Maider López (San Sebastián, 1975) se dedica a repensar la estructura urbana y cómo marca el uso del espacio público. Advierte que, en muchos casos, esas líneas trazadas no tienen sentido y observa cómo la gente los usa creando una nueva lógica creando, así, pequeñas comunidades temporales. Otra vertiente de su trabajo es crear desplazamientos dentro de esas rutas que crean nuevas lógicas y usos. Mucho de todo ello lo vemos ahora en el Koldo Mitxelena bajo el título Desplazamientos, haciendo referencia al conjunto de su obra así como a la instalación creada para este centro de arte. “Me apetecía poner en relación unos trabajos con otros para ver el diálogo que surge entre ellos”, comenta. Y ya de cara a enero de 2016 está trabajando en una intervención (Iturriak/Fuentes) en el espacio público de San Sebastián que consiste en la reutilización del mobiliario descatalogado. "El mobiliario urbano va cambiando, hay fuentes de los años 80 que nos traen memorias muy concretas", apunta. Y la intención es recuperar esas fuentes retiradas que jugan con "la memoria individual y colectiva".
Pregunta.- ¿En qué consiste la instalación Desplazamientos?
Respuesta.- Se duplican los muros de las salas y estos desplazan la realidad. Son de 50 cm de altura y se mueven con respecto a la pared lateral y frontalmente de manera que hay obstáculos pero estos, además de generar nuevas perspectivas y caminos no habituales, cambian la dinámica conocida de recorrer los espacios. Tenemos unas pautas de uso que marcan los movimientos y a través de esta acción quería crear este obstáculo que genera nuevas perspectivas e itinerarios pero que a la vez posibilita nuevos usos porque es un banco en el que podemos sentarnos, tumbarnos, para recorrer los espacios vacíos.
P.- A fin de cuentas sirve para romper las estructuras preconcebidas que tenemos. De hecho, esto se podría transmutar a cualquier espacio de uso público, ¿no?
R.- Totalmente. Esa misma idea es la que se va desarrollando con la instalación pero que también articula los trabajos individuales realizados en los últimos años.
P.- ¿Cómo ha sido la selección de las obras que se exponen?
R.- La selección la he hecho pensando en el diálogo de unas piezas con otras, en base a la idea de desplazamiento porque todas ellas, aluden a esa idea. Observé las diferentes maneras que tengo de aproximarme al trabajo y cómo me posiciono. Me parece que hay una dinámica que es simplemente la de ser una observadora del espacio público, nuestra manera de relacionarnos y de movernos en él. No interfiero sino que observo. En esa observación enfatizo en las rutas de las personas más allá de las pautas establecidas, cómo el espacio público está diseñado y marca nuestros movimientos. Sin embargo, las personas a partir de su capacidad de transformación van creando nuevos caminos y maneras.
P.- ¿Cuáles son las piezas más importantes de la muestra?
R.- He escogido Making Ways, que es la última que creé para la Bienal de Estambul. En ella veo que el trazado urbano de la ciudad no tiene sentido respecto al uso que le da la gente y así se crean nuevos caminos. Se cruza la carretera siguiendo códigos autónomos y estos crean caminos colectivos y grupos que crean nuevas posibilidades a lo que no está establecido. En esa misma dirección está también Parkings.
P.- ¿De qué nos habla en Parkings?
R.- Es una serie de fotografías del 2005 donde se fotografían parkings no reglados, no hay líneas que establezcan cómo aparcar. Se empieza a llenar el espacio de manera lógica pero cuando está lleno llega el 'todo vale' menos el molestar o interferir en la salida de los demás. Saqué las fotos en el momento en el que están semi-vacíos de modo que quedan coches descontextualizados y vemos las lógicas que llevaron a ocupar esos espacios. En Roterdam, por ejemplo, creé Crossing donde busco el punto de encuentro entre una persona vestida del mismo color que una arquitectura. Son momentos casuales que me dedico a buscar.
Vista de sala de la exposición Desplazamientos
P.- ¿Qué otras piezas podemos ver? R.- Las que califico como pequeñas transformaciones del entorno que generan comunidades temporales. Aquí estaría Ataskoa; convoqué a mucha gente para realizar un atasco y Piscine Saint Georges; una convocatoria de gente en la que vamos nadando todos en línea recta. Aquí entra en juego la idea de la maquinaria del todo y cómo el ritmo individual se convierte en ritmo colectivo porque no se puede adelantar. Se trata de ver que los cambios en las reglas del juego generan nuevas posibilidades. P.- Al final digamos que el tema principal de tu obra son esos desplazamientos que van creando nuevas reglas y formas de actuación. R.- Sí. Hay tres líneas; una como espectadora del espacio público, otra de transformaciones en el entorno que generan comunidades temporales y la última es la instalación Desplazamiento, que trata de dar visibilidad a aquello que hemos aprendido a no ver. Un tercio de la sala del Koldo Mitxelena es ocupado por los muros. Estos ocupan espacio pero hemos aprendido a no prestar atención a un tipo de elementos, por eso la pieza es el punto de partida para descubrir ese espacio y para llegar a ver la pared. Pretende cambiar de lugar al edificio, a la institución y si se da el caso, al espectador. P.- ¿Cómo se enfrenta a cada proyecto? ¿Cuál es la fuente de inspiración? R.- Cada proyecto está realizado para el lugar concreto. Siempre hay una visita al sitio, que para mí no es la parte más sencilla de mi trabajo, de hecho, es de las más difíciles. No hay una razón única de modo que miro cómo se mueve la gente en el espacio público, miro el fallo, qué es lo que no funciona y a veces eso es el punto de partida, cómo nos movemos, cómo nos relacionamos, cómo está construido ese espacio y qué diferencias tiene respecto a otros. En Nueva Zelanda, por ejemplo, tapo la publicidad a través de las personas con gestos imposibles, con objetos cotidianos por algo que pasa allí, no aquí. Tiene que ver con la forma de ser de esas personas, con la regla. P.- Polder Cup parece un ejemplo de cómo el entorno cambia los usos del espacio. R.- Es el caso más obvio, son terrenos que la tierra ha cogido al mar. Los holandeses están a nivel cero y es la propia geografía la que genera ese paisaje tan específico en el que se ve transformado por los campos de fútbol y posibilitan el juego y a partir de ahí surgen nuevas posibilidades. P.- Dado que cada proyecto se hace para un lugar en concreto, ha visto muchas diferencias respecto a cómo habitamos el espacio entre países? R.- Sí, entre países y a escala de ciudad. Para mí ahora es la ciudad en movimiento y la ciudad que tengo en mente es Estambul. La ciudad es un constante fluir de gente y movimiento, no estás en el espacio público sino que te mueves en él, no hay tantos espacios de estar, de habitar, de construir desde el estar. Algo por ejemplo que se ve en Football Fields, la pieza de la Bienal de Sharjah, en la que el mobiliario interfiere con el campo de fútbol. Es decir, pinté un campo de fútbol en una plaza en la que ya había un mobiliario público. De modo que hay una farola en el área, etc. y lo que enfatizo es las diferentes maneras de vivir el espacio público de manera simultánea. En ese campo hay niños jugando a fútbol pero transversalmente hay otros jugando a criquet, mujeres sentadas charlando en un banco, hombres que van a la mezquita que atraviesan el campo, bicicletas, etc. Todo sucede al mismo tiempo en un mismo lugar. Las mil y una maneras de vivir el espacio público; ahí sí hay un estar, un permanecer que en Estambul no. @scamarzana