Mario Prisuelos.
El pianista recupera la obra del "Chopin español" en el disco Adalid. El piano romántico.
Pregunta.- ¿Qué lugar ocupa Marcial del Adalid en la historia de la música española?
Respuesta.- Es un compositor que no ha sido reconocido como debiera. Para el público hay un hueco en la música de cámara española en el siglo XIX, pero lo cierto es que Adalid representa el máximo exponente de la música para piano del Romanticismo español.
P.- Adalid admiraba profundamente a Chopin y su música lo refleja de manera palpable. ¿Llegaron a conocerse?
R.- Durante mucho tiempo se creyó que Adalid llegó a tener contacto con Chopin, pero no hay ningún documento que lo confirme. Sí se sabe que anheló ser su alumno y que tuvo varios intentos fallidos en París y otros lugares, pero coincidió con una época en la que Chopin ya estaba muy enfermo.
P.- Siempre tuvo los oídos puestos en Europa, ¿no es así?
R.- Sí, fue un gran conocedor del panorama musical europeo. Estudió en Londres con Moscheles, que era alumno de Beethoven y amigo de Mendelssohn. En la Real Academia Gallega tienen buena parte del legado de Adalid, incluida una librería repleta de partituras para piano y conjuntos de cámara, sobre todo de Liszt, Schumann, Mendelssohn, Brahms...
P.- ¿Cómo ha sido la experiencia de sumergirse en su obra?
R.- Ha sido apasionante. Su literatura pianística daría para publicar tres o cuatro discos. Es una música que absorbe influencias de Chopin, de Schumann e incluso de Beethoven -a través de su maestro, Moscheles-, pero también es un compositor con una manera propia de escribir y un talentazo para construir melodías hermosísimas.
P.- No obstante, el crítico José Luis García del Busto dice en el libreto del disco que su música para piano, aunque "abundante en logros", es "irregular de calidad"...
R.- Sí, podemos decir que es irregular. Ten en cuenta que es una música muy de salón de aquella época, sin pretensión de trascendencia en muchos casos. Eso se nota en los desarrollos; son obras cortas con un interés de entretenimiento muy claro. He seleccionado un compendio de obras que merecen ser conocidas por el público, con estilos distintos que van desde el nocturno o la balada a romanzas sin palabras e incluso un scherzo.
El lamento, de Marcial del Adalid, interpretado por Mario Prisuelos.
P.- Gracias a este proyecto discográfico ha descubierto una obra inédita del compositor. ¿Cómo se produjo el hallazgo?R.- Durante el proceso de investigación, encontré en la Biblioteca Nacional -el legado de Adalid se reparte entre Madrid, Barcelona y Galicia- una obra, Soirées d'automne à la ferme (6 romanzas sin palabras), que nunca ha sido editada, ni interpretada, ni grabada. Podemos decir casi con toda seguridad que ha estado dormida desde 1849.
P.- Si Adalid es "el Chopin español", ¿cómo es que ha sido olvidado?
R.- ¡Ay, cosas que pasan en este país nuestro! Mientras que a cualquiera le suenan escritores del Romanticismo como Bécquer, Larra o Rosalía de Castro, el caso de Adalid es un expediente X. Es injusto que no se haya dado a conocer, pero lo cierto es que hablamos de una época en que la música de cámara y para piano se interpretaba en los círculos burgueses y aristocráticos y apenas salía de los salones y los pequeños auditorios. Justo después llegó la moda de la zarzuela, que fue el primer género que atrajo al gran público en España.
P.- Ya ha presentado el disco con algunos conciertos. ¿Cuándo y dónde será el próximo?
R.- Haré una gira de presentación del disco en España y en otros países. Lo más inmediato es un concierto en el Museo del Romanticismo de Madrid, el 5 de mayo. Contaremos con la colaboración del crítico José Luis García del Busto, que dará una pequeña conferencia de introducción a la vida y la obra de Adalid.
P.- ¿Qué otros proyectos tiene en marcha?
R.- El mes que viene estaré en el Palau de les Arts de Valencia con Guillermo Pastrana al violonchelo, y más adelante estaré en el festival CEME de Tel Aviv como piano solista con el Ensemble Modern y Meitar Ensemble bajo la dirección de Fabián Panisello, presentando obras de Alberto Carretero y también tengo próximamente un concierto de música española en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid.
P.- Combinar tantas épocas y estilos en un espacio tan corto de tiempo debe de ser un reto difícil.
R.- Es algo para lo que me entreno. No me supone un gran esfuerzo porque interpreto con la misma actitud una obra actual que otra de hace dos siglos. Hay conceptos que no cambian, como la comunicación con el público, el fraseo, la coloración o la expresividad. Yo salgo al escenario a contar historias, sean del estilo y la época que sean.