Julián Ruiz

El periodista y escritor presenta El sargento Pepper nunca estuvo allí (Lunwerg)

Bob Marley citaba a los periodistas para echar un partido de fútbol en cada ciudad en la que tocaba. Serge Gainsbourg estuvo detrás de Briggite Bardot durante mucho tiempo para grabar la canción Je t'aime... moi nun plus y cuando lo consiguió obtuvo dos cosas: por un lado la censura del sencillo y, por otro, la demanda por plagio del marido de Bardot. Michael Jackson traicionó a Paul McCartney al comprar todo el catálogo de los Beatles. Estas y muchas más anécdotas de las estrellas de la música son las que reúne Julián Ruiz en El sargento Pepper nunca estuvo allí (Lunwerg), una recopilación de los artículos que ha publicado en el diario El Mundo. El periodista y productor, que ha conocido a muchos de ellos, cuenta que le gustó de manera especial algo que le dijo Paul McCartney: "Me gusta que me entrevisten porque así sé lo que pienso". Y él opina, o cree, que McCartney fue encarcelado en Japón por la propia Yoko Ono. "Qué casualidad que Yoko Ono tuviera un sobrino trabajando en la Oficina de Aduanas, ¿no?", se plantea.



Pregunta.- El sargento Pepper nunca estuvo allí. ¿Por qué ha decidido tomar a este personaje ficticio del disco de los Beatles para dar título al libro?

Respuesta.- Porque lo que más me interesa del libro es que son historias de pasión, de la vida, las traiciones, los amores. Está todo y todos son personajes demasiado conocidos y famosos. Pensé que entre tanto personaje real tenía que poner un título ficticio y me pareció que el disco y su sargento, de corazón solitario, era una metáfora retórica de lo que había escrito.



P.- ¿Por qué recopilar todas estas anécdotas?

R.- Porque soy muy vago para escribir un libro seguido. Son muchos de los artículos que escribí para El Mundo durante cuatro años, algunos de ellos tienen unas 4.000 o 5.000 palabras. Es decir, que está muy documentado. No es que conociera a los personajes y sus historias sino que he escarbado, como diría Peter Gabriel, Digging in the Dirt (Escarbando en la mierda). El libro ofrece una visión de cómo es la vida a través de la música.



P.- Son cerca de 50 historias las que cuenta en el libro. Desde los Beatles y los Rolling hasta artistas actuales. ¿Cómo ha cambiado la actitud de las estrellas?

R.- Ahora que hay más redes sociales están más distantes. Antes estábamos juntos en una fiesta, en alguna presentación pero ahora, con Instagram y Twitter creen que ya han cumplido. Hay mucha lejanía. Por ejemplo, conozco al agente y a la mujer de Bowie y nunca me dio su email. En cambio Lou Reed me llamaba al móvil y nos íbamos a comer por ahí. Y algo que apenas nadie sabe de él es que estaba obsesionado con los cuentos de Edgar Allan Poe hasta el punto que fui a su casa de Philadelphia y quería todo lo que tuviera en castellano del escritor.



P.- ¿A qué se debe este cambio de actitud?

R.- Ha coincidido con que ya no se venden discos, en las actuaciones están obligados y se ve a las estrellas en el pasamanos. Ahora tengo un proyecto tecno con japoneses, pero ya no es como con mi trabajo musical El Bosco, que vendió tres millones de discos. Con internet ya no se vende.



P.- ¿Cuál de las historias te ha gustado/sorprendido/divertido más?

R.- La que más me ha costado, porque conozco a Clapton y el trío, es la de Layla. Luego me los encontré en Ibiza porque el promotor era amigo mío y la verdad que Eric la trataba fatal. Además siempre estaba borracho con coñac.



P.- ¿Qué opina del fanatismo póstumo de los artistas?

R.- Lo que más me duele es que la gente que ha ignorado a Prince y a Bowie, ahora parece que tras su muerte son fans. Hay una anécdota de la muerte de los famosos, que me contó Paul McCartney, muy buena. Él estuvo en Roma de viaje de bodas con Heather, con la que le costó 48 millones de euros divorciarse, y después de cenar fueron a un bar donde había un pianista tocando en directo. El pianista no se dio cuenta de que Paul estaba allí y dijo que iba a cantar una canción muy conocida de los Beatles escrita por John Lennon titulada Yesterday. Pero esa canción es de McCartney. Cuando alguien muere se convierte en héroe y el otro en villano.



P.- Entre McCartney y George Harrison también hubo algún que otro problema, ¿no?

R.- La última vez que se vieron, cuando Harrison se instaló en casa de McCartney para morir en paz, estuvieron juntos media hora y con las manos cogidas. Con Paul he hablado mucho y lo que más le gustó es que Harrison le diera las gracias por las horas que le había dado.



P.- Imagino que ser productor musical le ha ayudado a tener más o mejores anécdotas, ¿no?

R.- Claro. A veces iba de colega y de artista, que es diferente a ir de periodista. Una vez a David Bowie le puse la versión de Life on Mars que hice con Tino Casal y la escuchó. Sabía que era productor y me dijo que este tío (Tino Casal) cantaba fenomenal pero no le entendía nada [cantaba en inglés y no entendía su pronunciación]. Como cuando escuchamos a Sting cantar en español, quizá quien mejor lo ha hecho haya sido Nat King Coole.



P.- Es curioso que haya producido infinidad de discos de artistas españoles pero no haya ninguna anécdota de nuestros artistas. ¿Por qué?

R.- No quiero excavar en lo nacional y, por ende, en mi vida. Aunque los personajes del libro forman parte de mi vida no lo son tanto como Alaska, Tino Casal, Javier Gurruchaga, etc. No quiero escarbar en la suciedad para contar la verdad, prefiero tenerlos de amigos porque no me apetece tener peleas absurdas de 'no te dije esto', etc.



P.- Una buena historia es la de los enredos de los integrantes de Fleetwood Mac y ver cómo ha cambiado la cosa desde entonces.

R.- Entonces no había Sida, yo he vivido algo de eso, un poco el intercambio de parejas pero ahora está el Sida, el miedo. Sin embargo existe Meetic, aunque no me meteré nunca ahí. Internet ha revolucionado todo, hasta el sexo. Ya solo hay fútbol.



P.- Y hay partido este fin de semana...

R.- No voy a ir, me aburre ver a la gente pelearse. Lo veré en casa para poder escribir. Soy un bicho raro en eso pero es como escuchar un disco, prefiero hacerlo solo.



@scamarzana