Marta Gómez-Pintado
La pintora e ilustradora ha adaptado la obra El hombre que fue Jueves de Chesterton a la novela gráfica
Pregunta.- ¿Cómo surge la idea de adaptar la obra de Chesterton?
Respuesta.- Había hecho una incursión en el cómic adaptando historias de gente cercana. Se lo comenté a Diego Moreno y me dijo que se lo enseñara. No pensaba que de allí podría salir algo más porque no había hecho cómic. El caso es que se las enseñé y me propuso hacer una adaptación de un clásico. La verdad es que fue como una inspiración que vino con mucha fuerza, busqué otras obras más cortas pero esta me llegó y lo vi claro desde el principio.
P.- ¿Cuántas veces ha leído el texto para escoger lo imprescindible?
R.- Antes de empezar a dibujar muchas. Antes de buscar los personajes con lápiz en la cabeza se van formando y si te digo que 20 veces, tal vez sea cierto, cuando iba a afrontar cada capítulo. Han sido dos años de trabajo desde el borrador, que estaba bastante elaborado, pasarlo a cartulina y finalmente digitalizarlo. Fui inconsciente, y ahora me alegro, porque pensé que sería una obra de unas 70 páginas y al final ha sido más largo. Cuando estás en faena y poseído no importa.
P.- ¿Cuál ha sido la principal dificultad de este trabajo?
R.- No sabría decirte. Quizá que hay mucho personaje y era importante mantener el ritmo informativo. Hay muchos frentes que atacar.
P.- ¿Qué significa para usted el texto de Chesterton?
R.- Estoy aún muy metida en él. Me encanta el humor con el que aborda un tema tan serio y tan filosófico. El intentar ordenar este sentimiento de caos y de vacío que es la existencia humana, y verlo de esa manera. Tiene una relación con Lewis Carroll, hay un descenso al suelo, que tardé tiempo en relacionar a pesar de haber ilustrado Alicia en el país de las maravillas. El mundo de las apariencias mezclado con la realidad y ese juego constante es muy divertido y profundo.
P.- Desde hace un tiempo hay una corriente que ha puesto en alza los libros ilustrados de novelas clásicas. ¿A qué cree que se debe?
R.- Supongo que hay muchos factores. Hay un auge del mundo de la ilustración y creo que es debido a que el mundo de la pintura es muy complicado y hay artistas que se pasan a este mundo porque hay más oportunidades. Es muy difícil ser pintor ahora. Supongo que esto va haciendo que haya más propuestas por parte de las editoriales. Al mismo tiempo alimenta las ganas de un artista de probar cosas nuevas y está lleno de posibilidades. A mí, por ejemplo, leyendo un cómic me asaltaron las ganas y pensé que se pueden hacer las cosas de muchas maneras. No hay lenguaje cerrado y hay gente muy buena que está enriqueciendo el mundo y ahora hay más posibilidades que antes de hacer estos proyectos.
P.- ¿Todas las obras son susceptibles de ser adaptadas?
R.- Hay un lado pragmático en recuperar a los clásicos y quizá sea abrirse a otro público que no está tan acostumbrado leer. Es enriquecedor que haya propuestas para que entre todo el mundo. Lo ideal es hacerlo para abrir boca y terminar leyendo el original. Porque por muy fiel que quieras ser no deja de ser una interpretación.
P.- Es su primera incursión en la novela gráfica. ¿Cómo se ha sentido?
R.- Me lo he pasado muy bien. Había muchos momentos en que me daba vértigo. Pero luego es cierto que te entregas y la misma obra te dice por dónde tienes que ir. El camino sigue una lógica y si te entregas es mucho más sencillo. La última parte, la digital, es la menos creativa.
P.- Ha trabajado mucho como ilustradora. ¿Cuáles son las diferencias fundamentales entre ambas disciplinas?
R.- Hay mucho más trabajo en la novela gráfica, hay sintetizar muchas cosas en una imagen sin el apoyo de la palabra. Y hay que acertar a la primera. Es como un cuadro, te gusta o no y después de verlo por primera vez puedes entrar en él pero la primera recepción es la primera. La complejidad de adaptar una obra con texto es que hay muchos frentes, como hacer una película.
P.- ¿En qué terreno se desenvuelve mejor?
R.- Esto para mí ha sido un gran reto. Me encanta moverme con este leitmotiv y hacer algo más difícil porque así aprendes cosas. En este sentido puede resultar que sea una ilustración, una novela gráfica o un cuadro, pero si tengo un encargo tiene que es un reto. Me gusta no aburrirme porque estaría perdiendo el tiempo. Lo importante es el entusiasmo en el proyecto. Este ha sido el más difícil y el más largo que he hecho y de ahí he aprendido el valor de la constancia, porque hay momentos en que te planteas si tiene sentido o no pero cuando acabas la satisfacción es mayor.
P.- Andrés Trapiello acaba de adaptar el Quijote al lenguaje actual y hay quien le ha criticado por blasfemar la obra original. ¿Alguien le ha hecho alguna acusación similar?
R.- Alicia en el país de las maravillas y Dr Jekyll y Mr Hyde eran ilustraciones, que es menos evidente que una novela gráfica. El cómic es una adaptación total, tienes que encargarte del ritmo del texto, hay más aportación personal. Y realmente hasta ahora he recibido buenas críticas, no sé si lo han visto con cariño o he tenido suerte. El día de la presentación tenía miedo porque había un profesional del cómic pero me dijo que le gustó mucho, estuvimos hablando de matices. Lo hago desde mi lado, más artístico y me daba miedo pero ha ido muy bien. Y lo que más me gusta es que está llegando a público muy diverso.
P.- Dice que se identifica con Andre Breton. ¿En qué sentido?
R.- Con una frase en concreto que es: "Soy todo lo que he hecho y todo lo que no he hecho". Uno va eligiendo lo que hace y lo que no y eso te define. Somos la suma de las dos cosas, me parece muy interesante esa idea.
@scamarzana