Juana Macías durante el rodaje

La directora estrena Embarazados, una comedía protagonizada por Paco León y Alexandra Jiménez.

Después de debutar con una película dramática como Planes para mañana, en la que ahondaba en los dilemas de varias mujeres entre los 40 y los 50, la directora Juana Macías (Madrid, 1971) cambia de tercio y se pasa a la comedia (un tanto amarga, eso sí) para contarnos la historia de una pareja formada por Paco León y Alexandra Jiménez quienes, cerca de los 40, se enfrentan al vértigo de tener un hijo o renunciar a ello para siempre. En tiempos en que la gente cada día retrasa más la paternidad, Embarazados cuenta una historia absolutamente contemporánea a través de dos ya no tan jóvenes creativos y modernos que, como sucede a muchos de su edad, vivieron a fondo su juventud y se enfrentan a la eterna cuestión de qué hacer el resto de su vida cuando son los más viejos de la discoteca. La directora nos da las claves de un filme con tintes generacionales con el que muchos se sentirán identificados.



Pregunta.- ¿Quería tratar ese síndrome tan contemporáneo de Peter Pan?

Respuesta.- De lo que habla la película es de esta adolescencia un poco estirada que, por la forma de vestir o de vivir, llevamos muchos ahora. Pero después resulta que no aguantas la resaca y al día siguiente, no puedes ir a trabajar igual que ibas antes y tienes que reconocer que tienes la edad que tienes. A mí me hace gracia cuando sale alguna noticia y dicen: "Un joven de 32...".



P.- ¿Es el "peterpanismo" una vía para la infelicidad?

R.- Lo que refleja la película es que estás en una línea y tienes que ser consciente en qué punto exacto de la línea estás. Si crees que estás siempre en el inicio tienes un problema y hay muchas cosas que hubieras hecho de otra manera y no puedes repetirlas. Lo importante es ser consciente y darte cuenta de que si no tomas las decisiones, ellas se habrán tomado por ti. No es esta cosa de cada vez me hago más viejo, sino asumir el paso del tiempo. Lo que hay que hacer es no enmarascarlo.



P.- ¿Nos resulta cada vez más difícil adquirir compromisos?

R.- Tienes ese tipo de vida con esa provisionalidad en el que quedas y desquedas alegremente y todo es fácilmente solucionable. De repente la paternidad significa adquirir un compromiso que impone. Existe esa idea de que "ya habrá tiempo". A todos nos sorprende las fechas de nacimiento, cuando ves a esos chavales que triunfan y son tan jóvenes y han nacido en los 90. La película intenta reflejar ese momento en el que tomas conciencia de la edad y de que existe un proceso de maduración en el que tienes que decidir lo que quieres y hacerte responsable. Si quieres tener un hijo debes tener en cuenta lo que implica.



P.- Muchísimas parejas sufren lo que los protagonistas con las fecundaciones in vitro o los tratamientos de fertilidad.

R.- Nos pasa mucho que queremos hacer muchas cosas y de repente es fácil sentirte frustrado, tienes que haber triunfado profesionalmente, haber viajado, tener una pareja... Y luego la mayoría tiene los hijos tarde con todo tipo de problemas, la chica que es madre a los 25 es como la loca. Todo el mundo le va a decir que se va a perder los mejores años. En todo el proceso de la película me he encontrado con un montón de gente que o estaba pensando en el proceso de in vitro, o lo había hecho o lo iba a hacer.



P.- También refleja la ansiedad de esos padres tardíos.

R.- Y luego pasa otra cosa, cuando los tienes, tarde, quieres que salga todo bien. Eres hiperconsciente y necesitas teorías para todo, manuales, a veces dejas un poco de lado el sentido común y te estás todo el rato planteando si podrá comer eso o lo otro y te entran unas paranoias muy grandes. En el caso de las mujeres surge esa superautoexigencia de que lo quieres hacer todo bien y quieres tener tiempo para ti, tiempo para tu pareja.



P.- ¿Han cambiado de forma radical las relaciones entre hombres y mujeres o se repiten muchas constantes?

R.- Las relaciones entre hombres y mujeres son clave. Me parece muy reveladora esa conversación entre Paco (León) y Ernesto (Sevilla) en la que dicen: ¿Tener hijos para qué? Hasta hace no mucho nadie se lo planteaba, era lo normal y lo lógico. Sin embargo en ella es mucho más instintivo. La parte hormonal y la parte instintiva sale allí. Yo creo que para las mujeres la parte biológica puede ser algo no racional, instintivo. Para los hombres ha sido también algo necesario y lógico pero ellos también lo tienen más fácil en cualquier momento. Un hombre puede tener un hijo a los 60.



P.- ¿Es cuestión de resquicios del machismo o biología?

R.- Está esa parte cotidiana. Hay una parte muy cultural y muy aprendida en las mujeres y hay otra que es instintiva. La biología es distinta y eso está allí. Es una pareja moderna, muy equilibrada. Él es un poco lento, le cuesta, es como un tío que necesita una segunda oportunidad para enterarse de las cosas. Prefiere no plantearse las cosas si todo va bien, hay un punto cobarde. Sin embargo para ella es más urgente plantear las cosas y tomar decisiones y necesita que él esté allí. Hay un punto en el que es importante asumir que todo cuesta un sacrificio y que cuando hay que cavar, hay que cavar.



P.- Es una comedia, claramente, pero ¿cómo introduce la parte más dramática?

R.- La película tiene un tono o un ritmo entre la comedia y el drama que tiene que ver el origen, de dónde surge la historia. Está muy apegada a la realidad y quiere tener esa mezcla de comedia y drama de la realidad pero eso no significa que hagas una parodia, hay un momento que te ríes de todo pero luego hay un momento más dramático. Eso puede ser arriesgado porque te tiene que hacer gracia cuando te tiene que hacer y si no te emociona cuando debe mal asunto. Va surfeando pero la realidad es así, esos momentos más absurdos o más dramáticos.



P.- ¿Lo cambia todo la tecnología?

R.- La tecnología, todo lo que tiene que ver con internet también lo ha hecho todo más confuso, tienes treinta mail diarios, estás en diez grupos de Whatsapp y te pasas mucho tiempo allí. Sí he intentado reflejar eso de que lo buscamos todo por Google o esos viejos conocidos que de repente aparecen por Facebook y no sabes muy bien cómo reaccionar. Todo eso es nuevo. Los que vienen detrás ya han nacido con eso, nosotros estamos a caballo entre un modelo y otro, entre una forma de comunicarnos y otra. Mis hijos me preguntan sorprendidos si cuando era niña no había móvil. Un día les enseñé a mis hijos una cabina y no lo entendían.



P.- Los verdaderos jóvenes actúan como un espejo.

R.- El personaje de la joven de veintipocos tiene ese punto para ellos de crear una nostalgia, ya no somos jóvenes. Ya no solo por el físico sino porque tienes por delante lo que sea, está todo por escribir. A los 40 ya parece que estás en un sitio. La chica se va a Nueva York tranquilamente pero ahora ya hay puertas que no están abiertas y para ella sí. La publicidad lo ha idealizado todo, desde la pareja hasta el físico. La juventud está sacralizada y eso crea mucha frustración.



@juansarda