Francisco Nixon

El músico presenta este domingo su último disco, Lo malo que nos pasa, en el Fnac de Callao dentro de la programación de Ni un minuto sin música.

Fran Fernández (Gijón, 1971) es una de las figuras más destacadas del indie nacional. Fue el protagonista del primer éxito masivo de la escena a principios de los 90, el Chup Chup Chup de su grupo Australian Blonde. Después lideraría, junto al fallecido Sergio Algora, otro banda de gran repercusión y excelentes melodías pop, La Costa Brava. Y ahora edita su tercer disco en solitario bajo la firma de Francisco Nixon, Lo malo que nos pasa, una obra conceptual que retoma los sonidos que en los 70 hacían bailar a los jóvenes madrileños en la Costa Fleming, una zona de discotecas cercana al Estadio Santiago Bernabéu. El músico presenta el disco este domingo en Fnac en formato acústico, dentro de la programación de Ni un minuto sin música.



Pregunta.- El aspecto que más ha trascendido del disco es la conexión con el sonido Costa Fleming. ¿Cómo surgió esta idea?

Respuesta.- El proceso de elaboración del disco se prolongó durante mucho tiempo. Estuve alrededor de tres años haciendo canciones y, cuando decidí ponerme a grabar, pensé en un concepto que pudiera dar unidad al conjunto. En aquellos días estaba muy metido en varios blogs de coleccionistas de discos que subían mixtapes a la red. Había uno que me gustaba mucho de Ximo, de Estudio del Sonido Snob, que se llamaba Sonido Costa Fleming. En él fabulaba sobre las canciones que sonaban en la Costa Fleming, una zona de discotecas de Madrid situada cerca del Bernabeu en los años 70. Ximo imagina que allí sonaban canciones de Augusto Algueró, Alfonso Santiesteban, Juan Carlos Calderón... Me interesó porque enlazaba con la música de mi infancia, la de programas de televisión como Aplauso o 300 millones; y porque reivindicaba la música ligera, que es un género bastante denostado. Como artista me parece interesante trabajar géneros que la mayoría desprecia por dos razones: hay menos competencia y hay un trabajo por hacer para dignificarlos.



P.- ¿De qué manera se ha materializado esta influencia en Lo malo que nos pasa?

R.- El disco en realidad no solo tiene la influencia de la Costa Fleming. También está el soft rock, el soul rock de la Costa Oeste, Prefab Sprout, Fleetwood Mac... La rumba pop y algunos sonidos suramericanos también hacen acto de presencia. En principio quise hacer un disco doble pero para mí lo más importante era hacer un disco con ritmos diferentes a los que había utilizado habitualmente hasta ahora, que era sobre todo canción pop o pop rock o folk. Quería más variedad, sobre todo en los ritmos.



P.- El saxo tiene también un papel muy destacado en el disco...

R.- El saxo, entre otras cosas, es un sonido muy despreciado que se asocia a ciertos clichés como Kenny G o los grupos de los nuevos románticos de los 80. Siempre quería utilizarlo cuando lo veía en un estudio pero me decían que no, que era lo peor. En el indie nadie lo usa y a mí me gusta introducirlo en mis canciones para diferenciarme.



P.- La figura de Sergio Algora planea por todo el disco y de hecho hay una canción, Capitán negrito, que le dedica...

R.- Me da cierto pudor decir algo tan explícito pero la verdad es que muchas de las influencias que uso en el disco las descubrí gracias a él.



P.- Otro nombre que se deja notar en el disco es Ana Naranjo de Linda Mirada, que además es su pareja. ¿Ha estado muy presente en todo el proceso o ha incorporado de manera natural su influencia?

R.- Vivimos juntos y ella me descubre muchos grupos nuevos, aunque yo también estoy al día porque trabajo en Deezer y precisamente esa es mi labor, estar al día de los grupos nuevos. Quizá La vidente es la canción que tiene una influencia más directa de sus gustos por el sintetizador, aunque también me inspiré en Robert Palmer. Y eso que en principio era acústica con arpegio en plan Paul Simon... También ha participado en los coros de algunas canciones. El origen de todo estuvo en Juventud, que fue un encargo previo al disco de la web