José Luis Cienfuegos

Dirige por cuarto año consecutivo el Festival de Cine Europeo de Sevilla, que arranca hoy.

José Luis Cienfuegos (Avilés, 1964) se puso al frente del Festival de Cine Europeo de Sevilla en 2012 tras 12 años de ingente trabajo como director del Festival de Gijón. Curtido ya en mil batallas antes de desembarcar en la capital andaluza, en poco tiempo ha logrado consolidar la cita hispalense apostando fuerte por una línea clara de cine europeo, sin discriminar ninguna propuesta, y tratando de dar voz al cine español más arriesgado. Hoy arranca una nueva edición del festival, la cuarta con Cienfuegos como director, en la que se podrán degustar las últimas propuestas de Matteo Garrone, Yorgos Lanthimos, José Luis Guerín, Ben Rivers o Joao Nicolau, además de una retrospectiva a Paul Vechialli. También pasará por la ciudad el actor Timothy Spall para recibir el Premio Ciudad de Sevilla.



Pregunta.- ¿Qué espera de esta edición del festival?

Respuesta.- Lo que pretendemos a la hora de sacar adelante un festival como éste es, en primer lugar, cumplir las expectativas. Creo que el programa es bastante equilibrado, cubre un espectro amplísimo de lo que es una parte del cine europeo. El cine europeo es muy diverso y Sevilla defiende un determinado tipo de cine europeo, algo evidente si lo confrontas con otros festivales. A partir de aquí intentamos lograr la atención que creemos que tiene que tener el festival y que el público entienda las propuestas más arriesgadas que le planteamos y que, al final del festival, tenga la sensación de que al menos se pueden fiar de nosotros en una aventura como ésta. El público tiene que ser nuestro cómplice.



P.- ¿Cuál es ese tipo de cine europeo por el que apuesta Sevilla?

R.- Hablamos de cineastas como José Luis Guerín, Ben Rivers, Joao Nicolau... También de una sección como 'Las Nuevas Olas' o de las nuevas corrientes del cine francés, por las que hemos apostado en los últimos años. Por tanto, hablamos de una línea muy clara de programación dentro de lo que es ese gigante conocido como cine europeo. Todos estos cineastas dialogan entre sí aunque no tengan mucho que ver unos con otros. Este año, a la hora de confirmar poco a poco a los invitados y las películas, muchos directores nos preguntaban quién iba a estar en el festival. Si les puedes decir que van a estar con Pierre Leon, que hacemos una retrospectiva de Vecchiali, que pasará Sergio Oskman... Forman todos parte de un grupo bastante cohesionado de autores que diluyen las fronteras entre ficción y no ficción, que no necesitan grandes aportaciones de dinero público...



P.- ¿En el cine europeo sigue predominando la visión de autor?

R.- Es lo que se ha venido diciendo desde los años treinta del siglo pasado, incluso antes de la Nouvelle Vague. Pero no quiero dar una impresión equívoca de un festival encerrado en sí mismo. Me niego a presentar un festival ensimismado, cien por cien riguroso para especialistas y público especializado. Sería absurdo porque al final acaba perjudicando a las propias películas. Nuestra misión fundamental es que el cine europeo funcione, circule y se reivindique. Por eso los grandes nombres como Matteo Garrone también son importantes en Sevilla porque sus películas son muy útiles para la supervivencia del cine europeo.



P.- ¿Qué le parece que, frente al tradicional acento localista del cine europeo, directores como el mencionado Garrone o Yorgos Lanthimos rueden sus nuevas películas en inglés?

R.- Es algo que se remonta a unos años atrás. Me parece que en el catálogo de la última edición del festival de Cannes ya no incluían ni el país de origen o de producción de las películas. Las fronteras se han diluido y podría ser un debate muy interesante. Sin embargo, no hay que rasgarse las vestiduras, mas bien todo lo contrario. Matteo Garrone es un director con una personalidad muy fuerte y con una clara visión de autor, ya sea en sus películas de denuncia o en El cuento de los cuentos, pero que ruede en inglés no creo que tenga nada que ver con el colonialismo. Tampoco que Lanthimos ruede con Colin Farrel.



