Desde que SUSO33 pintara su primer graffiti callejero han pasado ya 30 años. Ahora es un reconocido y heterodoxo creador, que partiendo del Street Art, lo ha desbordado para desplegar a lo largo de tres décadas una obra transdisciplinar que disuelve las fronteras entre pintura, performance, y artes escénicas. Por ello, El Centro de Arte Tomás y Valiente de Fuenlabrada le dedica su primera exposición retrospectiva, ONe Line en la que además de repasar su obra, se le podrá ver trabajando y compartirá mesa redonda con, entre otros, Henry Chalfant, un icono de la fotografía del graffiti, el break dance y la cultura del hip-hop. Pregunta.- Esta exposición, comisariada por Susana Blas, celebra sus 30 años de carrera, desde que empezó como escritor de graffiti hasta ahora que es un artista que rompe fronteras con propuestas muy elaboradas tanto conceptual como técnicamente. ¿Echa de menos la sencillez del muro y el espray? Respuesta.- No porque sigo haciéndolo, nunca lo he dejado. Solo tienes que pasearte por el centro de Madrid y ves intervenciones mías en espacios públicos. La gente piensa que cuando te dedicas a una cosa abandonas la otra pero no es así. P.- Pero al principio supongo que sería un trabajo más inocente que lo que hace ahora, que está cargado de intención... R.- Sí, sin duda. Al principio lo hacía de un modo natural. Era inquietud, búsqueda, experimentación... Ahora ya tengo unos años, casi 42, y la experiencia te hace ver las cosas de otra manera. Ya tengo muchos trazos en la vida. P.- Fue a partir de las Ausencias cuando empieza a construir un discurso más elaborado... R.- Cuando empecé con las Ausencias ya tenía experiencia y conocía perfectamente el medio, el espacio público, el entorno... Primero escribía graffitis, luego llegó la plasta con la que ocupaba más espacio. Con las Ausencias empecé a darle importancia al contexto. Son como llaves o claves para poder abrir una ventana a la percepción y ver y observar todo eso que ya está ahí. Ofrece una mirada menos agresiva y más sofisticada, sin tantas formas y colores. También tiene mucho contenido poético.
Ausencias. Madrid, 2003
TVWAR, 2006. Foto: Luis Marino
P.- ¿De todo su proceso de creación qué es lo que más le interesa? R.- Me interesa realmente lo efímero, sea graffiti o artes escénicas. Me gusta el proceso, la acción, sentir las cosas, tener emotividad. No quiero generar barreras y conceptos y discursos difíciles de entender. Sin embargo mi obra está plagada de concepto y de discurso pero creo que conecta de un modo directo. Nunca he intentado perder mi actitud pero tampoco me he dejado de preocupar por el mundo del arte y la escena porque eso forma parte de mi libertad. Esa libertad es la que se necesita para ser artista, para crear. P.- Uno de los espacios más interesantes de la exposición es El Estudio... R.- El Estudio sirve para decir que sigo trabajando y que estoy embarcado en nuevos proyectos e investigando... Aquí se muestra uno de mis últimos trabajos que he llevado a cabo en Escocia. Me fui a un pequeño pueblo de 200 personas y al final me tiré allí incomunicado más tiempo del esperado. Allí seguí trabajando con lo efímero pero ahora con el medio ambiente: el agua, la luz, el sol... Casi todo han sido creaciones de vídeo. Después hice intervenciones de pintura mínimas utilizando y aprovechando las estructuras generadas por la degradación del tiempo que allí es muy fuerte. Las he llamado Pinturas negras y para mí eran un paso interior bastante grande. Aparte voy a estar trabajando en El Estudio. No voy a fichar pero sí voy a estar de vez en cuando. P.- Ahora está utilizando su propio cuerpo como herramienta, casi como si fuera baile... R.- Todo viene de lo mismo, de la esencia. Para los que venimos de la escuela real del grafitti, la de escribir tu nombre en los trenes, está muy presente la acción, el movimiento, casi la performance... Es un trabajo muy condicionado por las condiciones climatológicas y al final el cuerpo tiene tantísima presencia que forma parte de la obra. Además puedo pintar con las dos manos muy rápido. Mi trabajo siempre ha sido movimiento por estar en situaciones de pintura extrema al límite... Como utilizo las dos manos puedo construir y dejar un rastro, puedo dejarme llevar por el movimiento. Algunos coreógrafos potentes me dicen que lo que hago es una especie de danza contemporánea o algo así. La danza es un lenguaje super universal. Además la técnica del spray y los rotuladores es impresionante porque no tienes que parar. Te montas en la ola y fluyes.