Miguel Ángel Perera con el Premio Paquiro. Foto: Javier Barbancho

El diestro extremeño Miguel Ángel Perera recoge de manos de Cristina Cifuentes el Premio Paquiro por sus dos tardes de gloria en la Feria de San Isidro 2014.

Serio y con el dolor por dentro, como manda el código heroico de los matadores de toros. Con ese talante recogió Miguel Ángel Perera en el Hotel Ritz el Premio Paquiro, instituido por El Cultural y patrocinado por Telefónica y Caixa Bank. El diestro extremeño hizo su primera aparición pública tras la brutal cogida de hace un par de semanas en la plaza de Salamanca. Culminaba así su esfuerzo agradecido a un jurado que decidió premiarle por su gesta en la Feria de San Isidro de 2014, cuando cortó cinco orejas en un par de tardes, lo que le permitió descerrajar la Puerta Grande de las Ventas en dos ocasiones en el lapso de apenas 10 días. Un hito sólo a la altura de los elegidos, como ha advertido Vicente Zabala de la Serna, jefe de la sección de Toros en El Mundo.



Felipe Lafita, presidente del jurado que lo ha condecorado unánimemente, ha ensalzado sobre todo dos cualidades en Perera: su carácter luchador y rebelde. Ambos rasgos los puso de manifiesto en aquellas dos faenas. El torero llegaba a Madrid con una inercia descendente tras su buena temporada anterior. En 2014, sin embargo, no llegaban los triunfos. Algo fallaba. Pero se conjuró consigo mismo y consiguió desplegar su mejor toreo, con los pies plantados sobre el albero del coso venteño y con profundidad y largo recorrido en los muletazos, iniciado siempre con la mano bien delante. "Sabía lo que era salir en hombros, pero nunca hasta entonces había podido sentir tantas sensaciones con esa naturalidad", ha explicado. "Pienso que Dios premió mi fe y mi convencimiento".



Perera, al alzarse con la novena edición del galardón, se une a una nómina de vencedores en las que figuran Sebastián Castella, José Tomás (ungido cuatro veces), Morante de la Puebla, Enrique Ponce, Pere Gimferrer y Vargas Llosa, estos últimos premiados por su defensa ‘intelectual' de la fiesta durante el asedio que sufrió en Cataluña, comunidad autónoma donde ha sido prohibida. Cristina Cifuentes ha sido la encargada de entregarle la estatuilla de Víctor Ochoa que simboliza el reconocimiento. La presidenta autonómica madrileña le ha dado al acto un toque reivindicativo, denunciando iniciativas como la del gobierno municipal encabezado por Manuela Carmena, que ha anunciado su intención de dejar de apoyar económicamente a la Escuela Taurina Marcial Lalanda.



Polémica decisión que ha levantado ampollas entre los aficionados a la tauromaquia. Cifuentes la ha criticado y ha reiterado el apoyo de la Comunidad a la institución: "Este anuncio dio lugar a la incertidumbre y a la alarma. Han creado un conflicto donde no lo había. Y nuestra obligación es solucionar problemas, no crearlos. Confiamos en que la alcaldesa reconsidere esta decisión, como ha hecho en otras ocasiones, y muestre su apoyo a la Escuela. Los toros no son patrimonio de partidos políticos. Son patrimonio de todos. No podemos permitir que unos pocos nos la quieran arrebatar. Apoyamos la Fiesta y actuamos en consecuencia. No vamos a permitir tampoco que la escuela desaparezca y trabajaremos para que Madrid siga siendo la capital mundial del toreo".



Perera, siguiendo lo que ya es una especie de tradición en el Paquiro, ha donado su dotación económica (30.000 euros) a diversas entidades benéficas y de apoyo a colectivos como las mujeres con cáncer de pecho o afectados por parálisis cerebral. Gesto de generosidad y grandeza exhibido ante una concurrencia en la que se mezclaban representantes de los medios de comunicación, como Luis María Anson y Blanca Berasátegui, presidente y directora de El Cultural, David Jiménez, director de El Mundo y Antonio Fernández-Galiano, presidente de Unidad Editorial; de la política, como Esperanza Aguirre, Ana Botella, Ángel Garrido y Fernando Múgica; del toreo, como César Rincón, Curro Vázquez y Cristina Sánchez. En el cierre de sus palabras de agradecimiento, Perera quiso consignar otra lección: "El toreo no es otra cosa que verdad, vida y entrega".