En un momento de Diego Maradona, documental que se estrena este viernes en salas españolas, el preparador físico Fernando Signorini establece la dualidad del astro argentino, uno de los más grandes futbolistas de todos los tiempos. "Con Diego hubiera ido al fin del mundo, pero con Maradona no daría ni un solo paso", asegura.

Para Signorini, Diego siempre fue el chico tímido de la deprimida ciudad bonaerense de Villa Fiorito que desde los 15 años se encargó de sacar adelante a su humilde familia valiéndose de su talento para jugar al fútbol. Maradona, en cambio, sería el personaje histriónico, vividor, excesivo y arrogante que Diego creó para lidiar con la inmensa fama y presión que le perseguía allá donde fuera desde que debutó en la élite con Argentinos Junior. El director Asif Kapadia (Londres, 1972), que con esta película cierra una trilogía sobre el lado oscuro del éxito iniciada con Senna (2010) y continuada con la oscarizada Amy (2016), sitúa en esta ambivalencia de la personalidad del 'Pelusa' el eje de su nuevo relato. Y sostiene la historia a través de más de 500 horas de imágenes de archivo que, por raro que parezca, nunca antes habían sido mostradas al gran público.

El origen de este material se remonta a comienzos de los años 80, cuando Jorge Cyterszpiler, amigo de la infancia y agente de Maradona, decidió contratar a dos cámaras para que documentaran la vida de su representado. Utilizando cintas U-matic, el italiano Luigi 'Gino' Martuci y el argentino Juan Laburu grabaron horas de momentos íntimos y cotidianos de Maradona entre 1981 y 1987 con el fin de crear una gran película sobre su vida. Sin embargo, el proyecto quedó en nada cuando el futbolista decidió prescindir de los servicios de Cyterszpiler. Fue el periodista deportivo Paul Martin quien, tras conocer la existencia de este material, consiguió los derechos de las imágenes y contactó con Kapadia para que lo convirtiera en un filme.

¿Ángel o demonio? Maradona fue un héroe en Nápoles que acabó engullido por la fama

Lo primero que hizo el director fue acotar el guion del documental a la etapa italiana del futbolista, aunque no renunció a tender hilos narrativos hacia épocas pretéritas y posteriores. "Tienes que elegir las batallas que son realmente relevantes en la historia", asegura Kapadia. "Investigué su vida al completo y, para contarlo todo, habría que haber hecho una película de cinco horas o una serie de televisión de seis partes. Pero soy de la vieja escuela y me gustan los estrenos en cine. Creo que Maradona es una estrella de cine, igual que lo eran Amy Winehouse y Ayrton Senna. Quería verle en la gran pantalla".

Tras un desastroso paso por el F. C. Barcelona, marcado por una hepatitis, una gravísima lesión de tobillo y por una dura sanción por agredir a un jugador del Athletic durante la monumental tangana que se organizó entre ambos equipos en la final de Copa del Rey de 1984, Maradona tomó una sorprendente decisión: marcharse al Nápoles, un club de segunda (o tercera) fila del Calcio italiano que apenas contaba con dos Copas de Italia en sus vitrinas y que en la temporada anterior había conseguido salvar la categoría in extremis, quedándose a un punto del descenso. No parecía el mejor destino para el futbolista más talentoso del mundo.

En los siete años que permaneció en Nápoles, Maradona logró dos Scudettos (86/87 y 89/90), una Copa (86/87), una Supercopa (90), una UEFA (88/89) y llevó a Argentina a ganar el Mundial de México de 1986, con grandes actuaciones como la que protagonizó contra Inglaterra en semifinales, en una suerte de revancha por la Guerra de las Malvinas. Uno de los grandes reclamos de la película es, de hecho, observar las imágenes que grabó durante años Gino Martucci a pie de campo en las que podemos deleitarnos con la genialidad, la plasticidad y la voracidad de Maradona. "Tenía velocidad y técnica, poseía esa idea de encontrar el equilibrio perfecto para ganar a cualquiera", afirma Kapadia.

Una ciudad peligrosa

Si el 5 de julio de 1984 un abarrotado Estadio de San Paolo, con capacidad para 80.000 espectadores, daba la bienvenida al 'Pelusa' en un estado de euforia absoluto, con el primer título de liga la ciudad fue una fiesta que se alargó cerca de dos semanas. A medida que los títulos llegaban, Diego se convirtió en un 'semidios' adorado en la capital de Campania, en un símbolo de empoderamiento napolitano frente al desprecio de los vecinos ricos del norte, de Turín o Milán.

Sin embargo, lo que realmente interesa a Kapadia no es tanto el éxito como radiografiar la caída del héroe, marcada por las complejas relaciones de poder y lealtades que dominaban Nápoles, una de las ciudades más peligrosas de Europa en la época, controlada por la temible Camorra… La fama comenzó a pasarle factura al becerro de oro napolitano: sobrepeso, adicción a la cocaína, relaciones extramatrimoniales, protección de la mafia, protitutas, demandas de paternidad, etc. Maradona tomaba los mandos y Diego se diluía sin remedio.

Maradona ha manifestado su descontento con la película. Quizá sea esta petición el mejor motivo para ir a verla

Cuando en el Mundial de Italia 90 el futbolista eliminó con Argentina a la anfitriona en Sao Paolo –tras pedir a los napolitanos que animaran a la albiceleste como respuesta al menosprecio que sufría la región en el resto de Italia, algo que fue muy críticado en la ciudad–, la protección con la que contaba Maradona se dio por finalizada. En la siguiente temporada, daría positivo en cocaína en un control antidoping y, tras la suspensión y ciertos problemas fiscales, abandonó el Calcio.

Frente a las experiencias en sus documentales anteriores, Kapadia ha podido en esta ocasión entrevistar a su objeto de estudio. No deben de haber sido en todo caso conversaciones muy fructíferas pues tienen poco peso en el conjunto. Sin embargo, Maradona sí que ha expresado su descontento con la película. "No vayan a verla", ha recomendado a sus incondicionales. Quizá sea esta petición el mejor motivo para no perdérsela.

@JavierYusteTosi