro. Ha formado a muchos pianistas y por lo tanto no es solo un gran interprete sino que sabe transmitir su saber.

P.- ¿Qué lugar cree que ocupa la Orquesta Sinfónica de Radio Televisión Española en el panorama de la música culta?
R.- Es una excelente orquesta y siempre lo ha sido. Ha realizado una muy buena labor a lo largo del tiempo pero es posible que haya estado poco valorada por su propio organismo. Creo que ha estado infrautilizada en muchos aspectos y que se le podía haber sacado más partido pero la culpa no es de la orquesta ni de los músicos sino de la gestión.

P.- ¿Qué le parece el trabajo que está realizando Carlos Kalmar al frente de la Orquesta Sinfónica de Radio Televisión Española?
R.- He escuchado varias veces a Kalmar, me parece un buen maestro y en el caso concreto de mi obra he de decir que se la sabe magníficamente bien. En los ensayos salía prácticamente todo bien pero Kalmar identificaba con precisión los pasajes que había que perfeccionar. Desde mi punto de vista de compositor me parece un maestro irreprochable.

P.- ¿Le queda a Tomas Marco algún gran proyecto por encarar?
R.- A mi edad ya he hecho de todo: sinfónico, coral... Pero siempre quedan proyectos en el tintero que tarde o temprano hay que intentar abordar. Me falta por ejemplo una ópera de gran envergadura porque las que he hecho hasta ahora son de mediano formato y supongo que alguna que otra cosa... Lo importante es que haya ilusión por sacar adelante cada nuevo proyecto.

P.- ¿Retomaría su faceta de gestor?
R.- Yo ya tengo una edad y esa función la tienen que hacer otros pero no me arrepiento de haber desempeñado la gestión de algunos órganos e instituciones. Todo lo que hice ahí ha quedado y en muchos casos fue muy positiva. Ahora estoy jubilado de ese tipo de trabajos, me concentro en componer y escribir sobre música y con eso me vale y me sobra.

P.- En las páginas de El Cultural hemos hablado recientemente de las diferentes propuestas que pretenden reinventar el concierto canónico para atraer a nuevos melómanos. ¿Qué le parecen estas iniciativas?
R.- Cualquier propuesta que sirva para expandir la música y atraer otros públicos me parece bien. No todo lo que se ha hecho tiene la misma importancia cultural pero todas las iniciativas son buenas. Yo señalaría la excelente labor de Antonio Moral con el Bach Vermut. A propósito de la posibilidad de tomarse un Vermut está llenando absolutamente el Auditorio Nacional con música de Bach de órgano, cosa que antes era imposible. Este tipo de referencias pueden ser un enganche. Los conciertos que se hacen a la manera habitual tienen su estancia y tienen su público. Si con otro tipo de presentación se llegan a otros públicos pues mejor que mejor. No creo que sean incompatibles.

P.- ¿Qué opina de la situación de la cultura en España?
R.- Es preocupante, desde luego no atraviesa su mejor momento. Creo que desde el poder político y desde los grandes espacios económicos se le tiene simplemente miedo y estarían contentos si desapareciera. Pero eso no va a ocurrir porque la cultura ha sobrevivido muchos siglos y es inútil ir contra ella.