Ilustración: Luis Parejo

Tras cinco años de trabajo, varios rechazos editoriales y casi 2000 mecenas, Ángeles Caso lanza Ellas mismas (Crowfunding Verkami), completísima investigación en torno a 80 pintoras y sus autorretratos.

¿Qué libro tiene entre manos?

Romanticismo, de Rüdiger Safranski, traducción de Raúl Gabás, Tusquets. Maravilloso.



¿Ha abandonado algún libro por imposible?

Sí, claro. Nunca me he avergonzado por ello. Solo leo lo que realmente me interesa, no lo que los demás dicen que me tiene que interesar.



¿Con qué personaje le gustaría tomar un café mañana?

Con George Sand. Por su talento, por su libertad, por su bondad. Me hubiera gustado ser su amiga.



¿Cuántas veces va al teatro al año?

Salvo para ir a la ópera, muy pocas.



Cuéntenos alguna experiencia cultural que cambió su manera de ver la vida.

La voz de mi padre, cuando yo tenía cinco o seis años, recitándome el Romance del Conde Lucanor. No la cambió, sino que la marcó.



¿Entiende, le emociona, el arte contemporáneo?

Absolutamente sí. Aunque no todo, claro. Pero lo que me emociona, me emociona muchísimo. Siempre me abre nuevos espacios de la mente.



¿De qué artista le gustaría tener una obra en casa?

De ninguno. Creo que las obras buenas deben estar en los museos. Me conformo con una reproducción del Amarillo-Rojo-Azul de Kandinsky que me acompaña desde hace 30 años.



¿Realmente el androcentrismo en el arte (y en la cultura) es hoy ya cosa del pasado?

No, en absoluto. Pregúntenles a las artistas contemporáneas. Cada año se elaboran estadísticas sobre las piezas que se venden en España, y las mujeres no representan ni un 25% y, además, suelen estar menos cotizadas. La obra firmada por un hombre -en arte o en literatura- sigue teniendo más valor de por sí que la de una mujer.



Si hubiese tenido más presupuesto...

¡Igual habría hecho una enciclopedia!



¿Quién y por qué es su pintora favorita?

Decir una siempre es complicado. Y mi preferencia cambia según el día. Hoy elijo a Hannah Höch, una genial artista dadá, a la que, por cierto, apenas mencionan los manuales sobre el dadaísmo.



¿Se atrevería a autorretratarse en dos líneas?

Prefiero no hacerlo: seguramente me veo mejor de lo que soy de verdad...



¿A qué se debe la escasa presencia de artistas españolas en su obra (como Ángeles Santos o Mallo, por ejemplo)?

Yo soy la primera que lo lamenta. No he podido encontrar autorretratos de casi ninguna pintora española, teniendo en cuenta que el libro solo llega hasta las vanguardias. De algunas tan conocidas como Ángeles Santos, Remedios Varo o María Blanchard no he encontrado ninguno. Si los hicieron, no están localizados ni catalogados.



¿Le importa la crítica? ¿Le sirve para algo?

Depende de quién y de cómo la haga. La crítica a menudo no es más que una pedrada. Cuando me las lanzan -y algunas me han lanzado- procuro apartarme.



¿Es usted de las que recelan del cine español?

No, en absoluto. Creo que hay gente haciendo cosas muy interesantes. Aunque a veces tengo la sensación de que los productores arriesgan poco.



¿Le gusta España? Denos sus razones.

Esta España en la que vivimos ahora, no. Siento que estamos volviendo a lo que fuimos durante siglos, un país al que nunca le importó la cultura, el pensamiento o la ciencia. Es más, un país en el que la cultura, el pensamiento y la ciencia, salvo cuando se ponían al servicio del poder, fueron siempre perseguidos. Veo un enorme desierto ante mí, y me produce una profunda tristeza.



Denos una idea para mejorar nuestra situación cultural.

Becas para los creadores (y no solo jóvenes), residencias de artistas, espacios de creación colectivos, talleres, salas de ensayo... Siempre estuve en contra de que se construyeran tantos grandes contenedores culturales que no contienen nada, mientras los creadores no encuentran apoyos, ni públicos ni privados