Antonio Resines
Ilustración: Ulises
Ha encontrado su medio en la "comedia dramática" pero Antonio Resines (Torrelavega, 1954) es un todoterreno de la interpretación. Publica Pa' habernos matao (Aguilar), una jugosa y sincera autobiografía.
Pecado, de Benjamin Black, y Las horas solitarias, de Pío Baroja.
¿Ha abandonado algún libro por imposible?
Sí, bastantes. Por supuesto el Ulises de Joyce y, últimamente, alguno que ha tenido un éxito arrollador, pero no voy a decir el título. No fue por cuestiones literarias. Era muy bueno pero tan realista que me dolía.
¿Con qué personaje le gustaría tomarse un café mañana?
Si puedo elegir y resucitarlo, con Rafael Azcona.
¿Recuerda el primer libro que leyó?
No exactamente, pero casi seguro que fue alguno de Enid Blyton o de Guillermo Brown de Richmal Crompton.
¿Cómo le gusta leer, cuáles son sus hábitos de lectura: es de papel, de tableta, lee por la mañana, por la noche...?
Siempre papel y prácticamente todas las noches antes de dormir. Durante el día, soy mas de prensa y revistas.
Cuéntenos alguna experiencia cultural que cambió su manera de ver la vida.
El cine en general y, concretamente, cuando me di cuenta de que, además de disfrutar viendo películas, había que hacerlas. Y a eso me dedico, en parte.
¿Con qué o con quién ha saldado cuentas en su biografía?
Con los que durante demasiados años, desgraciadamente, mataron indiscriminadamente a gente inocente en España.
¿Con qué papel se ha sentido más satisfecho de todos los que ha interpretado?
Con el primero, Ópera Prima, por muchas razones. Con uno de los de en medio, La Buena Estrella. Y con el último, también por muchas razones, La Reina de España.
¿Contaría aquí alguna anécdota cinematográfica que se haya dejado en el tintero en la biografía (y candidata a incluirse en una segunda edición)?
No puedo. Ya la estoy preparando y habrá más de una...
¿Considera que la comedia es su hábitat natural?
Sí, seguro, y por concretar más, la comedia dramática, porque es lo que más se parece a la vida. Como hábitat natural me siento muy cómodo también en la tundra siberiana, con abrigo eso sí...
¿Ha curado ya las heridas que le dejó la Academia?
No hubo heridas, de milagro (es broma). Fue un año largo del que estoy muy orgulloso. Me dio pena dimitir. Nuestro equipo hizo muchas cosas y podría haber hecho muchas más.
¿Qué película ha visto más veces?
Además de las que salgo yo (que las he visto por motivos profesionales), seguramente alguna de Luis García Berlanga. El Verdugo y Plácido son ejemplares.
¿Entiende, le emociona, el arte contemporáneo?
Entender no mucho, seguramente por mi falta de capacidad mental, pero emocionarme en alguna ocasión, pues sí, claro.
¿De qué artista le gustaría tener una obra en casa?
De Antonio López y de Velázquez. Bueno y ya por pedir de Picasso, Sorolla, Zuloaga, Goya, etc...
Ejerza de crítico de la última exposición que ha visitado.
Las dos últimas que he visitado han sido la de Ramón Casas en CaixaForum (Madrid) y los dibujos de Goya en el Centro Botín (Santander). Las dos, extraordinarias.
¿Le importa la crítica? ¿Le sirve para algo?
Sí. Y un tópico, sobre todo si es buena. Sinceramente, creo que sí sirve, aunque no te guste.
¿Qué música escucha en casa?
De todo, pero últimamente mucho jazz, Van Morrison, Bob Dylan y un poquito de flamenco.
¿Le gusta España? Denos sus razones.
Sí, mucho. Porque es un gran país, porque en general hay muy buena gente, aunque siempre hay algún metepatas, por la variedad de sus paisajes, cultura, gastronomía, clima, monumentos...
Una idea para mejorar la situación cultural de nuestro país. Tres: educación, educación y educación.