Doménico Chiappe
"En Venezuela la vida vale menos que un par de zapatos"
12 mayo, 2016 02:00Doménico Chiappe. Foto: Vasco Szineter
El escritor y periodista presenta este jueves su último libro, Largo viaje inmóvil (Círculo de Tiza), en A2 Garage, en Madrid, a las 8 de la tarde.
Pregunta.- ¿Cuál es el propósito de este libro?
Respuesta.- Largo viaje inmóvil parte de la escritura de toda una vida, pero se desata como libro cuando en 2013 viajo a Venezuela para cubrir los funerales de Hugo Chávez por encargo de la agencia Colpisa. Más allá de hacer una cobertura oficial, quise averiguar, a través de las personas de a pie, cuál era el legado que dejaba Chávez. Para contar eso también necesitaba crear un contexto, y lo encontré en mis años de reporterismo a partir de los 90 en el Nacional y Tal Cual, de cuyo equipo fundador fui miembro. De este modo, si el chavismo tiene 15 años, incluyendo la época de Maduro, el libro recorre 20 años de la historia del país.
P.- En sus crónicas se oyen conversaciones callejeras que ilustran la carestía que sufre el país y de las colas para conseguir productos de primera necesidad. ¿Busca el chavismo la igualdad a la baja?
R.- Un rasgo fundamental del chavismo y del populismo en general consiste en mantener a la población al día, en un nivel de subsistencia incierto, para que siempre dependa del gobierno. Esto comenzó en un momento en que Venezuela volvía a tener un ciclo alto de economía, el precio del petróleo se multiplicó por diez y a medida que fue llegando el dinero se fue entregando a todos los que aceptaran pertenecer al sistema paraestatal. No son ayudas estatales, sino presidenciales, que se combinan con políticas pensadas para destruir el aparato productivo interior.
P.- ¿Dónde ha quedado la iniciativa privada y el tejido empresarial?
R.- La iniciativa privada o bien queda desmantelada o se ve obligada a pactar con el chavismo y en ese caso pasa a manos de los líderes del régimen directamente, o a través de testaferros.
P.- Además de los sectores más pobres de la sociedad, que han mejorado su nivel de vida con las ayudas del régimen, ¿con qué otros apoyos cuenta hoy el chavismo?
R.- El chavismo nació con gran apoyo de medios de comunicación y de intelectuales, muy pegado al establishment. Chaves vino a ser el sucesor del presidente anterior, Rafael Caldera, que lo indultó y que hizo una gestión desastrosa que arruinó al país. A partir de entonces la política crea incertidumbre, que da paso al miedo, este a la confrontación y a las rencillas. La población se ha empobrecido y no tienen otra manera de alimentarse que acudir al sistema de los bolivarianos y hacer cola. Además de estas limosnas también ha habido grandes dádivas al aparato militar y a un montón de generadores de opinión extranjeros para ganarse apoyos internacionales. Todo esto mientras China y Cuba sostienen la economía del régimen.
P.- En España se ha acusado de recibir dinero del gobierno de Venezuela a la fundación que fue el germen de Podemos. ¿Cree usted que esa es la razón de su apoyo -ahora retirado públicamente- al chavismo?
R.- Sí. No se justifica de otra manera que, viendo lo que se ha visto en todos estos años, alguien pueda defender la gestión de Chávez y se niegue a condenarla. El régimen perdió la careta democrática hace mucho tiempo. En el libro intento que se vea cómo ha sido este proceso que derribó el sistema democrático para imponer uno autocrático y presidencialista que fomenta la autarquía y el militarismo. Aunque tampoco hay que olvidar que el populismo surge a partir de unas importantes fracturas sociales y educativas preexistentes.
P.- ¿Cuánto cree que le queda al chavismo?
R.- Yo habría deseado que con la muerte de Chávez se sellara un capítulo y comenzara una transición con reformas democráticas, económicas, políticas e incluso morales, pero vemos Maduro ha seguido la inercia de Chávez, haciendo la agonía más larga. No sabemos cuándo va a terminar ni si cuando termine dará paso a una solución democrática que ayude al progreso del país.
P.- Uno de los problemas más graves de Venezuela es su alto índice de violencia. ¿Es un mal endémico del país o también lo achaca al chavismo?
R.- La violencia es un mal endémico de Venezuela, pero antes del chavismo tenía unas cifras de 3.000 asesinatos al año que ahora son 30.000. La causa principal es que los cuerpos de seguridad están politizados y tienen una efectividad casi nula en la resolución de asesinatos, inferior al 10%. Otros factores muy importantes son el aumento de las armas y del consumo de drogas. Lo primero que hizo el régimen fue comprar 200.000 kalashnikovs aunque el ejército no los necesitaba, y las armas sobrantes se distribuyeron entre las milicias, que ejercen un control violento sobre los barrios. Y también se han vendido al hampa, que ahora tiene hasta granadas. Esta escalada de violencia, instigada por el régimen -ya que la inacción es una forma de acción-, es un método más de control social. La gente se queda en su casa, en Venezuela nadie sale después del atardecer, van de gueto en gueto, como los centros comerciales, porque la gente tiene miedo de ser asesinada. El pueblo es ahora mucho más discreto, más ensimismado, se ha desmantelado el tejido social y la vida ha empezado a valer menos que un par de zapatos.
P.- ¿Considera el régimen bolivariano una dictadura?
R.- Lo considero una dictadura a partir de 2002, cuando se forma una asamblea constituyente y se decreta la llamada transitoriedad, que permitió gobernar a 11 personas elegidas directamente por Chávez y que desmantelaron las instituciones. En ese momento se acabó la representación de la mitad del país (más de la mitad si consideramos la abstención como no chavista).
P.- Usted escribió Tan real como la ficción. Herramientas narrativas en periodismo. ¿Cuáles son sus mejores consejos literarios para periodistas?
R.- En Largo viaje inmóvil he intentado aplicar todos los que expuse en aquel libro. Los más importantes consisten en cambiar permanentemente de registro y de puntos de vista, buscar la polifonía y la pluralidad en cada pieza y huir de la superficialidad. En este caso quise mostrar a Venezuela a través de imágenes, huyendo del tono sentencioso del ensayo. Para esto la crónica es muy efectiva: dejas que el lector se sumerja y saque sus conclusiones a partir de la exposición de distintas personas y hechos. Reconozco mi falta de objetividad, pero la muestro de manera honesta al principio del libro al hablar de mi procedencia y de mis rasgos culturales.
@FDQuijano