Javier Villán. Foto: Sergio Enríquez-Nistal

El escritor firma la obra Hablando de España, una compilación de poemas a ritmo de flamenco sobre la esencia de España, que se representa en el Festival de Teatro UNIR Chamberí.

Siempre es triste que una sala de teatro independiente tenga que cerrar sus puertas de manera definitiva. Esto le ocurría hace casi un año a la sala El sol de York, que se apagaba por falta de presupuesto. Esta pérdida que sufría el barrio madrileño de Chamberí ha sido sin embargo paliada gracias a que la UNIR ha ocupado el espacio para dedicarlo a su Escuela de Actores. Fruto del trabajo bien hecho, el centro acoge ahora la primera edición del Festival de Teatro UNIR Chamberí, donde tienen cabida realizaciones propias y otras invitadas ex profeso. A partir de hoy, y como resultado de uno de sus laboratorios, este espacio acoge Las mocedades del Cid. El festival pone su punto final el día 23 de mayo con León Felipe. Lágrimas sobre el viento con dramaturgia de José Gabriel López Antuñano y dirección de Ignacio García. Entre medias, del 14 al 17 de mayo, se pondrá en escena 'Hablando de España', una compilación de poemas a ritmo de flamenco sobre la esencia de España con dirección, iluminación y escenografía de David de Loaysa y dramaturgia del escritor, crítico de teatro y cronista taurino Javier Villán (Torre de los Molinos, Palencia, 1943). Hablamos con este último sobre este tríptico de la 'España peregrina', del trabajo realizado por la UNIR, de las vinculaciones entre política y poesía y del mundo de los toros.



Pregunta.- Se presenta en el Festival de Teatro UNIR Chamberí, 'Hablando de España'. ¿Cuál fue el origen de la obra?

Respuesta.- Parte de un pensamiento poético-político. España es una nación única pero pluricultural e incluye a la cultura gallega, a la vasca, a la catalana y a la castellana en sus distintas vertientes y modalidades de idioma. Por tanto, el concepto y la idea de España no puede estar patrimonializada solamente por un sector de la sociedad. A raíz de estas ideas se me ocurrió hacer una selección de poemas que van desde Machado, con su celebre soneto "Mire los muros de la patria mía...", hasta Blas de Otero, pasando por Celaya, Panero, Alberti, Max Aub, Bergamín... Todos los poetas fundamentales de la llamada 'España peregrina', aquellos que desde el exilio seguían sintiendo la idea y el concepto de España con gran intensidad y amor.



P.- La obra se construye en torno al siguiente imperativo categórico: 'que callen los políticos y hablen los poetas'...

R.- En muchas ocasiones la idea de España se manipula políticamente, se falsea, y son los poetas, todos esos poetas de los que hablábamos y alguno más que seguro he olvidado, los que dan una idea del sentido de España.



P.- ¿Es la política diametralmente opuesta a la poesía?

R.- No lo parece cuando vemos al poeta Luís García Montero encabezando la candidatura de Izquierda Unida en las elecciones a la Comunidad de Madrid. Es muy probable que política y poesía no den muy buenos resultados juntos.



P.- ¿Qué le parecen los nuevos partidos que se postulan para, a priori, modificar el panorama político?

R.- Pienso que en realidad son apéndices de los otros partidos. El bipartidismo no se ha roto. Al contrario, se afirma con estos apéndices. Parece evidente que Podemos y PSOE llegarán a acuerdos, al igual que Ciudadanos y PP. Podemos, que parecía que quería revolucionarlo todo y suscitó el voto de todos los descontentos, ha evolucionado hacia unos principios socialdemócratas muy próximos al PSOE. Los nuevos partidos matizarán sus propuestas ideológicas en función de las estrategias que puedan establecer con los partidos tradicionales.



P.- En Hablando de España el flamenco es uno de los elementos más significativos...

R.- El flamenco es un elemento vertebrador de la unidad de España. Yo aprendía a escuchar flamenco en Barcelona, no solamente en Sevilla y el Puerto de Santa María. En la obra también funciona como elemento vertebrador gracias al trabajo del gran cantaor Antorrín Heredia.



P.- ¿Cuál es el poeta que mejor ha radiografiado la esencia de España?

R.- Es difícil decantarse por alguno de los que figuran en la obra. Mi labor ha consistido simplemente en leer, cortar y pegar. La verdadera labor está en los cantes de Antorrín, en la dirección de Loaysa y en la interpretación de Sabela Hermida. Lo que Bergamín llama la 'España peregrina' es una idea que realmente conmueve pero no sé quien la ha reflejado mejor. Lo que es seguro es que es un concepto que puede ser defendido desde la derecha, la izquierda, el centro y desde cualquier opción ideológica.



P.- La obra se encuadre en el festival entre Las mocedades del Cid y una obra sobre León Felipe...

R.- Tener un hueco en este festival de la UNIR es un privilegio. Hemos entrado tres compañías pero podrían haber entrado una docena de ellas. Al final el festival versa sobre la 'España peregrina' y el teatro del exilio y desde un plano ideológico del pensamiento humanista las obras encajan perfectamente. El festival se abre con Rodrigo Díaz de Vivar, el que fue el primer español transterrado, aunque entonces esto no se llamara España. En Las mocedades... el Cid se encamina al exilio tras haber matado al padre de su amada en un duelo de honor. Un verso de Manuel Machado describe los primeros pasos de la salida de Castilla del Cid: Al destierro, con doce de los suyos / -polvo, sudor y hierro- el cid cabalga. Los desterrados españoles del 39 no llevaban más que su dolor, su miseria y sus versos. El Cid por lo menos llevaba a doce de los suyos que le seguían fielmente.



P.- ¿Qué le parece el tercer espectáculo del festival?

R.- León Felipe es el poeta errante por antonomasia y por tanto creo que es un auténtico acierto. La obra está dentro de esta idea humanista de la tradición española del exilio.



P.- ¿Qué opina del trabajo que realiza la UNIR?

R.- Es encomiable. Yo les exhorto a que sigan en esta línea que tiene otra lectura, la de la reconciliación de las dos Españas. No tenemos porque seguir siendo un país cainita, pegándonos unos a otros. España necesita una vía que se abra a la recuperación de la poesía y el teatro del exilio.



P.- Cambiando de tercio, ¿cómo está viviendo este año la feria de San Isidro?

R.- Estoy algo distanciado. El año pasado ya no hice los 'sanisidros'. Han sido 25 años de crítica taurina con un promedio de 140 corridas al año. Hace tres años aproximadamente entró sabia nueva en El Mundo y ese fue el momento en el que repensé mi presencia en estas lides. La querencia es la querencia y algunos días voy a la plaza pero ya son demasiadas corridas. Se mezcla un poco la decepción, el aburrimiento y la convicción de que la decadencia del toreo no procede de elementos exógenos. Casi desde el principio vengo diciendo que el cáncer está dentro, son los propios taurinos los que propician la crisis de las fiestas. Los nacionalismos, el europeismo y el ecologismo solo aprovechan que le ponen el toro en suerte y entran a descabellar.