Ben Clark. Ilustración: Ulises

La policía celeste de Ben Clark (Ibiza, 1984), último premio Loewe, sigue triunfando entre crítica y lectores. Tras su paso por Málaga y Salamanca, el poeta ha estado en la Feria del Libro de Madrid.

¿Qué libro tiene entre manos?

El dolor de los demás, de Miguel Ángel Hernández.



¿Ha abandonado algún libro por imposible?

No, pero hay partes de 2666 que me he saltado.



¿Con qué personaje le gustaría tomar un café mañana?

Con la bioquímica Margarita Salas.



¿Recuerda el primer libro que leyó?

Desde luego. Fue Sólo tú puedes salvar a la humanidad, de Terry Pratchett, en inglés.



¿Cómo le gusta leer, cuáles son sus hábitos de lectura: es de tableta, de papel, lee por la noche...? Leo en papel y, por lo general, por la tarde o en los trenes a cualquier hora. Nunca en la cama.



Cuéntenos alguna experiencia cultural que cambió su manera de ver la vida. Aparte de mi paso por la Fundación Antonio Gala, destacaría, como algo más puntual, la primera vez que leí a Rubén Darío, cuando tenía diez años.



La policía celeste toma su título de la primera sociedad astronómica, fundada en 1800 con el objetivo de encontrar un planeta perdido. ¿Cuál sería el suyo? El objetivo de mi vida es rodearme de gente feliz y poder afirmar que he hecho algo para contribuir a su felicidad.



¿Qué papel desempeña el amor en sus versos?

Sospecho que todos los poemas son, en el fondo, poemas de amor. El amor es lo que nos mueve y nos distingue de las corporaciones y de los robots de Amazon.



¿Y qué le debe este libro (y su poesía entera) a su padre? Mi padre es un verdadero artista. Un ceramista y pintor con mucho talento y muchísima imaginación. Lo admiro cada día más, y este libro, aunque habla de una relación compleja, es un gran homenaje a todo el amor que siento por él.



Además de la infancia, de la casa familiar perdida, ¿qué más despierta su nostalgia?

Soy muy nostálgico. A veces, por la tarde, siento nostalgia por la mañana del mismo día. Los poetas somos, a veces, muy sufriditos.



¿Qué ha pasado para que la poesía llene los teatros?

La poesía que llena los teatros es un tipo de poesía muy particular. Mientras tanto hay otra, más discreta, que llena mentes y que lleva años haciéndolo y que seguirá haciéndolo cuando los teatros vuelvan a estar vacíos.



¿También de esto tienen "culpa" las redes? Las redes te atrapan. Por su culpa muchos peces pequeños no llegan a la edad adulta ni a conocer otros mares.



¿Entiende, le emociona, el arte contemporáneo?

Hago grandes esfuerzos por emocionarme con el arte contemporáneo. Mi pareja intenta enseñarme, pero me gustan los cuadros donde las cosas se parecen a lo que son.



¿De qué artista le gustaría tener una obra en casa?

Moriría por tener un Francis Bacon. Una vez dormí tres semanas debajo de un Max Ernst. Se dormía muy bien.



Ejerza de crítico de la última exposición que visitó.

Fui a ver Y Fellini soñó con Picasso en el Museo Picasso de Málaga y me aburrí como una ostra. Es probable que fuera mi culpa, aunque quizá la culpa la tuvo Fellini. O Picasso.



¿Le importa la crítica literaria? ¿Le sirve para algo? Me afectan mucho las reseñas negativas. No lo puedo evitar. Las buenas sirven para darle una alegría a la gente que te quiere y para vender dos libros más, si hay suerte.



¿Recuerda la película que ha visto más veces?

Lo confieso, Forrest Gump. Soy así de básico.



¿Le gusta España? Denos sus razones.

España es el país más maravilloso del mundo. Vivir en España es asistir cada día a un espectáculo circense gratuito donde, además, la comida está de muerte.



Una idea para mejorar la situación cultural de nuestro país. Una idea concreta: que nadie pudiera ocupar un puesto directivo en una entidad cultural pública durante más de cuatro años, y que las personas que llegaran, lo hicieran con proyectos concretos para desarrollar durante ese tiempo, nunca más.