Ciudad fuera y ciudad dentro. Es el título de una de las obras de David Bestué (Barcelona, 1980) que vemos en García Galería. La imagen con la que promociona esta exposición titulada La España Moderna, su primera individual en Madrid. Apenas hay elementos: la palma de una mano muestra un tornillo, varias piedras, un trocito de ladrillo y algo que parece granito. Dice que se los comió la noche del 4 al 5 de junio de 2013, coincidiendo con la fecha del nacimiento de García Lorca. "Nueva York estuvo fuera y dentro de mí, y yo estuve justo en medio", añade. De Harlem a Battery Park recorrió 15 kilómetros de los lugares que recoge Un poeta en Nueva York. No era el primer homenaje al escritor de Granada, al que ya que le dedicó Historia del alacrán enamorado, cuando formaba tándem artístico con Marc Vives. Esta simple imagen, una mano y unas piedras, abre la caja de pandora de un trabajo que pone al límite lo material para hablar de muchas otras cosas: de hermetismo, comunicación, escultura, tensión, performance, empatía... Lo hablamos con él.
Pregunta.- ¿Por qué La España moderna?
Respuesta.- La España moderna fue una revista publicada a principios del siglo XX que dio cobijo a la mayoría de los autores del Regeneracionismo. Preparando la exposición con el galerista hablamos de las implicaciones del título, que se prestaba a muchas interpretaciones, y nos gustó la cantidad de posibilidades que presentaba: desde las páginas en las que nació "En torno al casticismo" a lo que podría ser el título de una canción de Astrud.
P.- ¿De qué manera ha desarrollado la exposición? ¿En qué tópicos se has apoyado?
R.- A la hora de plantear la exposición quise agrupar una serie de trabajos que he realizado en los últimos años con otros creados especialmente para la ocasión y que tienen el país como contexto (con su geografía, historia o cultura). Para hacer Formalismo Puro, un proyecto sobre la arquitectura española, y Realismo, un estudio sobre la historia de su ingeniería, viajé por muchos lugares y, poco a poco, he ido configurando una radiografía mental del país, que es lo que, de algún modo, quiero mostrar en la galería.
P.- Denos más detalles...
R.- Son obras que toman el país como referencia pero no de un modo "figurativo" ni exhaustivo y cuyo objetivo es poner en relación una serie de alusiones o materiales específicos entre sí, desde Sanchinarro a Córdoba, configurando un juego "esponjoso" de correspondencias en el espacio expositivo.
P.- La idea de fondo es la de "regeneración". ¿Qué se puede hacer?
R.- Durante la preparación de Realismo, investigué esa tensión entre la tradición y el progreso en España, al fin y al cabo, en sus orígenes, la profesión ingenieril tiene como objetivo la modernización del territorio. Por otro lado, al leer textos de muchos autores cercanos a esas propuestas regeneracionistas como Lucas Mallada, Ortega y Gasset o María Zambrano, te das cuenta de que exponen una serie de problemas o cuestiones todavía hoy no resueltos. No puedes evitar tener un déjà vu constante al leerlos, no tanto por sus propuestas como por un estado de ánimo particular. En mi caso he querido capturar esa sensación sin atreverme a realizar un trabajo más propositivo.
P.- Trabaja sobre la idea de nación y su capital simbólico. ¿También sobre nacionalismo?
R.- Tal como está la situación intento huir de esas consideraciones nacionalistas, la verdad. Es posible que el hecho de ser catalán me haga observar "lo español" con cierta distancia o ambivalencia. Más que cuestionarme lo nacional, he hecho un viaje a ras de suelo por el país, guiándome muchas veces por su poesía, como si se tratara de su registro sentimental o emocional. No sé muy bien como explicarlo, pero para mi España es leer La arboleda perdida de camino al Escorial, o Alfanhui en Ibiza. Creo que lo que une el territorio es su cultura, de un modo inevitablemente poroso y frágil. La esencia de España es su diversidad, como se propaga y mezcla, y eso aúna más el país que la política, aunque a menudo lo olvidemos.
Ciudad fuera y ciudad dentro, 2013
P.- ¿Dónde queda su interés por la arquitectura? ¿Qué le interesa de ella? R.- En la exposición hay varias referencias a la arquitectura. Lo que más me interesa de ella es el modo en el que configura lo real, no sólo de un modo formal, material o espacial, sino también social o político. Al fin y al cabo la arquitectura construye el lugar que habitamos, y en ese sentido me interesa todo lo que se ha construido, sea antiguo o reciente, de buena o mala calidad. Después de realizar varios proyectos globales ahora me gustaría hacer un trabajo en el que registrara todas las fases de ideación y construcción de un edificio, seguir el trabajo de un arquitecto de un modo muy próximo. A ver si hay suerte y puedo hacerlo pronto. P.- ¿Has superado su sentimiento de "horror" confeso por hacer esculturas? R.- Pues la verdad es que no. Sigo sintiéndome muy torpe, con muchas dudas al respecto. Lo escultórico suele ser decepcionante, es frágil y casi nunca acaba resultando como lo imaginabas en la cabeza. Es verdad que últimamente me he reconciliado con lo formal, después de un largo proceso de buscarle el sentido. Trabajos como el de Enric Miralles, Formalismo Puro o Realismo perseguían ese objetivo. Ahora me veo más capaz de afrontar según qué proyectos. P.- Pone al límite lo material, ¿buscando qué? R.- Creo que la idea de lo posible en lo material y lo formal se ha abierto de un tiempo a esta parte. En la ingeniería, por ejemplo, la evolución técnica y de cálculo ha permitido plantear estructuras hasta hace poco irrealizables. El avance de la tecnología ha "excitado" las propiedades, apariencia o naturaleza de las cosas. Es un ejemplo un poco tonto pero si vas a un supermercado puedes comprar carne mezclada de diferentes animales, comida con sabor a otra, incluso productos que no sabes muy bien de dónde vienen, como si fueran plástico comestible. Creo que el ámbito de la escultura puede aprovechar esta evolución, indagar en el destilado, pulverización, mezcla, fusión o transformación material. De hecho, en la exposición hay varios ejemplos de esto.También me interesa trabajar con lo físico como resistencia, en una época en la que parece un reducto de lo virtual. Me gusta ensayar diferentes posibilidades de orden en ese caos. P.- Hablando de resistencia, ¿cómo vivir del arte aquí? R.- Pues es muy complicado. En este momento es muy difícil vivir del arte en este país. Y no sólo lo que afecta directamente a la vida del artista sino cómo repercute en la producción de las obras y en la incapacidad de poder llevar a cabo una serie de investigaciones. El arte en España es povera, pero en el sentido galdosiano. Imagina que acabo de volver de hacer un proyecto en Córdoba y me he encontrado con un centro de arte increíble, nuevo, alucinante que está cerrado por falta de presupuesto y de proyecto... y esta es una situación que todos conocemos, sin ir más lejos en Barcelona. Sólo que se hubiera dedicado una mínima parte de lo que costó construir ese edificio para mejorar la situación de los proyectos y colectivos que ya se están llevando a cabo en la ciudad hubiera sido muchísimo mas útil y sobre todo, hubiera tenido más sentido. @bea_espejo