'¿Dónde estás?' o cómo abrazar a un puercoespín
La creación siempre es un proceso que nace dentro y palpita buscando un recoveco por donde respirar. Por eso conecta emociones con sensaciones y queda impregnado de trazas inevitables de memoria.
¿Dónde estás?, de Bea Enríquez (Premio Internacional de Novela Gráfica Fnac 2018), propone un recorrido autobiográfico compuesto por escenas que perfilan momentos clave de la vida de esta ilustradora, clave porque son los que afloran de sus pinceles, de sus recuerdos y que se abren paso para apoderarse de la página, de la viñeta, de la retina.
¿Dónde estás? destaca por ser una propuesta poderosamente visual y, sin embargo, evocadora y delicada. Los personajes que componen todas las intersecciones de cada relato perfilan el carácter de la protagonista, que no es otra que la propia Bea Enríquez.
Con la lectura de estas escaramuzas se va intensificando la conexión entre el espectador y la ilustradora. La sinceridad se convierte en el hilo conductor y atrapa desde que se inicia la obra en esa tarde de pesca de niña. Cada vez entendemos mejor sus razones, sus porqués y sus cómos. No es una invitación a tomar una postura sino la consecuencia de querer compartir algo desde lo más profundo.
Alumbrar este cómic ha debido de ser un proceso intenso, una catarsis que exige introducir un ápice de objetividad rebuscando en aquellos instantes ya desdibujados por el paso del tiempo. Ahora nosotros podemos disfrutar con la intensidad y el regusto melancólico que proporciona su lectura, y su discurso visual, apasionado y magnético. Por eso es fácil reconocerse en ¿Dónde estás?, con sus decepciones, la búsqueda de uno mismo, el caminar sin saber a dónde se va, las emociones encontradas. Estas circunstancias, tan familiares, conforman las facetas de un poliedro llamado vida por el que todos estamos “invitados” a pasar.