El arte, la culpa y la muerte se mezclan en Belleza roja (Lumen), de Arantza Portabales (San Sebastián, 1973). "Los seres humanos tenemos entre cuatro y seis litros de sangre en el cuerpo. Suficientes para cubrir el suelo de una habitación de diecinueve metros cuadrados". Este es el inicio de una obra que pretende introducir a los lectores en la búsqueda del asesino de la adolescente Xiana Alén durante la noche de San Juan. Solo seis personas son sospechosas, entre ellos sus padres, su tía y su abuela. Un crimen pasional en una lujosa urbanización de las afueras de Santiago de Compostela, inspirado en una obra de la artista Aurora Sieiro.
Portabales regresa a la novela negra tras Sobrevivindo (2015), ganadora del XV Premio de Novela por Entregas de La Voz de Galicia. Su último libro cuenta con tintes de las novelas policíacas tradicionales como las escritas por Agatha Christie. La autora, que destaca entre sus referentes a escritores noruegos e ingleses de novela negra, dedica especial atención a los autores gallegos como Diego Ameixeiras.
Pregunta. Belleza roja se aleja por completo de su anterior obra Deje su mensaje después de la señal. ¿Intenta reinventarse con cada novela?
Respuesta. Escribo lo que me apetece en cada momento. Quería hacer un libro entretenido y un homenaje a las novelas policiales que leía de pequeña. Sin embargo, en ambos casos se mantiene la voz narrativa y destaca la narración psicológica de los personajes. En los dos casos se puede reconocer a Arantza. He notado un salto cualitativo y, además, el primero impactó emocionalmente, pero las dos novelas empatizan con los sentimientos humanos.
P. ¿Cómo surgió la idea de esta novela en la que cobra tanta importancia el arte?
R. No es hasta que escribo el primer capítulo y relato la escena del crimen cuando me doy cuenta de que he hecho una descripción muy visual. En Belleza roja quería reflejar la dicotomía entre lo artístico y lo pragmático, representado por las hermanas Somoza, Lía y Sara. Pretendía buscar el esteticismo en el arte, la belleza en el horror y luego recrearme en el juego del rojo.
"Todo el mundo tiene una parte que esconde y que muchos no aceptarían"
P. Los personajes principales se presentan de forma estereotipada (los padres, el matrimonio vecino, la artista sensible o el policía impulsivo) para acabar mostrando personalidades complejas. ¿Cómo ha trabajado esa evolución?
R. La gente tiende a mostrarse de forma estereotipada. Yo lo pongo en práctica en todas las novelas para que el lector se enganche. Los personajes aparecen muy frescos y vemos cómo se pudren a lo largo de la historia. Todo el mundo tiene una parte que esconde y que muchos no aceptarían. Los escritores nos encargamos de sacar las interioridades de los personajes. Quién mató a Xiana Alén y el tema de las sospechas era algo que tenía claro, mientras que las relaciones entre ellos fui improvisándolas. Los personajes crecen y se forman, toman una personalidad en tu mente y has de ser coherente con ello.
P. En el libro alterna los capítulos escritos en tercera persona con otros en primera, donde el mismo personaje confiesa sus secretos y culpas. ¿Qué pretendía lograr?
R. Me gusta porque es la voz de una persona con problemas psiquiátricos, cuyo desequilibrio le lleva al límite. Es una historia muy atractiva, y decidí mantener este recurso de forma esporádica. Quería mostrar ese enfrentamiento entre la primera persona y la tercera, una misma escena contada desde dos vertientes, porque es algo que desconcierta mucho. Ayuda a ver los dos lados de la situación.
P. A pesar de tratarse de una obra escrita, es muy visual, con descripciones detalladas de formas y colores. ¿Está influida por el cine?
R. Mi generación está influida por las series y las películas. En mi casa había pocos libros, pero teníamos una televisión en blanco y negro, y solo podíamos ver dos canales. No teníamos internet y los estímulos visuales eran reducidos. Había pocas referencias y por ello estas se han grabado a fuego. Nos pasa a toda una generación de escritores. Somos hijos del Un, dos, tres...responda otra vez y de Barrio Sésamo. Nos ha marcado la rapidez y somos muy cinematográficos.
P. ¿Ha tratado de hacer la novela verosímil al narrar la investigación policial o le interesaba más sorprender a lector?
R. Mi principal objetivo era que el lector se lo pasara bien. Estudié derecho y el lenguaje no me es ajeno. Entiendo, por ejemplo, qué es un auto de procesamiento. La novela es verosímil, pero no sé si es veraz, porque la he escrito para que la gente se distraiga.
