¿Qué libro tiene entre manos?
Ahora, ninguno. En primavera saldrá Examen de ingenios, que reúne un centenar de retratos literarios de escritores y artistas hispánicos a los que he conocido. Me ha quedado bastante bien.
¿Con qué personaje le gustaría tomar un café mañana?
Pues no sé… Una buena opción sería la Julia Roberts de Pretty Woman.
Cuéntenos alguna experiencia cultural que cambió su manera de ver la vida.
El descubrimiento del mar. La experiencia hispanoamericana. El acceso a las fuentes donde se juntan el surrealismo y el romanticismo.
¿Cuáles son sus hábitos lectores? ¿Lee en papel o en digital? ¿Lo suele hacer a la misma hora del día?
No suelo atenerme a ninguna norma. Leo sobre todo a media mañana y por la noche, un par de horas o así. En todo caso, detesto la lectura digital, ni he leído ni leeré nunca un libro en una pantalla.
Díganos qué libro de los suyos le ha proporcionado más satisfacciones.
En novela, Ágata ojo de gato; en poesía, Entreguerras.
¿Qué tenemos que ‘desaprender' con más urgencia?
Yo he desaprendido muchas cosas aprendidas de mala manera y me ha ido bien. Aconsejo desaprender todas esas monsergas, sermones, soflamas con que nos intentan adoctrinar cada día.
Puestos a rescatar, ¿qué verso de la historia de la literatura ha subido, a su juicio, más alto?
Podría estar entre la poesía de Góngora y la de Rimbaud.
¿Entiende, le emociona, el arte contemporáneo?
El arte contemporáneo que me emociona terminó con Millares y Tàpies. Soy ya muy viejo para andar siguién-
dole la pista a las nuevas aventuras del arte.
¿De qué artista le gustaría tener una obra en casa?
Me conformo con poco; por ejemplo, con el retrato que le pintó Velázquez a Góngora.
Ejerza de crítico de la última exposición que ha visitado.
Fue una colectiva con pretensiones de reunir las “últimas tendencias”. No sé que pudo más: si el desencuentro o la decepción. Se conoce que, como espectador, cada vez soy más deficiente.
¿De qué libro le hubiera gustado ser autor?
No sería un libro, serían varios libros. En todo libro hay otros libros previos que lo hicieron posible.
¿De verdad no va a publicar un último libro de memorias?
Pues no, hace años que desistí de hacerlo. Ahora ya no tengo ni ganas ni tiempo.
¿Le importa la crítica? ¿Le sirve para algo?
Me importa en cierto sentido anecdótico, pero me sirve para mantener mi cupo de vanidad. Me refiero, claro, a la crítica solvente, que tampoco abunda.
¿Qué tipo de música escucha?
De muy distinta procedencia, pero igualmente asociada a mi manera de ser, a mi educación sentimental. Escucho a menudo flamenco, jazz, música de cámara (barroca italiana, centroeuropea), canciones árabes…
¿Es usted de los que recela del cine español?
No, qué va. Hay varios directores con los que me identifico: Saura, Gutiérrez Aragón, Amenábar, Erice, Iciar Bollaín, Fernando León…
¿Qué libro debe leer el presidente del Gobierno o cualquier gobernante que se precie?
Una buena introducción al pensamiento crítico sería muy aconsejable. Por ejemplo.
¿Qué no soporta de los modos y las gentes de ‘la cultura'?
Hay mucho mediocre encumbrado por ahí.
¿Le gusta España? Denos sus razones.
Si fuera joven, no viviría aquí.
Regálenos alguna idea que mejore la situación cultural, aquí y ahora.
Ni idea… Hablar de regeneración cultural, de saneamiento social, de moralización de la vida política, de decencia democrática, de todo eso, suena ya a retahíla de columnista.