Cuando uno entiende el esfuerzo prodigioso de un ser humano se experimenta un disfrute anómalo. Un avance (científico, económico, social, …) nos reconcilia con nuestra especie y nos genera un orgullo que se puede compartir. Y luego está Marie Curie. Pocas vidas más fascinantes atesora el siglo XX. Encontrar este cómic sobre la científica de origen polaco permite echar la vista atrás para entender mejor dos cosas: el compromiso de la investigación y el papel de la mujer en la sociedad. No hace falta señalar la relevancia actual de ambos asuntos. Pero hay algo que envuelve a esta propuesta y la hace aún más atractiva. La capacidad de sintetizar en las viñetas –tanto guión como ilustración– los elementos emocionales que acompañaron durante su vida a Marie Curie y que explican realmente quién fue. En la tragedia del amor se revela el personaje.
Más allá de los logros científicos, la originalidad superlativa en la investigación y las exigencias autoimpuestas reside la persona y en esta novela gráfica la encontramos. Alice Milani utiliza sabiamente el poderoso efecto de la elipsis narrativa para terminar de perfilar a la descubridora de la radioactividad. Este proceso necesariamente implica al lector y le lleva a revisitar sensaciones, lugares, conflictos, decisiones que explican la trayectoria de Marie Curie. Solo entrando en esta dinámica entenderemos que supuso vitalmente ganar dos Premios Nobel, perder a su marido, conquistar cada día desde la debilidad física, ser madre, escarbar en el interior de la materia. Un sinfín de obstáculos superados desde el tesón y el ansia por saber en un recorrido que nos ayuda a entender mejor el siglo pasado. Enfrentarse a esta obra le dejará pensativo y provocará su curiosidad por terminar de conocer quién fue Maria Slodowska, primera mujer profesora en La Sorbona de París. Yo ya lo he hecho.