P.- En términos de organización y presupuesto, ¿en qué situación se encuentra el festival con respecto a años anteriores?

R.- En la misma que cuando el nuevo equipo aterrizó en el festival aunque lo cierto es que las costuras ya no dan más de sí. Tenemos 226 películas, más de 200 invitados... Hay una diferencia fundamental en Sevilla y es que aquí vienen los autores y hay coloquios, encuentros, se discute del presente y del futuro del cine europeo... Es un festival en el que se programa y se selecciona, no todo es a golpe de cheque. Es muy importante que los medios entiendan lo que es un festival y lo que es una muestra ya que hay unos requisitos técnicos y un código profesional que hay que cumplir: traducción simultánea, seguro de copias, chequeo de las mismas, respeto al autor y a la obra... No siempre se cumplen. Es muy bonito poner festival o muestra delante de cine pero tienes que cumplir unos mínimos profesionales.



P.- Dentro del panorama de festivales de cine en España, ¿qué lugar pretende ocupar el Festival de Sevilla?

R.- Eso se lo dejo a los festivales que tienen complejo. Solo espero que sigamos ganando en credibilidad y que podamos ser útiles para los cineastas que quieran seguir viniendo a presentar sus películas al festival.



P.- ¿Qué podemos esperar de la Sección Oficial del festival?

R.- Últimamente vengo insistiendo en una cosa y es que no se debería hacer un balance de los festivales únicamente por el palmarés final. Hay que evaluar en función de las secciones competitivas del festival. Hace cuatro años inauguramos Las Nuevas Olas y muchas de las películas de este año que compiten en esta sección han pasado por la sección oficial de otros festivales de clase A. Las Nuevas Olas y la sección oficial se completan, se equilibran y funcionan como punta de lanza del festival de Sevilla. Por tanto podemos ver si los grandes nombres del cine europeo siguen en forma, si películas más accesibles aguantan el tipo y si los proyectos más arriesgados funcionan. Todos son necesarios para la pervivencia del cine europeo.



P.- ¿De entre todas las secciones del festival hay alguna por la que sienta especial predilección, de la que esté más orgulloso este año?

R.- Estamos muy contentos con la retrospectiva de Paul Vechialli, uno de los grandes secretos del cine francés. Nunca se le había hecho una retrospectiva en España y prácticamente no se había estrenado ninguna de sus películas y eso teniendo en cuenta que tiene una obra muy extensa. Llevamos una año detrás de este proyecto y llega en el momento justo porque el año que viene se le vas a hacer una retrospectiva en el Licoln Center de Nueva York. A su lado tenemos a ese paquete de cineastas experimentales, Peter Tscherkassky, Brigit Hein y Juan Sebastián Bollaín, que conforman un núcleo duro y además tres líneas experimentales muy diferentes.



P.- ¿Qué lugar ocupa el cine español en esta edición?

R.- Un lugar importante al igual que en los últimos años. Aquí se han presentado películas como Arraianos, Mapa, Las altas presiones, El futuro, Sueñan los androides... Todas ellas son referencia del último y más nuevo cine español. Sevilla sigue siendo afortunadamente el punto de encuentro para estos cineastas, que siempre han sido muy cariñosos y generosos con nosotros.



P.- También hay espacio en el festival para la industria. ¿Por qué es importante para vosotros este apartado?

R.- En Andalucía la industria del cine es muy potente por eso es casi una obligación abrir las puertas del festival e intentar que al menos durante unos días sea un foro tanto para los cineastas que nos visitan como para la propia industria del cine andaluz.



P.- ¿Qué significa para vosotros que Timothy Spall recoja el Premio Ciudad de Sevilla?

R.- Timothy Spall es uno de esos actores característicos que todo el mundo reconoce y le tiene mucho cariño porque lleva trabajando duro toda la vida. La verdad es que ha sido una muy agradable sorpresa como ha sido acogida la noticia. Para la ocasión hemos recuperado incluso el momento en el que interviene en Quadrophenia, su debut en el cine. Más alla de la alfombra roja, es bonito que haya figuras como Timothy Spall.