Ignacio García

El director lleva al Teatro Español De algún tiempo a esta parte, en la que recupera el carácter visionario del autor del Laberinto mágico

Cuando el Teatro Español hace la propuesta a Ignacio García (Madrid, 1977) de llevar un Max Aub a su escenario, el director ya tenía entre manos De algún tiempo a esta parte, monólogo que puede verse en la sala Margarita Xirgu con Carmen Conesa como protagonista. No era un caso aislado. García llevaba tiempo estudiando a los autores del exilio republicano en México, dedicación de la que surgieron también escenificaciones de textos de José Bergamín o León Felipe, "pues el teatro de los trasterrados es un patrimonio común", puntualiza. El título, que estará en el teatro madrileño hasta el 6 de marzo, es un texto muy apreciado por los estudiosos pero poco escenificado. ¿La temática central? La usurpación de la identidad individual y colectiva de Emma, la protagonista, y de Austria, su país. "Un tema muy pertinente en este momento". Estrenado este Aub, Ignacio García montará Don Quijote en la India con la compañía Kathakali, Numancia de Cervantes en México, zarzuela en Lima, Bogotá y Polonia (para Wroclaw, Capital Europea de la Cultura), y Don Juan Tenorio, en versión musical en la Gran Vía madrileña.



Pregunta.- ¿Cómo se concreta el mensaje de Max Aub en nuestros días?

Respuesta.- Con el valor testimonial de las víctimas del totalitarismo, el peligro de la fanatización y la ruptura de la convivencia, la fractura de una sociedad que abandona la ley y que se lanza a la barbarie, la capacidad del ser humano de ser abyecto y mezquino (o noble y solidario), el valor de los recuerdos y de la memoria como la única manera de evitar que se repitan los errores... y con el valor de la disidencia.



P.- ¿Cree que la obra de Aub se adelantó a su época?

P.- Aub es un enorme dramaturgo con una gran capacidad para la creación de seres humanos creíbles y asombrosos y situaciones dramáticas extremas. Es un visionario, pues esta obra escrita en 1939 advierte de manera lúcida y casi premonitoria de los extremos a los que llegaría Europa durante la Segunda Guerra Mundial y el holocausto. Como víctima directa de los conflictos de su tiempo Aub es un testigo necesario. En esta obra hace que Emma, otra víctima directa, tenga este valor testimonial.



P.- ¿Qué nos dice de España De algún tiempo a esta parte?

R.- Está en plena Guerra Civil, pues la acción se sitúa durante el Anschluss o la anexión de Austria a la Alemania del Tercer Reich. En esa guerra de España hay excesos por ambas partes, tal y como aparecen en la obra: de los fascistas que usan las embajadas para sacar divisas y valores mediante la valija diplomática (no tan lejos de la derecha corrupta enviando dinero a Suiza) y de la izquierda fragmentada y caótica que pelea contra sí misma y que combate el fascismo de modo descabezado (también nos suena). Pero en esa España también están las Brigadas Internacionales como ejemplo de fe y esperanza en un mundo mejor, de quienes vinieron a luchar contra el fascismo, y de valores como la solidaridad y la ayuda anónima.



P.- ¿Qué piensa de los numerosos montajes (CDN, las Naves del Español...) que se están realizando de su obra?

R.- Creo que es un acto de justicia escénica. Lo que es irregular es que Aub no esté en nuestros escenarios, por su talla teatral y literaria. Ojalá no sea una moda pasajera.



P.- ¿Diría que se está consiguiendo recuperar su figura?

R.- Aub es un testigo lúcido y consciente de momentos convulsos de la historia de España y de Europa. El olvido de toda la generación de exiliados republicanos en el fin de la guerra ha sido una condena capital para todos ellos, no sólo para Aub. Creo que la Fundación Max Aub y la celebración del centenario del nacimiento del autor en 2003 fue importante y que el Grupo del Exilio Literario Español de la Universidad Autónoma de Barcelona están haciendo una gran labor de recuperación editorial y del estudio de su obra. Eso sí, el escenario debe ser el hábitat lógico de un dramaturgo como Aub.



P-¿Cómo nos enseña "De algún tiempo a esta parte" a afrontar los problemas del siglo XXI?

R.-Nos enseña que cuando una deriva totalitaria llega a un país es importante la lucidez de los ciudadanos, el espíritu cívico, el control y el respeto a la ley, pues de lo contrario, cayendo en la visceralidad ideológica, la situación puede irse de las manos sin saber cuándo, de algún tiempo a esta parte, se hizo irreversible.



P.- ¿Son conscientes las nuevas generaciones de la tragedia que vivió España y Europa entre los años 30 y 40?

R.- Yo creo que no, que lamentablemente la formación humanística es tan exigua que los jóvenes no tienen conciencia de la importancia de aquel tiempo. No sé si conocen algún dato histórico (creo que muy pocos) pero estoy convencido de que no tienen un juicio crítico al respecto ni la lucidez para comprender lo que supuso.



P- ¿Qué ha intentado expresar con esta efectista puesta en escena?

R.- Trata de poner en valor las palabras de Aub desde una teatralidad del siglo XXI y potenciando los valores metafóricos y simbólicos del relato. El espacio escénico de Nicolás Bueno, el vestuario de Lorenzo Caprile y la iluminación de Juanjo Llorens nos llevan por un camino muy concreto de la vida de Emma y por una visión subjetiva de su opinión sobre los acontecimientos vividos.



P.- Y todo el peso en la interpretación de Carmen Conesa...

R.- Hemos tratado de llegar juntos a un territorio actoral basado en la denuncia y la furia contra la barbarie sin caer en el melodrama ni en la languidez. Carmen es una actriz que encarna una Emma lúcida. Nos enseña las verdades de lo que ha vivido como un grito desesperado en medio de un océano de barbarie.



@ecolote