"Acudir a esta novela para evadirse está bien, pero el terror está en la calle"
P. ¿Se pueden extraer referencias de la sociedad actual? Por ejemplo, hay menciones a casos sucedidos recientemente.
R. Nombré un caso pero sin querer referirme a él, con el objetivo de hacer la novela creíble. Actualmente hay muchos casos. Acudir a esta novela para evadirse está bien, pero el terror está en la calle.
P. Ha regresado a la novela negra tras Sobrevivindo (2015). ¿Tiene una vinculación especial con este género?
R. Me resulta divertido. Actualmente estoy con la traducción de Sobreviviendo al castellano. Me resulta gratificante la novela negra porque es un juego al que el lector se presta, viene dispuesto a que le engañes. Al final, más allá de los géneros, hago novelas de personas. Trato de hablar de cómo nos sentimos en momentos determinados de la vida, y es lo que consigue que los lectores empaticen.
P. Ángel de la Calle, director de la Semana Negra de Gijón, afirmó que el género negro es la centralidad de la literatura en España. ¿Por qué cree que goza de buena salud?
R. Primero porque la gente quiere leerlo, pero estamos en un punto en que la novela negra todavía está muy estigmatizada. Tenemos que reivindicar su calidad, porque que sea muy popular no significa que no la tenga. Otra causa de la centralidad es que también ha habido un boom de escritores.
P. ¿Cree que los humanos se sienten atraídos por el morbo de forma irracional? ¿Existe belleza en el terror?
R. Sí, pero lo negamos. Todos vemos el horror en la vida real como en el cine, nos tapamos la cara con las manos y separamos los dedos parar mirar. Hay una extraña fascinación. Nadie es ajeno al morbo ni a la perversión de la maldad. No sé si es porque nos reconforta en la vida diaria o la seguridad de saber que no nos ha sucedido a nosotros. Es algo que vende y el foco de los medios de comunicación está ahí.
"Todos vemos el horror en la vida real como en el cine, nos tapamos la cara con las manos y separamos los dedos parar mirar"
P. También ha estado vinculada a los microrrelatos. Publicó el libro A Celeste la compré en un rastrillo (2015) y con Las musas (2017) ganó el concurso de la Microbiblioteca de Barberà del Vallès. ¿Qué virtudes encuentra en este género que no halla en la novela?
R. Me obliga a reflexionar. Es la búsqueda de la palabra precisa, algo que no hago habitualmente. Se basa en transmitir mucho con muy poco, y eso es complicado. Como lector es también muy exigente, porque es un desafío a la inteligencia. La novelista que soy actualmente es fruto directo de la microcuentista que fui. Belleza Roja es una herencia de esa visualidad y rapidez.
P. Deje su mensaje después de la señal cuenta la historia de cuatro mujeres, mientras que en Belleza roja destacan los personajes femeninos. ¿Pretende darles voz?
R. No es algo consciente. Me gustan las mujeres fuertes que por dentro son débiles, y mostrar ese contraste y miedos propios de la naturaleza humana. También han sido muchos años de personajes estereotipados e historias en las que predominaban los hombres. A mí me decían que Deje su mensaje después de la señal era una novela de mujeres, pero los hombres también tenían espacio en ella. Hay que mostrar a ambos en igualdad.
P. Escribe tanto en castellano como en gallego. De hecho, su primera novela Sobrevivindo solo se ha publicado en su lengua original. ¿Tiene predisposición por alguna de ellas?
R. En el caso del microrrelato prefiero escribir en castellano, porque soy vasca y estudié mayoritariamente en ese idioma. Pero también me gusta escribir en gallego y visibilizar la lengua. Ahí está mi compromiso, pero me siento cómoda en ambas. Escribo con lo que sale de dentro.
P. En alguna ocasión ha defendido que escribe para todo el mundo. ¿Supone esto una limitación al tener que adaptarse a un público heterogéneo o le permite trabajar con libertad?
R. Escribo para aquel al que le guste disfrutar de la literatura. En Deje su mensaje después de la señal había muchos lectores que eran hombres. Cuento lo que me surge y me hace sentir bien, nunca ha sido cuestión de negocio.
P. Acaba de publicar su última novela, pero ¿tiene en mente futuros proyectos? ¿Le gustaría apostar por otro género literario?
R. El relato me gusta mucho, pero suele acabar en novela. También sigo vinculada al mundo del micrrorelato. Me gustaría seguir con la continuación de Belleza Roja, porque me lo están pidiendo, y con la de Deje su mensaje después de la señal.