Manuela Burló Moreno

La directora estrena Rumbos, donde desgrana los destinos de varios personajes marcados por la soledad y la pérdida en la Barcelona actual.

Autora de diversos cortos ganadores de festivales nacionales e internacionales como Camas (2010), Cloe (2011) o Pipas (2013), Manuela Burló Moreno (Cieza, Murcia, 1978), que antes que directora fue pintora de "una especie de neoexpresionismo que se vendía muy bien" y actriz de sus propios cortos, debutó detrás de la cámara con Cómo sobrevivir a una despedida (2015), película destinada al público adolescente que cree que fue injustamente maltratada por la crítica. Un año después, la polifacética artista estrena Rumbos, un proyecto más personal en el que colisiona (nunca mejor dicho) los destinos de varios personajes marcados por la soledad y la pérdida en la Barcelona de hoy mismo. Grandes actores como Carmen Machi, Karra Elejalde, Pilar López de Ayala, Nora Navas o los pujantes Micky Esparbé o Emilio Palacios dan vida a esas almas perdidas que se reúnen en el programa radiofónico nocturno de Julia Otero mientras dan vueltas en "una ciudad que es como un laberinto del que todos buscan la salida".



Pregunta.- Los programas nocturnos radiofónicos son todo un clásico para hablar de la soledad. ¿Estamos cada vez más solos o siempre lo hemos estado?

Respuesta.- La radio tiene ese punto lírico que viene muy bien para hablar de la soledad y la noche es muy cinematográfica. Son personajes solitarios, pero es que venimos al mundo solos y nos vamos solos. Eso es algo que inevitablemente está en el ser. Hay una soledad aún más cruel que es la que puedes sentir estando acompañado, esa es desoladora.



P.- Todos guardan secretos, ¿ocultamos lo esencial a los demás?

R.- Las personas se definen más por lo que callan que por lo que dicen. Hay un trabajo muy minucioso de guión para no adelantar acontecimientos y que sea el propio espectador el que vaya intuyendo cada vínculo de cada historia. Es una película que nos habla de la cobardía, del amor, del desamor, del destino y las decisiones que uno va tomando en la vida. La idea de rumbos del título está muy presente, son personas en movimiento como el vehículo que los lleva. Hay esa idea de retratar la ciudad desde el cielo como un laberinto en el que todo el mundo va buscando la salida.



P.-¿Estamos marcados por ese destino o lo elegimos?

R.- El destino lo creamos pero hay ciertas cosas que se nos escapan de las manos. Se nos escapa la propia vida de las manos con nuestra rutina diaria. Mi idea de todos modos no era dar un mensaje negativo. Vemos por ejemplo con el personaje de Carmen Machi que tiene la oportunidad de redimirse y salvar la vida que no pudo salvar de su hijo. Y cuando la película está a punto de entrar en el terreno del melodrama siempre surge ese punto de humor. El humor es la manera de camuflar que todos hemos sufrido mucho. Al final todos buscamos que nos quieran y quizá ese es el hilo conductor.



P.-¿Cómo introduce ese humor en el contexto de una película dramática?

R.- Más que una película dramática es como la vida misma. Primero te sucede una catástrofe y después te estás riendo, es eso de "me río por no llorar", mi objetivo era ese. Quiero que el espectador sonría en cada escena. Con el humor hasta lo más terrible entra mejor. En esta película además jugamos a ver a actores muy conocidos por el gran público en un registro distinto al que los tiene identificados como Carmen Machi y Karra Elejalde, que acaban de triunfar con Ocho apellidos... en papeles dramáticas o sonreír a Pilar López de Ayala, que tiene esa fama de actriz "intensa".







P.-¿Hay lugar entonces para la esperanza?

R.- Los personajes viven situaciones dramáticas pero he querido que sea una película en la que haya cierta esperanza. Yo siempre digo que todo lo he aprendido detrás del mostrador de la tienda de mis padres en Murcia. Ahí veías que la gente ha sufrido mucho pero mantienen el optimismo. Ese espíritu es el que he querido reflejar.



P.-¿Está cansada de que comparen su película con Crash de Paul Haggis?

R.- No, en absoluto. Dalí nunca reconoció que El Bosco había sido su inspiración pero al final todos bebemos de algo. Yo he crecido con películas como Magnolia, Noche en la tierra o esa de Haggis, son maravillosas y son referencias inevitables a la hora de crear. Yo vengo del mundo del corto y me fascinan mucho como formato los cuentos de Carver o Dorothy Parker. Yo veo la película como un conjunto de microrrelatos.



P.-¿Por qué Barcelona?

R.- Eso fue cosa de los productores. En el guión se habla de una gran ciudad y creo que es una historia que podría suceder en cualquier lugar. He tratado de evitar una Barcelona de postal con la Sagrada Familia y los elementos más tópicos. Podría suceder en Madrid, en Berlín o en Nueva York.



P.-¿Cree que algunos críticos se cebaron con su primera película?

R.- Creo que hubo un error, no se puede juzgar por el mismo rasero un disco de El Venao que Radiohead. Era una película fórmula que seguía claramente a Resacón en Las Vegas y yo estoy orgullosa porque creo que es divertida. Algunos la machacaron sin entender que era una película que iba a un target concreto. Creo que también son necesarias esas películas positivas que van a un gran público.



@juansarda